El 'caso Montoro' rompe la estrategia de Feijóo con la corrupción y sitúa a Rajoy y Aznar frente al espejo

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La imputación del exministro Cristóbal Montoro ha pillado con el pie cambiado al Partido Popular, que en los últimos meses ha hecho de la corrupción su principal artillería para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez. En un primer momento, tras levantarse el secreto de sumario sobre la causa que no solo afecta a Montoro sino también a gran parte de su equipo en el Ministerio de Hacienda, la dirección nacional del PP lo trató de minimizar asegurando que no era, ni mucho menos, tan grave como el caso Cerdán. Sin embargo, a medida que se fueron conociendo más detalles sobre la causa, el PP trató de desvincular al ex todopoderoso ministro de Hacienda de la dirección presidida por Alberto Núñez Feijóo.No lo hizo Feijóo en primera persona, ya que desde que estalló la noticia —el pasado miércoles— no ha tenido agenda pública. Se pronunció en redes con un escueto post en X en el que aseguró que "lo que haya que investigar, que se investigue" y concedió una entrevista a uno de sus medios predilectos, La Voz de Galicia, en la que sostuvo que no puede haber "dos varas de medir" con la corrupción y que el PP tenía que ser "más exigente" con aquellos que militan o han militado en su partido. El líder del PP también presumió de que en sus treinta años en política nunca "ha nombrado a nadie que esté metido en un supuesto de corrupción".Se trata, sin embargo, de una afirmación muy matizable. Durante su etapa al frente de la Xunta de Galicia, Feijóo relativizó condenas, obvió imputaciones y evitó perseguir casos de corrupción calificados así en sentencias judiciales. La condena más significativa por corrupción durante los años de Feijóo fue la del caso Campeón, centrado en la figura del empresario lucense Jorge Dorribo. En 2017, fueron condenados por tráfico de influencias y negociaciones prohibidas el entonces diputado autonómico del PP Pablo Cobián, el director del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), Joaquín Varela de Limia, y el subdirector de Información Especializada de ese mismo ente dependiente de la Conselleria de Economía, Carlos Silva.En la citada entrevista en La Voz de Galicia, el líder del PP también habló del nombramiento de Alberto Nadal, el que fuera la mano derecha de Montoro la última etapa del Gobierno de Rajoy, al que Feijóo ha ascendido a la vicesecretaría de Economía. “Si hubiese alguna persona sospechosa de algo y que la explicación que me da no me convence, dejaría de trabajar con él. Pero a la persona a la que usted se refiere es que ni estaba ni tenía ninguna responsabilidad en los hechos que están siendo investigados”, alega. Fuentes de la dirección del PP consideran que el caso "no va a ir a más" y se muestran tranquilos respecto a Nadal. Es más, dudan de que el caso escale al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña bajo el argumento de que es "sorprendente e inusitado que esté imputado el equipo de un ministerio entero": "Eso ya te indica que tienen sospechas pero poco hecho contrastado", señalan fuentes conservadoras a infoLibre. Aún así, admiten que quieren distanciarse todo lo posible de Montoro, al que desde la derecha mediática ya tratan de vincular con "el sanchismo", por la lista de enemigos internos que acumula: "Me temo que hay mucho ruido por la cantidad de gente que le tiene guardadas cosas", reflexionan.Quien sí aparece como investigado en el caso Montoro es Miguel Ferre, ex secretario de Estado de Hacienda, que "asesoró a título individual" a Feijóo cuando aterrizó en Madrid y también colaboró en la redacción del programa electoral para el 23J. En Génova argumentan que no tienen ningún tipo de "relación contractual" con él en la actualidad y tampoco Montoro, que, sin embargo, sí estuvo presente en el reciente congreso que el PP celebró para encumbrar a Feijóo y que también ha participado este año en otros actos como la presentación del libro de Rajoy en el Congreso. En ese cónclave hubo dos figuras que tuvieron mucho protagonismo: los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, a los que Feijóo reunió para tratar de exhibir unidad en el PP, y que se mostraron muy contundentes contra la corrupción pese a haber estado rodeados de escándalos. En un discurso muy aplaudido y que el propio Feijóo utilizó como referencia, Aznar censuró la “golfería estructural del ‘sanchismo”, y pidió “que los delincuentes dejen de estar en los despachos legislando y pasen a estar en la cárcel”  hasta el punto de llegar a pronosticar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acabará en la cárcel por el caso Cerdán.Por su parte, Rajoy presumió de la lucha "contra la corrupción" que, según él, llevó a cabo durante sus cerca de siete años de mandato. "Esto es algo increíble. Es alucinante. Es asombroso. No se conocen precedentes de algo así ni parecido”, dijo, en referencia a los casos que afectan al PSOE. Lo cierto es que tanto Rajoy como Aznar situaron a Montoro en la cúpula del Ministerio de Hacienda durante sus respectivos gobiernos y su antecesor en el cargo en la época de Aznar, Rodrigo Rato, acabó en prisión tras ser condenado por delitos fiscales, blanqueo de capitales y corrupción entre particulares. Es decir, las dos referencias económicas del PP, señaladas.Aun así, el PP no considera necesario que Aznar y tampoco Rajoy den explicaciones ahora sobre la imputación de Montoro. Según su portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, en "esta primera fase", el que debe dar la cara es el propio exministro. Un argumento que contrasta con las incesantes explicaciones que le han demandado a Sánchez tras el informe de la UCO que llevó a su número tres, Santos Cerdán, a prisión. Sin embargo, para Muñoz la actitud que está teniendo el partido conservador con este caso "no tiene nada que ver" con la que está mostrando el PSOE ante sus escándalos.Muñoz acabó admitiendo que "ha podido haber compañeros que han usado al partido y al Gobierno para enriquecerse", pero presentó al PP de Feijóo como víctima. "Eso nos afecta a la gente honrada. Lo que quiero es que se investigue y que se llegue hasta el final, eso es lo que nos diferencia a unos y a otros". La portavoz también negó que la imputación de Montoro suponga "un empate" o equilibre "la balanza" respecto al caso de Cerdán y Ábalos. "Conviene no insultar la inteligencia de los españoles", zanjó.