La escasez de medicamentos en España ha adoptado un nuevo rumbo este verano, situando a los antidepresivos como los fármacos con mayores problemas de disponibilidad en las farmacias. Así lo revela el último informe de la red digital de farmacias LUDA Partners, que constata un cambio en la tendencia de desabastecimiento registrada durante el último año, cuando tratamientos como Ozempic, utilizado para la diabetes y popularizado por su uso en la pérdida de peso, o Concerta, recetado para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), encabezaban las listas de productos con suministro irregular.[articles:338358]El informe señala que las notificaciones por falta de antidepresivos han superado a las de otros medicamentos de alta demanda, reflejando una nueva fase en la crisis de abastecimiento. Esta situación afecta a múltiples provincias del país y ha generado inquietud entre farmacéuticos y pacientes, en un contexto en el que los problemas de salud mental han ido en aumento y la continuidad en los tratamientos resulta esencial para garantizar la estabilidad clínica.En el caso concreto de Andalucía, LUDA Partners identifica a Anafranil como el antidepresivo con mayor dificultad de acceso, implicado en el 78 % de las búsquedas relacionadas con esta categoría. Le siguen Ludiomil, con un 9 %, y Cymbalta, con un 6 %. El resto de las incidencias corresponden a otras marcas que también forman parte del tratamiento de trastornos del estado de ánimo. En términos generales, el número de reportes sobre faltas de antidepresivos en España se ha multiplicado por cuatro en comparación con los primeros meses de 2025 y con el mismo periodo del año anterior.Los problemas con la salud mentalEste repunte en la escasez de medicamentos coincide con una creciente preocupación por la salud mental en la población. Según la encuesta Statista Consumer Insights 2025, el 17 % de los ciudadanos afirma sufrir algún trastorno mental, situando este tipo de afecciones por encima de los problemas de visión (13 %) o las dolencias cardiovasculares (9 %). Los datos reflejan una tendencia sostenida de aumento en la prevalencia de condiciones como la ansiedad, la depresión o el síndrome de agotamiento profesional.Entre la población más joven, el impacto es aún mayor. La Red para la Promoción de la Salud y el Bienestar Emocional de las Personas (Proemo) estima que más de 1,5 millones de adolescentes de entre 12 y 18 años se encuentran en riesgo o ya presentan problemas emocionales. De ellos, un millón experimenta síntomas de ansiedad y depresión, mientras que medio millón cuenta con un diagnóstico clínico y está recibiendo tratamiento.El incremento de hospitalizaciones por causas relacionadas con la salud mental corrobora esta evolución. Un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) indica que, en las dos últimas décadas, los ingresos por este motivo entre jóvenes de 11 a 18 años se han triplicado, pasando del 3,9 % en el año 2000 al 9,5 % en la actualidad. Además, la edad media de ingreso ha descendido desde los 17 hasta los 15 años. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estima que uno de cada tres españoles desarrollará algún trastorno mental a lo largo de su vida, una proporción que ha aumentado de forma significativa respecto al 25 % calculado en 2016.