Coches playeros icónicos: Un viaje al volante de la nostalgia veraniega

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Los «coches playeros» más icónicos de la historia son aquellos diseñados para la diversión y el estilo en entornos costeros, a menudo con diseños descapotables o con características especiales para la playa. Estos coches no solo eran vehículos, sino también símbolos de un estilo de vida relajado y veraniego, asociados con la diversión, la aventura y la estética playera. Nos referimos a vehículos recreativos como los Buggy, diseñados específicamente para terrenos arenosos, con grandes neumáticos y una estructura ligera para facilitar la movilidad en la arena. Aunque no son exclusivamente para la playa, algunos todoterrenos ligeros y vehículos con tracción en las cuatro ruedas también son aptos para disfrutar de entornos playeros. Los coches «playeros» se distinguen por su capacidad para enfrentar terrenos arenosos, su diseño abierto que permite disfrutar del aire libre y su robustez para soportar las condiciones de la playa. Aquí están algunos de los vehículos más emblemáticos que han definido el concepto de «coche veraniego» y que a los amantes de la automoción les gustaría conducir en su entorno. El Rey de la Playa Con su carrocería de plástico ABS (ligera y resistente a la corrosión), su diseño descapotable sin puertas y su simplicidad mecánica (basada en el 2CV), el Méhari es, quizás, el coche playero por excelencia. Era fácil de limpiar, robusto y perfecto para las zonas costeras, un auténtico símbolo de libertad y despreocupación. Incluso se usó para fines militares, lo que habla de su versatilidad. Su regreso en formato eléctrico (E-Méhari) demostró su legado duradero. El Glamour Costero Diseñados por el carrocero Ghia sobre la base de los populares Fiat 500 y 600, los Jolly eran pequeños y encantadores descapotables sin puertas, con toldos a rayas y asientos de mimbre. Eran los favoritos de la jet set en lugares como la Costa Azul o Capri, ideales para paseos junto al mar y con un toque de lujo desenfadado. Aristóteles Onassis tuvo uno. El Utilitario Rebelde Conocido en España como «Safari» o en Estados Unidos como «The Thing», este coche se basaba en la plataforma del Escarabajo y tenía un diseño utilitario y militarista, pero se adaptó perfectamente al ocio. Era robusto, descapotable, y sus puertas y parabrisas podían abatirse, ofreciendo una experiencia de conducción totalmente abierta, ideal para explorar o ir a la playa. La Diversión Pura Los «beach buggies» o buggies de playa, a menudo construidos sobre chasis de Volkswagen Escarabajo, se popularizaron enormemente en los años 60 y 70, especialmente en California. Eran vehículos ligeros, con carrocerías de fibra de vidrio y sin apenas lujos, diseñados puramente para la diversión en la arena y las dunas. El Meyers Manx es el más famoso. La Respuesta Francesa al Méhari Similar en concepto al Méhari, el Renault Rodeo era un vehículo recreacional ligero, inicialmente basado en el Renault 4 y luego en el R6 y R5. Compartía la idea de ser un coche sencillo, versátil, con techo y laterales desmontables, ideal para el campo y la playa. El Aventura Ininterrumpida Aunque no siempre es un «playero» en el sentido de coche de playa ligero, el Jeep Wrangler y sus antecesores de la serie CJ son sinónimo de libertad al aire libre. Con su capacidad para desmontar el techo y las puertas, y su robustez todoterreno, son perfectos para llegar a calas remotas o explorar caminos de tierra bajo el sol. El 4x4 Compacto y Desenfadado Pequeño, ágil y con auténticas capacidades todoterreno, el Suzuki Jimny (y su predecesor, el Samurai) ha sido siempre una opción popular para quienes buscan un vehículo fiable para llegar a lugares de difícil acceso, incluyendo playas salvajes o rutas de montaña. Su diseño compacto y a menudo con opciones descapotables lo hacen muy «veraniego». En la actualidad la práctica totalidad de estos coches se pueden localizar en el mercado de segunda mano, aunque se han revalorizado de forma importante. Por ejemplo, el el Citroën Méhari es un vehículo icónico y muy buscado, especialmente para el verano y como coche de colección. Unidades que necesitan restauración o en estado regular pueden llegar a costar entre 4.500 € y 10.000 €. Modelos en buen estado de conservación, funcionando y con ITV se pueden localizar por 11.000 € y 20.000 €, y modelos restaurados o en excelente estado (para coleccionistas pueden superar los 20.000 € y alcanzar hasta 38.000 € o más. Un Jeep de segunda mano, igualmente según su año de fabricación y estado, puede roncar entre los 6.000 y los 40.000 euros.. Quizás entre los más accesibles se encuentran los Suzuki SJ o Samuray, ya que podemos localizar alguna unidad que necesite arreglos o restauración desde unos 2.500 euros. También pueden alcanzar precios de 8.000 € a 15.000 € o más, especialmente los modelos con el motor 1.3 y aquellos que han sido cuidadosamente mantenidos o modificados para el off-road con homologación.