Excelencia ecuestre jerezanaManuel Alejandro Bernal Soto es un experimentado jinete, esos que llevan casi toda su vida en torno al caballo. Desde niño supo que ese era su mundo cuando con solo tres años fue testigo del nacimiento del espectáculo ‘Como Bailan los Caballos Andaluces’ que ofreció Álvaro Domecq en una carpa en el González Hontoria.Aquello fue el origen de la actual Real Escuela y también de la pasión por este mundo de Mandro Bernal, como es más conocido. Cuenta 53 años de edad y suma casi cuarenta dedicados al mundo ecuestre. Su apellido delata su filiación rociera al formar parte de una estirpe familiar que dio forma a la Hermandad del Rocío de Jerez y pionera en peregrinar a la Aldea por Doñana.Su currículo es largo e intenso, marcado por la excelencia en su educación y en el desarrollo de una actividad hípica que la ha llevado a exportar el arte ecuestre jerezano por Europa y Asia.¿Cuánto tiempo lleva vinculado a la hípica?Pues desde el año 87, hasta ahora unos 38 años en esta profesión. Comencé con 16 años en la Real Escuela como alumno de cuadra en la primera promoción de este curso. Después ingresé en los cursos de jinete. Hacía funciones de jinete, pero sin llegar a estar contratado, sino becado. Sin embargo, ya participaba en los espectáculos y daba clases a los alumnos. Salí de allí en el año 96.Su arranque profesional fue en la Real Escuela, pero su vocación y afición viene desde niño.Sí, mi afición viene desde niño. Mi familia nunca se ha dedicado al tema del caballo. Mi padre, por ejemplo, era tornero. En mi entorno familiar nadie estaba vinculado a este mundo. Es algo que me llega desde muy pequeño. A esa afición tan temprana se le puede unir el Rocío, pues mi familia está íntimamente ligada a esta celebración, que implica estar rodeado de caballos y mulas. Por ahí me entró el gusanillo.“A mi temprana afición se añade el Rocío a la que mi familia está muy unida e implica estar rodeado de caballos y mulas. Por ahí me entró el gusanillo”Año 1974, Álvaro Domecq. El Caballo de Oro y el primer espectáculo de ‘Cómo Bailan los Caballos Andaluces’. ¿Cómo se traducen estas claves?En el año 1974 Álvaro Domecq recibió el galardón del Caballo de Oro y puso en marcha el espectáculo Cómo Bailan los Caballos Andaluces en una carpa en el parque. Tenía tres años y fuimos invitados por él. Lo recuerdo perfectamente. Aquello se me quedó grabado. Así empezó un poco todo y supe que quería dedicarme a esto toda mi vida.El jinete, colocando el cabezal a la montura. MANU GARCÍA¿Es un jinete que aborda todas las disciplinas?El jinete, sobre todo el de aquí de Jerez, suele tocar tres disciplinas principales: la alta escuela, la doma vaquera y la doma clásica. En mi caso, he trabajado sobre todo la doma clásica a nivel de competición. También la alta escuela. He competido mucho a nivel nacional y he participado en algún concurso internacional en clásica."Vi el primer espectáculo de Cómo Bailas los Caballos Andaluces con tres años y supe que quería dedicarme a esto toda mi vida”Su recorrido profesional le llevó fuera de Jerez. ¿Cómo fueron esas experiencias?Cuando salí de la Real Escuela coincidió con que también salía Álvaro Domecq, que montó un espectáculo ecuestre en Los Alburejos llamado Equitación Mágica, y me llamó como primer jinete. Más tarde, él me invitó a irme a Estepona, donde me hice cargo de la dirección de la policía local y de la escuela municipal. Eso fue con 26 años. Estuve dos años y medio, hasta que el gobierno municipal que me contrató, que era el Grupo Gil, perdió las elecciones. A partir de ahí empecé a trabajar en ganadería y en doma clásica.El siguiente paso fue pasar las fronteras nacionales.Sí, participé en un espectáculo ecuestre que aún se realiza, Apasionata, en Alemania, Austria y Suiza. Es un formato parecido al Circo del Sol, pero en versión ecuestre. Se hacían cuatro o cinco pases cada fin de semana, y venía muchísimo público, hasta 12.000 personas. Iba todos los fines de semana al país de Centroeuropa que tocara y regresaba cada siete días."Apasionata era como el Circo del Sol pero con caballos: 12.000 personas llegaron a verlo en un fin de semana”¿La aventura más fascinante fue China?Estuve un año en un centro ecuestre muy importante en el entorno de Shanghái, donde fui profesor de alumnos y alumnas chinos, y ayudé a crear un espectáculo ecuestre. La experiencia fue muy positiva, de otra cultura totalmente distinta, pero muy enriquecedora.Mandro Bernal, en la cuadra con uno de los caballos en Williams & Humbert. MANU GARCÍAPor lo tanto, es un trotamundos en esto del caballo.Sí, en el mundo ecuestre hay muchas oportunidades en el extranjero. Un jinete de Jerez está muy valorado fuera, y más si vienes de la Real Escuela. Si tienes inquietudes, ganas de ver cosas nuevas y prosperar, se te abren muchas puertas fuera."En el extranjero, el jinete jerezano tiene un prestigio que aún no terminamos de creernos"Actualmente está en la Yeguada del Hierro del Bocado y también en Williams & Humbert.Sí, cuando volví de China me hice cargo del espectáculo Canasta al Compás de Williams & Humbert, un show que iba unido a la visita a la bodega, con exhibiciones casi diarias. Ahí sigo. El año pasado también volví a colaborar con la Real Escuela para encargarme del campus que tiene en Sevilla, que se había iniciado unos años atrás y necesitaba una nueva dirección.¿El jinete hace bueno al caballo o al revés?La labor del jinete es hacer bueno al caballo. Porque los caballos, igual que las personas, tienen distintas cualidades. Unos sirven para el deporte, otros para la alta escuela, las ferias, el Rocío o simplemente para pasear. Cada uno tiene sus posibilidades y limitaciones. El jinete debe detectar eso y trabajar para sacar el máximo rendimiento del animal, ya sea en pista, doma clásica, concursos o espectáculos."Cada caballo tiene su potencial, y el jinete debe sacar de él el 100%"La marca Jerez en un jinete en el extranjero se valora muchísimo. ¿Hasta qué punto se aprecia esa denominación de origen?Muchísimo. Cuando viajas fuera, ves cómo incluso los profesionales y la afición ecuestre de otros países valoran al jinete jerezano, al caballo español y a nuestra forma de montar, que es muy técnica y muy depurada. Nos respetan igual que a los holandeses, alemanes, ingleses o americanos.Bernal en labores de cepillado y limpieza del caballo. MANU GARCÍADicen que el jinete jerezano le da un plus especial al caballo. ¿Es así?Totalmente. El jinete de aquí abajo tiene ese toque de arte. El arte de esta tierra, que se transmite al caballo. Igual que un cantaor o un bailaor imprime algo especial, el jinete jerezano también deja esa huella en el animal.Y eso se valora muchísimo en el extranjero...Más de lo que nos podemos imaginar. Nos falta creérnoslo. En el extranjero estamos muy bien valorados.