Colombia envejece con el bono demográfico atrapado en la informalidad

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En los años recientes, Colombia ha tenido en sus manos un tesoro poblacional, gracias a una mayoría de personas en edad productiva capaz de impulsar el crecimiento económico, mejorar el ahorro y sostener el sistema de protección social, en medio de un efecto poblacional conocido como el bono demográfico, que al parecer está en cuenta regresiva.Dicho de forma simple, la mayoría de los habitantes están en etapa productiva. Si bien esta es una noticia que a primera vista parece buena, no se ha sabido aprovechar y muy pronto será extrañada, dado que poco a poco empieza una nueva era en la que el país envejece a un ritmo más acelerado de lo previsto y las condiciones estructurales impiden capitalizar este potencial.Lea también: Reforma pensional: Congreso entregó informe de corrección de errores a la CorteLa alerta la confirman las cifras. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en 2024 se registraron 445.011 nacimientos, una reducción del 13,7% frente a 2023 y del 32,7% en comparación con 2015. Al mismo tiempo, la Tasa Global de Fecundidad cayó a un mínimo histórico de 1,1 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo poblacional de 2,1.De esta forma, Colombia se adentra en una etapa de acelerado envejecimiento, pero sin haber aprovechado plenamente su ventana demográfica y lo peor es que las razones de este estancamiento no son nuevas y comienzan por la alta informalidad laboral, desempleo juvenil persistente y una débil integración de las mujeres al mercado formal.En Colombia hay cada vez menos nacimientos y más adultos mayores.Imagen de ChatGPTUn bono desperdiciadoPara entender un poco mejor esta realidad, Portafolio conversó con varios expertos en la materia, comenzando por Piedad Urdinola, directora del Dane, quien sostuvo que “ya desde 2015 estábamos en niveles de fecundidad de reemplazo, pero la caída se ha profundizado. Para 2024, de manera preliminar, esa misma tasa alcanza su mínimo histórico”.No obstante, la jefe de la autoridad estadística nacional agregó que “el país aún cuenta con una estructura demográfica con predominio de población en edades jóvenes, pero empieza a observar tendencias claras de envejecimiento”, por lo que se hace urgente la adopción de medidas para revertir este flagelo.Más información: Ejecución presupuestal se mantiene débil y refuerza dudas sobre meta fiscalPara los expertos, en teoría, este bono debería traducirse en mayor crecimiento económico, más ahorro interno y mayor sostenibilidad fiscal. Pero los datos muestran lo contrario, ya que en el trimestre febrero–abril de 2025, la tasa de desempleo juvenil alcanzó el 16%, según el Dane y a su vez, el 55,9% de los ocupados en Colombia trabaja de forma informal, una proporción que se eleva en las zonas rurales y entre los más jóvenes.Esta realidad impide que millones de colombianos en edad laboral coticen a pensión, aporten al sistema de salud o generen ahorro para su vejez y derivan en que el país avanza hacia una estructura poblacional más envejecida, pero sin una base sólida que respalde a esa población dependiente.En Colombia hay cada vez menos nacimientos y más adultos mayores.Imagen de ChatGPT“Estamos viendo una caída importante de los nacimientos año tras año, y esto no se debe solo al deseo de no tener hijos, sino a que muchas personas no pueden formar las familias que desean por barreras sociales, económicas y sanitarias”, enfatiza Urdinola.Acá basta con decir que entre 2022 y 2024, los nacimientos cayeron 22,4%, mientras que la fecundidad general se redujo 23%, de acuerdo con los informes de estadísticas vitales del Dane. Un cambio sin precedentes que implica consecuencias profundas en el mediano plazo y para las cuales no se divisa un plan preventivo.Consulte aquí: Fitch no tiene mucha confianza en la nueva reforma tributaria del gobierno PetroEl riesgo de la bomba fiscalLa disminución de nacimientos y la creciente longevidad colocan una presión adicional sobre las finanzas públicas, ya que hoy en día, el sistema pensional consume alrededor del 22% del Presupuesto General de la Nación, y esa cifra podría aumentar con el envejecimiento.“El impacto económico será directo, menos cotizantes y más pensionados presionarán al sistema pensional, que ya representa una proporción sustancial del presupuesto”, advierte Julio Enrique Duarte, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Buenaventura, para quien “al mismo tiempo, se prevé un incremento en la demanda de servicios de salud geriátrica y atención a enfermedades crónicas”.En Colombia hay cada vez menos nacimientos y más adultos mayores.Imagen de ChatGPTLa situación es especialmente crítica porque el país no ha construido una base fiscal suficientemente robusta para afrontar ese cambio demográfico y a pesar del monitoreo del DNP y el Ministerio de Salud, “Colombia no cuenta aún con políticas de largo plazo suficientes para atender los desafíos de un envejecimiento acelerado”, concluye Duarte.No es tener más hijos, es remover barrerasDesde la perspectiva internacional, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha sido enfático en que el problema no es que las personas decidan tener menos hijos, sino que no pueden tener los que desean por falta de condiciones sociales, económicas y culturales.Noticia destacada: ISE de mayo quedó en 2,8% y reafirma el ritmo frágil al que avanza la economía nacional“La verdadera crisis de fecundidad radica en la incapacidad de asegurar las condiciones que permitan a todas las personas cumplir sus expectativas reproductivas, cualesquiera que estas sean”, señala el Informe del Estado Mundial de la Población 2025.UNFPA insiste en que las políticas pronatalistas basadas en subsidios o beneficios puntuales han fracasado en países envejecidos, y en muchos casos han producido retrocesos en igualdad de género y en su lugar, propone asegurar servicios de salud sexual y reproductiva (SSR), incluyendo anticonceptivos, interrupción voluntaria del embarazo y fertilización asistida.En Colombia hay cada vez menos nacimientos y más adultos mayores.Imagen de ChatGPT“También hay que expandir los sistemas integrales de cuidado, clave para reducir la carga de las mujeres, eliminar barreras estructurales que impiden trabajar, estudiar o formar familia y transformar normas de género con enfoque interseccional”, manifestaron.“El descenso de la fecundidad debe entenderse como un logro social, no como una tragedia”, concluye Urdinola. “Es producto de mejores niveles de educación, salud pública, y mayor autonomía de las mujeres”.Puede interesarle: Qué es el síndrome de doña Florinda y cómo puede identificarloPor último, para Andrés García-Suaza, decano de Economía de la Universidad del Rosario, el país no estaba preparado para que el envejecimiento ocurriera tan rápido y resalta que mientras que en países europeos este proceso tomó tres décadas, en Colombia, se ven cambios cada cuatro o cinco años, y “nos tomó por sorpresa”.La incertidumbre económica ha acelerado decisiones como postergar la maternidad o no tener hijos. “Además del aumento en la esperanza de vida, la caída de la natalidad genera una mayor demanda de servicios y programas de protección social para adultos mayores, en un sistema fiscal que no está listo para responder”, afirma García-Suaza.En Colombia hay cada vez menos nacimientos y más adultos mayores.Imagen de ChatGPTSin embargo, el académico sugiere ver oportunidades donde hay desafíos, comenzando por convertir la migración en un nuevo bono demográfico, si se gestiona de manera adecuada. o aprovechar el bono de género, es decir, la participación laboral femenina aún desaprovechada.“Colombia tiene una alta proporción de mujeres jóvenes con educación superior que hoy se encuentran fuera del mercado laboral por falta de servicios de cuidado o por tareas no remuneradas en el hogar. Formalizar esta economía del cuidado, como propone el Dane, permitiría sumar millones a la actividad económica y al sistema contributivo”, sostuvo.Otras noticias: ¿Cuáles carreras están liderando la demanda laboral en Colombia? Esto revela análisisCombatir la informalidad, fortalecer la inclusión laboral, apoyar a los jóvenes en el primer empleo y garantizar las condiciones para que las personas decidan libremente cuándo y cuántos hijos tener; son algunos de los caminos a tomar. Mientras tanto, el país debe adaptar sus políticas fiscales, laborales y sociales al nuevo panorama poblacional.DANIEL HERNÁNDEZ NARANJOPeriodista de Portafolio