Júlia Farré es dietista y nutricionista directora, claro, del Centro Júlia Farré de Barcelona, especializado en nutrición y psiconutrición. En su cuenta de Instagram comparte múltiples vídeos al respecto, y en uno de los más recientes aborda un asunto casi de Estado: cómo escoger las mejores sandías del supermercado . Presenta cinco aspectos a tener en cuenta. Primero, uno ha de fijarse en la mancha en la parte inferior de la sandía, que «debe ser amarilla y no blanca». Cuanto más lo sea, más dulce resultará. Esta señal atestigua que la sandía ha pasado el tiempo suficiente sobre el suelo mientras maduraba y no ha sido recolectada antes de tiempo. En segundo lugar, Farré recomienda reparar en que « suene hueco » al golpear la sandía. «Eso indicará que tiene mucha agua y que por tanto estará jugosa», asegura. Lo contrario podría significar que la fruta está pasada, seca por dentro o poco fresca. En tercero, la nutricionista señala el rabito de la fruta , si bien no siempre se vende con él. Si sí, «tiene que estar seco y rizado. Si es verde y tieso, no es una buena sandía». Un rabito seco confirma que la fruta se cortó en el momento adecuado. Cuarto, la sandía debe pesar más de lo que pudiese aparentar , señal de estar cargada de agua, señal al mismo tiempo de calidad. Por último, Farré destaca la importancia de la forma. Recomienda optar por una «que sea simétrica , bien redonda, sin protuberancias extrañas», lo cual puede reflejar un crecimiento regular, sin interrupciones ni alteraciones que puedan afectar su sabor o textura.