El anuncio por parte de la Comisión Europea de que una parte significativa del incremento del gasto en defensa y seguridad se va a conseguir a partir de una reducción de la Política Agraria Común (PAC), va a ser clave en el debate político durante las próximas semanas, tanto a nivel comunitario como nacional.[articles:338318]El ministro de Agricultura, Luis Planas (valenciano, aunque muy vinculado a Andalucía), ha dejado claro que el Gobierno español no comparte esta decisión y que no está solo en esta causa, ya que avanzó que hay del orden de veinte estados que se sienten defraudados por la decisión que ha adoptado la Comisión y que no esperaba que se produjera.El Gobierno de coalición PSOE-Sumar se ha tomado dos días para reflexionar sobre este tema, el incremento durante el período 2028-34 de la partida bélica del orden de un 400%, tomando parte de los recursos de la PAC, y finalmente se ha pronunciado para dejar claro que no está todo dicho al respecto y que todavía queda mucho por hablar, eso sí, el propio Planas ha aprovechado su presencia en un acto en Los Palacios para decir al PP que es el momento de la unidad.No ha pedido lealtad apelando ya, al comienzo del debate, a que se trata de un tema de Estado, pero casi, ya que ha dejado claro que no es el momento de las divisiones y de la convocatoria de acciones unilaterales. Eso sí, teniendo en cuenta que los temas agrarios este mandato comunitario caen del lado del Partido Popular Europeo (populares y socialistas llevan comparten el gobierno de la UE como viene siendo habitual) ha dejado claro que los populares tienen una responsabilidad directa en cómo se ha formulado finalmente este tema, por encima de los socios socialistas.Lo cierto es que lo que aprobado la Comisión tiene todavía por delante recorrido. Si bien es cierto que salvaguarda de manera expresa la renta de los agricultores y ganaderos, es cierto que viene acompañado de un significativo recorte de 84.000 millones durante esos seis años, que compensan buena parte de los 105.000 millones en que crece el gasto armamentístico que pretende presupuestar la UE. Las (supuestas) necesidades armamentísticas no deben ser la excusa para reducir las aportaciones en programas sociales al campo europeo.