Con la noticia de la imputación de Montoro no ha habido sorpresa alguna porque en este país, que un político acabe investigado y condenado por abusón –tómese esta palabra en su sentido más amplio– es sólo la confirmación de un hecho incontestable: España tiene un problema grave de corrupción en los cimientos mismos sobre el que se construye el estado. Y sólo hay dos caminos posibles llegados a esta encrucijada: reconstruir el edificio desde su misma base o seguir ocultando la miseria de los afectos para seguir atacando al contrario en esta absurda disputa del y 'tú más', hundiendo aún más la salud institucional de este país nuestro. Desde el que tiene capacidad para legislar, pasando por los que vigilamos... Ver Más