Durante la instalación del último año legislativo de su gobierno, el presidente Gustavo Petro volvió a encender el debate económico con un discurso que mezcló autocomplacencia, advertencias fiscales y una carga frontal contra el Banco de la República; en medio de lo que ciertos sectores han calificado como un balance a medias, que sólo destacó las luces pero ignora la crisis fiscal que se ha generado.Diversas han sido las reacciones en los gremios empresariales y entre analistas financieros, quienes advirtieron sobre la desconexión entre el relato presidencial y la situación fiscal del país; que actualmente está marcada por la falta de ingresos, el gasto creciente y un endeudamiento que exige cada vez más intereses a las arcas de la Nación.Más información: Bloqueos se levantan en inicio de mesa de negociaciones entre arroceros y el GobiernoPor ejemplo, en su intervención, el mandatario aseguró que la industria manufacturera, con excepción del segmento petroquímico, creció 3,7% en el último año, y dejó claro que no se ha crecido más por la negativa del Banco de la República de reducir la tasa real de interés.“Si la tasa real de interés crece más o es mayor que la tasa real de crecimiento de la economía, la deuda es impagable”, afirmó, al tiempo que señaló que el mayor crecimiento del gasto público en sus tres años de gobierno se ha concentrado en el servicio de la deuda interna, por cuenta, según él, de las decisiones del Emisor.El ritmo económico ha estado marcado por el temor a una crisis fiscal en la era Petro.Imagen de ChatGPTConcretamente, Petro afirmó que la Junta del Banco de la República “no quiere bajar la tasa real de interés a pesar de que este gobierno ha logrado bajar la tasa de inflación por debajo incluso de lo que tenían pensado” y en ese mismo tono, preguntó de forma retórica a los legisladores si “¿alguno de ustedes es propietario de la deuda interna de Colombia?”, insinuando que el costo fiscal de la deuda beneficia a una élite privilegiada, mientras se sacrifica la inversión pública.El mandatario también intentó defender el desempeño de la industria colombiana, destacando un supuesto dinamismo que, desde sus cuentas, estaría siendo invisibilizado por los medios y por quienes se centran en el rezago del sector petroquímico, remarcando que “la industria manufacturera, excepto petroquímica, creció 3,7% en este año positivo”.Lea también: Dólar subió 26 pesos en el arranque de la semana: así se movería los próximos díasDiferencias desde los empresariosPara Bruce Mac Master, presidente de la Andi, pese a que el presidente Petro “cree que al país le está yendo muy bien", ese sector de la economía tiene preocupaciones que el mandatario no percibe o no considera y citó las inquietudes que rondan al empresariado en los frentes de salud, seguridad y deuda pública, entre otros.“Hay muchas cosas en las que no coincido con el presidente, especialmente en su discurso del día de ayer. Lo de ayer fue muy notorio, porque si algo es muy importante, ha sido la antipatía y el abandono que ya ha sentido hacia Antioquia durante los últimos tres años”, afirmó en declaraciones a la W.El ritmo económico ha estado marcado por el temor a una crisis fiscal en la era Petro.Imagen de ChatGPTEn este sentido, agregó que no es cierto que Antioquia haya tenido el mayor crecimiento solo porque crecen las confecciones, porque el mandatario haya logrado perseguir al mayor contrabandista de Colombia.“De manera que no es cierto. Lo que ha habido es un crecimiento en la demanda, eso lo mencionó el Presidente en su discurso de ayer, pero ese crecimiento en la demanda se ha presentado precisamente por dos cosas: las remesas de los colombianos que viven por fuera del país, que están enviando más de 100.000 millones de dólares al mes, que se convierte en consumo, y también por el aumento de los precios del café”, agregó.Otras noticias: Gobierno cambiará de nuevo el esquema diferencial de estabilización de precios del AcpmDesde el sector agroexportador, Gustavo Gómez, presidente de Asoexport, aportó un matiz distinto y aunque reconoció que la producción cafetera ha caído, señaló que los buenos precios internacionales podrían mantener estables las exportaciones.“Puede que crezcan un poquito. Ahora hay otros productos agro que también pueden estar creciendo y que pueden echar la mano, tipo aguacate, cacao”, explicó. Para Gómez, si bien hay señales positivas, no deben interpretarse como una bonanza estructural.El ritmo económico ha estado marcado por el temor a una crisis fiscal en la era Petro.Imagen de ChatGPTNo culpar al EmisorMás directas fueron las críticas desde el plano técnico, donde el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, fue enfático en advertir que el costo de la deuda no depende exclusivamente de la tasa del Banco de la República, sino de la percepción de riesgo fiscal que genera el mismo Gobierno.“La responsabilidad de las tasas de interés para la deuda pública del Gobierno Nacional reposa especialmente en la incertidumbre y desconfianza que genera el propio Gobierno con el manejo fiscal. Una reducción prematura o forzada de la tasa de intervención del Emisor podría traducirse en una pérdida de credibilidad para la política monetaria”, sentenció.La realidad económica tristemente desmiente al mitómano de @petrogustavoHoy en la instalación del Congreso, el presidente insistió en que su modelo es exitoso. Pero los datos muestran otra cosa: más impuestos, más deuda, más déficit, menos crecimiento. Vamos por partes.1.… pic.twitter.com/XfYaswRo2v— José Manuel Restrepo Abondano (@jrestrp) July 21, 2025En una línea similar se pronunció Andrés Langebaek, director de estudios económicos de Davivienda, quien desmintió con contundencia la tesis presidencial y dijo que “es falso que la deuda pública necesariamente baje porque las tasas de interés del Banco de la República bajen”; explicando que la política del Emisor afecta principalmente los TES de muy corto plazo (uno o dos años), mientras que los de largo plazo, que representan el grueso del endeudamiento del país, dependen de la prima de riesgo, el nivel de inflación y las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.Más técnico aún fue Camilo Pérez, director de investigaciones económicas del Banco de Bogotá; quien recordó que la tasa de intervención del Banco de la República es una tasa para operaciones de un día con el sistema financiero, y que su relación con los TES de largo plazo es limitada.Presidente Gustavo PetroEFE“En particular en los TES, lo que más computa para que esas tasas estén muy por encima del Banco Central es el riesgo país, es la percepción de riesgo”, afirmó este experto, que también advirtió que “si las decisiones se ven permeadas por algún otro tipo de objetivo, claramente los mercados van a cuestionar la validez de las mismas y las consecuencias van a ser peores”.Finalmente, César Pabón, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, desarmó otro de los argumentos del presidente y acotó que las tasas de corto plazo, que sí están ligadas al Banco de la República, han bajado significativamente desde su pico del 13%, resaltando que “lo cierto es que son las tasas de los TES de largo plazo las que se han venido aumentando, y por eso se habla del empinamiento de la curva”.Consulte también: Importaciones crecieron 10,8% en mayo por mayor flujo de manufacturasEstas voces coinciden en que el presidente Petro incurre en una simplificación técnica peligrosa que culpa al Banco de la República por un problema de origen claramente fiscal; mientras que el relato oficial insiste en mostrar un país que crece pese a todo, a costa de fragmentar los datos industriales y omitir los efectos de la incertidumbre macroeconómica.DANIEL HERNÁNDEZ NARANJOPeriodista de Portafolio