Para quienes aspiramos a una ética de la lealtad y de la memoria, una de las cuestiones de recursos humanos que más nos cuesta abordar es cómo conciliarla con el crecimiento personal y profesional. A veces, con demasiada frivolidad o ligereza, se acusa despectivamente a los directivos y profesionales que llegan a puestos de responsabilidad de «no ser ya quienes eran», de haber llevado mal su ascenso profesional, es decir, de haberse endiosado y traicionado a sus fieles, y se aporta como prueba supuestamente definitiva el hecho de que «no le sobreviven ni uno solo de los que los acompañaban al principio». Pero la realidad es que el desarrollo personal en la vida, y el desarrollo profesional en la carrera,... Ver Más