Demanda récord y baja vacancia impulsan oficinas en Bogotá ¿Cuáles son las tendencias?

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El mercado de oficinas clase A en Bogotá cerró el segundo trimestre del año con una dinámica que refleja señales de adaptación, reorganización espacial y nuevas prioridades por parte de los ocupantes corporativos, de acuerdo con el más reciente análisis de la firma Cushman & Wakefield.En efecto, la absorción neta acumulada entre abril y junio alcanzó los 23.950 metros cuadrados, mientras que la tasa de vacancia se ubicó en 9,9%, en un contexto de creciente presión por espacios más eficientes, funcionales y sostenibles.Puede ver: MTS alcanza $55.000 millones en ingresos y proyecta crecimiento del 20% en 2025De acuerdo con la firma, uno de los factores determinantes ha sido la consolidación de submercados emergentes por fuera del Central Business District (CBD), que tradicionalmente ha concentrado la mayor parte de la oferta corporativa.El submercado NON-CBD, por primera vez, lideró la absorción con 13.270 metros cuadrados, superando al propio CBD y reflejando un cambio en el comportamiento de la demanda hacia zonas que combinan acceso, servicios y potencial de desarrollo.“Los ocupantes están migrando hacia espacios más eficientes, funcionales y sostenibles. Bogotá está transitando hacia un mercado corporativo más policéntrico y sofisticado”, indicó Juan Carlos Delgado, country manager de Cushman & Wakefield en Colombia.​Tres nuevos corredores están ganando relevanciaEl informe destaca que el inventario total de oficinas clase A en Bogotá asciende a 1,36 millones de metros cuadrados. De esta cifra, aproximadamente el 90% se concentra en el corredor CBD, que incluye zonas como el centro financiero de la Calle 72, la Avenida Chile, el sector Nogal-Andino y la Calle 100. No obstante, corredores como Santa Bárbara, Nogal-Andino, Salitre y el noroccidente han cobrado protagonismo al registrar niveles de vacancia inferiores al 2%.Este comportamiento indica una mayor competencia por espacios bien localizados y técnicamente adecuados, que respondan a criterios de diseño actualizados, buena conectividad y certificaciones sostenibles. La reducción en la disponibilidad ha llevado también a una presión sobre los precios de renta, particularmente en los submercados emergentes.Vea también: Bogotá enfrenta escasez de oficinas 'prime' y aumento de rentasOficinasiStockSegún el reporte, el precio de renta pedido en oficinas clase A presentó un incremento promedio del 10% en el último año. En algunos sectores del noroccidente, ese incremento ha llegado hasta el 15%, impulsado por la escasez de espacios de alta especificación técnica y la aparición de nuevos desarrollos que han generado mayor interés en estas zonas.“La forma en que las empresas perciben sus espacios ha cambiado radicalmente. Hoy se priorizan entornos funcionales, que inspiren y aporten valor humano, no solo ubicaciones premium”, señaló Laura Acevedo, Broker Senior de Cushman & Wakefield.Los factores que explican este cambio incluyen la adaptación del trabajo híbrido, la búsqueda de mayor calidad ambiental interior, la consolidación de estándares ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y la necesidad de atraer talento mediante espacios que combinen productividad con bienestar. Todo esto ha obligado a los desarrolladores a repensar sus propuestas arquitectónicas y de servicios.Actualmente, la ciudad cuenta con 130.892 metros cuadrados de oficinas clase A en etapa de construcción. Estos proyectos se ubican principalmente en corredores como Calle 100, Salitre y Nogal-Andino, y están enfocados en responder a una demanda que exige estándares técnicos avanzados, mayor flexibilidad en las plantas, certificaciones de sostenibilidad y conectividad urbana eficiente.A largo plazo, el pipeline de oficinas proyectadas alcanza los 668.080 metros cuadrados, con entregas escalonadas para los próximos siete a diez años. Esta oferta futura se localiza en corredores mixtos como Salitre, el Centro y el noroccidente, en coherencia con una estrategia de ciudad más distribuida y adaptable a nuevas centralidades.​Los proyectos de movilidad  inciden en la dinámica del sectorEl estudio también evalúa las condiciones del entorno macroeconómico, que si bien sigue presentando desafíos, muestra señales de recuperación. En abril de 2025, el área licenciada para destinos no habitacionales en la ciudad se redujo en un ‑5,0% frente al mismo mes del año anterior. Sin embargo, se proyecta una recuperación gradual, sustentada por la reducción de las tasas de interés —actualmente en 9,25%—, una inflación moderada del 4,82% y una expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,3% para finales del presente año.La evolución del mercado de oficinas no puede entenderse de forma aislada del contexto urbano. Proyectos de infraestructura como la Línea 1 del Metro y el Regiotram de Occidente están modificando las dinámicas de movilidad y conectividad, extendiendo la viabilidad de establecer polos corporativos en sectores previamente secundarios. Aunque estas obras aún no generan consolidación inmobiliaria directa, son consideradas factores catalizadores para futuras zonas de desarrollo.Puede ver: Sin nuevas construcciones de oficinas, precios de los arriendos siguen escalandoOficinasiStockEstos cambios también responden a una mayor conciencia sobre la resiliencia urbana. Las empresas valoran cada vez más la posibilidad de ubicar sus operaciones en entornos con acceso multimodal, servicios complementarios, espacios públicos y una integración con otros usos del suelo como vivienda, comercio y cultura. Este enfoque ha contribuido a que se aceleren los desarrollos en zonas como el Centro Ampliado, el Eje Calle 13 y la Avenida El Dorado, donde se perciben oportunidades de crecimiento con impacto metropolitano.Según la firma inmobiliaria, el comportamiento actual del mercado refleja una demanda más exigente y un inventario en transición hacia mejores estándares. Los ocupantes buscan infraestructura tecnológica, soluciones de eficiencia energética, control ambiental y elementos que favorezcan el bienestar del usuario final.En los próximos años, la sostenibilidad jugará un rol central en las decisiones de ocupación. La mayoría de los proyectos en construcción cuentan con certificaciones como LEED, WELL o EDGE, y se espera que esta tendencia se consolide como un requisito básico, especialmente entre compañías multinacionales o del sector financiero y tecnológico.“Bogotá está evolucionando hacia un modelo de ocupación más selectivo, pero también más estratégico. Las decisiones ya no están motivadas únicamente por el costo del metro cuadrado, sino por el valor agregado que ofrece el entorno completo”, agregó Delgado.La oferta futura enfrenta, no obstante, retos estructurales. La disponibilidad de suelo apto para uso corporativo, los costos asociados al desarrollo y las exigencias normativas limitan la velocidad de expansión. A ello se suman factores de coyuntura como la incertidumbre macroeconómica, los plazos de aprobación de licencias y los cambios en las regulaciones urbanísticas, que inciden en los cronogramas de entrega y la rentabilidad esperada.PAULA GALEANO BALAGUERAPeriodista de Portafolio