La canción más salvaje de Dani Llamas, con disco nuevo días después de un trasplante de riñón

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Tiene 30 puntos en el costado que podrían ser 30 versos de rock brutal, casi heavy metal, pero el mito de la mala vida de los artistas, ese caminar por el lado más salvaje, es eso: una leyenda urbana. "Es un mito del siglo XX". Podrían ser, tal vez, 30 quejíos por seguiriyas de los que dejan inevitable huella muy jonda. "Los rockeros son Bambi al lado de los flamencos", sentencia al otro lado del teléfono. Fuera de coñas y tópicos, "si esto hubiera sido una cosa autoinfligida, pues mira..., pero esto es una enfermedad que te toca y te toca".Como su vida es música, componer, acariciar las cuerdas de su guitarra, esta es su canción más salvaje. La que no esperaba componer. Y menos a los 45 años. Pero como no hay mal que por bien no venga, o eso dicen, el trasplante, la recuperación exprés y la inesperada visita de las musas hacen que el volteo a la pata de jamón de la vida se encare de forma plena de energía y optimismo desbordante. "Estoy flipado", resume.Apretando el puño como aquel quinceañero punk y skater del barrio de Santiago. "Estoy que muerdo. Estoy bastante estable; soy el primer sorprendido, ¿eh?", confiesa, tras verle las orejas al lobo y saber que vivir a menudo cuesta un riñón. Literal.El músico jerezano, en días pasados, en Las Setas de Sevilla, guitarra en ristre.   ESTEBANA Dani Llamas (Jerez, 1980) le entrevista lavozdelsur.es días después de haber superado el gran trance de su vida. Con un trasplante de riñón recién realizado en el Hospital Público —subrayamos— Virgen del Rocío de Sevilla, donde vive con su familia, el músico andaluz no solo camina lento para contarlo, sino que ha encontrado en esta experiencia un inusitado motor creativo que le ha sacado de un agujero creativo de dos años.A él, con su incontinencia verbal y su verborrea creativa se le ha abierto una nueva experiencia dentro de este encuentro en una segunda o tercera fase. "Para mí sí, ha sido descubrir una nueva experiencia, yo nunca había hablado en público de mi enfermedad, siempre he sido un tío que he estado apretando al máximo en silencio todo lo que tenía que hacer; yo tenía unos 30 años cuando dio la cara esto, cuando Silvia (Moreno, su mujer) estaba embarazada de Julia (su primera hija, que va a cumplir 14 años)".La enfermedad de Berger que cura un difunto generosoSe llama nefropatía por IgA, también conocida como enfermedad de Berger. Una enfermedad renal crónica causada por el depósito de inmunoglobulina A (IgA) en los glomérulos, las unidades de filtrado de los riñones, lo que provoca inflamación y daño renal progresivo. "Básicamente, mi cuerpo pensaba que producía unas enzimas en el aparato digestivo, mal ajustadas, que hacen que los riñones trabajen más de lo que deberían, por lo que se van gastando y dejan de filtrar". "Estuve muchos años solo con una pastilla, pero al final empezó a empeorar y la función renal empezó a disminuir". Nunca se sabe cómo empeorará, pero se sabe que la cosa puede acabar bastante mal. Estuvo a punto de un ensayo novedoso de un nuevo fármaco, "pero no entré por los pelos". Y al final, se fue preparando antes de entrar en un estado avanzado de la enfermedad renal. "Tenemos el sistema más eficiente del mundo en donaciones; es algo que tenemos muy bueno y hay que valorarlo""Estuve un año en el que empezaron a prepararme. El tostón gordo de la diálisis no es ya solo ir cuatro horas tres veces por semana, sino que afecta mucho a la dieta. Yo soy vegetariano y muchas verduras están prohibidas por el potasio y el fósforo. Eso es fatal para los riñones cuando no filtran". En ese proceso ya apareció la palabra trasplante en su vida."Mi padre quiso donarme un riñón, pero no era compatible, así que entré en la lista de espera. He esperado 13 meses. Eso es muy poco. Tenemos el sistema más eficiente del mundo en donaciones. España está la número 1 del ranking mundial y es por una cuestión sociológica también, la gente está muy concienciada. Es algo que tenemos muy bueno y hay que valorarlo".Primer plano del músico y compositor jerezano.   ESTEBAN¿Recuerdas el momento en que te avisaron de que el trasplante iba adelante?Es una historia curiosa. A una compañera de diálisis, con unos 65 años, la llamaron cinco veces antes de que se concretara. A mí me llamaron una sola vez. Éramos tres candidatos. Luego supieron que había dos riñones buenos y entonces uno de nosotros tenía que ser descartado. Me tocó a mí y a otra señora. Sin suplencias, directo para adentro. Fue como si me tocara la lotería. Entras en quirófano y claro que hay miedo. Pero los médicos te dan seguridad. Te dicen que lo hacen como si fuera un taller mecánico, están super acostumbrados a los trasplantes de riñones. "Estoy vivo gracias a la sanidad pública, universal y gratuita. Y como yo, muchísima gente"El trance, declara, ha sido "el más salvaje de mi vida; y eso que he vivido muchas experiencias, no he tenido digamos una vida contemplativa, ni aburrida. Por mis cosas, venturas y desventuras, he viajado mucho, he estado viviendo con tribus... cosas que ya las cuentas como abuello cebolleta, pero esto supera todo de calle, en todos los niveles. El viaje más grande ha sido mental. No sé ni explicarlo, ha sido un viaje en el que despiertas y eres otra persona". Y de ese periplo, Dani Llamas entresaca lo mejor, aunque queden las cicatrices. "Lo difícil es lo emocional. Yo pensaba que ya todo iba a ir cuesta abajo. Que ya nada iba a mejorar". ¿Conoce al donante? ¿Sabe algo de él?No. En España eso está muy protegido. Solo si fuera un donante vivo. En este caso, era de un cadáver. No sé más. Pero sí te digo que es como una experiencia muy cercana a lo metafísico. Yo soy muy materialista, no creo mucho en el alma y tal, pero esto... esto es otra cosa. Alguien muere y tú vives con una parte suya. Es fuerte, ¿eh? Es algo físico, obviamente, porque esto es un órgano y hace que el engranaje funcione, pero al mismo tiempo... yo llevaba en los últimos meses una vida de mierda, y eso te afecta al ánimo. Ves que tu cuerpo empieza a fallar y ves que tu cuerpo empieza a fallar con cosas que antes no fallaban. Me mandaba mensajes de aguantar, pero era evidente que la situación estaba empeorando. Sin diálisis estaríamos en el bar Goma, el que está frente al cementerio de Sevilla. Y espero que la sigan pasando porque en Estados Unidos, para algo así, te tienes que hipotecar a nivel casoplón.¿Y ha cambiado eso?Sí. Hoy tengo una mentalidad de flipado absoluto. Es como tener otra vez 16 años. Estoy estrenando vida nueva. Parece literatura barata, pero es verdad.Dani Llamas posa antes de la entrevista con lavozdelsur.es, en días pasados en Sevilla.   ESTEBAN10 canciones en tres días y medio tras un trasplanteColaborador del programa Mañana más, del también jerezano Ángel Carmona en RNE, Dani Llamas arrancó en los compases adolescentes con la banda G.A.S Drummers y derivó, hace una década, en una sólida y madura trayectoria en solitario. Tras dos grabaciones en Francia y Estados Unidos, llegó La Verdad (2020) en plena pandemia —elegido como uno de los mejores álbumes del año por la crítica especializada— y, justo en la salida de lo peor de la covid, A fuego (2022), un paso más allá en el feliz encuentro con el flamenco. Un año después, tras pasar por la Bienal de Flamenco de Sevilla, llegó Sangre, con la cerraba esta trilogía jondorockera que tantas alegrías y energías nuevas le ha reportado. "Es fundamental que se entienda: queremos ser pacientes, no clientes. La sanidad no puede ser un negocio"Damos por sentado que nuestros órganos siempre van a funcionar y es extrapolable a la sanidad pública, que siempre pensábamos que nunca nos iba a fallar. Usted en este trance no se ha cansado de alzar la voz en defensa de sus profesionales y del sistema público andaluz de salud.Estoy vivo gracias a la sanidad pública, universal y gratuita. Y como yo, muchísima gente. La gente no valora lo que tenemos en común, como la educación o la sanidad públicas, y esas cosas que tenemos en común son las que nos hacen mejores. Damos por hecho cosas que han costado mucho sufrimiento, y nuestras generaciones no han luchado por esos derechos, pensamos que están ahí desde siempre. Es fundamental que se entienda: queremos ser pacientes, no clientes. La sanidad no puede ser un negocio. Si tienes un seguro privado y la cosa se complica, te mandan a la pública. Al final, de una manera o de otra, todo lo concertado es desigualdad e injusticia. No sabemos lo que nos cuesta esta sanidad pública que tenemos, pero ya estoy yo aquí, como otros muchos y muchas, para recordarlo. Durante el proceso hiciste una especie de diario en redes. ¿Fue un bálsamo ese 'exhibicionismo' virtual?Fue un arrebato. Publiqué una reflexión y se fue de las manos. Pero me ha escrito muchísima gente que ha pasado por lo mismo. Gente que no conozco. Algunos buscando información, otros simplemente para contarme sus casos. Fue muy bonito. Ha sido la cara amable de las redes sociales. Un bálsamo, sí. La tecnología puede servir para lo peor y lo mejor de los seres humanos.En el hospital conoció a personajes muy potentes, como Clara, la enfermera trasplantada. Su compañero de habitación, un migrante argelino...Clara es brutal. Me estaba haciendo la glucosa y me dice: Yo estoy trasplantada desde los ocho años. Imagínate. Y se mete, a sus 22 años, a cuidar a gente que está como ella. Y mi compañero Rezki, argelino, 22 años en España, dos hijos... Historias muy bestias. Y por supuesto, mis cuidadores, mi padre y Silvia, que han sido esenciales. Mi madre no podía venir por problemas físicos. Pero esa red de cuidados es fundamental, es tan básica...¿El proceso ha influido en su música?Muchísimo. Esto es primicia: en tres días y medio, he escrito 10 canciones y acabo de cerrar carpeta. He hecho un disco nuevo. Lo que me ha pasado es una especie de revelación, como cuando le dieron las tablas de la ley a Moisés. Alguien o algo me ha puesto por las noches desvelados con ideas buenas que quiero grabar.Esa hiperactividad era ya habitual antes del trasplante.(Ríe) No, pero cerré mi trilogía flamenca con Sangre en 2023 y desde entonces no había compuesto nada. Más de dos años en blanco. Bloqueado. No podía, no me salía. Tenía que pasar el trance."Me he dado libertad para hacer canciones a un rollo del que no voy a dar explicaciones a nadie; tengo muchas ganas de grabar"¿Se ha quedado a gusto con este nuevo 'quejío'?Killo es increíble, tengo un montón de ganas de que escuches las nuevas canciones porque no os lo vais a creer. Me he dado libertad para hacer canciones a un rollo del que no voy a dar explicaciones a nadie. Tengo muchas ganas de grabar, es otro paso más. Dani Llamas, un hombre que ha vuelto a sonreír.   ESTEBAN¿Qué dicen los médicos ahora? ¿Qué viene a partir de aquí?Estoy en revisiones semanales que se convertirán en quincenales, luego mensuales, y si todo va bien, una vez al año. Ya me han empezado a desescalar la medicación. Los inmunosupresores son potentes, pero van quitándolos si el cuerpo acepta el órgano, como así está siendo. Ahora siempre pienso que lo mejor está por llegar.El próximo 14 de agosto tiene el reto de volver al escenario. Será, si todo marcha bien, en casa. En la Plaza de La Asunción en Jerez. "Los médicos me dicen que debo cuidarme mucho hasta entonces, pero que llegado el caso, me va a venir muy bien para los riñones", sonríe. Estrenará nombre de su banda, Dani Llamas y la banda del Ala Rota, tras un proceso democrático de elección junto a sus componentes. Y comenzará a tocar otra vez. "Estoy deseando". Será al aire libre, con entrada gratuita, en casa, con la familia y los colegas de toda la vida. Y luego volverá a diálisis, a la Cartuja de Sevilla, a saludar y dar ánimos a todos los que allí conoció y se quedaron aguardando una llamada. Saliendo de un circuito agotador y soñando, con miedo, con incertidumbre, superar un trance que dé a luz una vida nueva. Un nuevo comienzo. Una nueva oportunidad. Una vida, en principio, más amable, más humana, menos rara.