A falta de unos segundos de que llegara el reducido pelotón que peleaba por la victoria en Valence, tras la 17ª etapa, un espontáneo logró colarse en la recta final del recorrido montado en bicicleta y ataviado con un maillot del Decathlon Ag2r La Mondiale. La escena, tan rocambolesca como peligrosa, obligó a los agentes de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) a actuar con contundencia, empleando incluso los puños, para derribar al aficionado en la línea de meta.No es la primera vez que un suceso así ocurre en esta edición del Tour. Hace apenas una semana, otro espontáneo burló el cordón de seguridad en Toulouse, tras la victoria de Jonas Abrahamsen, vestido con una camiseta con un mensaje pro-palestino que decía "Israel out of the Tour", poniendo el foco sobre Israel-Premier Tech, equipo dirigido por Sylvan Adams, debido a su vinculación con el gobierno israelí.La organización del Tour, siempre muy celosa con los protocolos de seguridad, establece un perímetro completamente cerrado en torno a la línea de meta desde mucho antes de que lleguen los ciclistas. Un sistema de señales acústicas (como sirenas o avisos por megafonía), sirve de advertencia para que periodistas, auxiliares y personal acreditado se retiren al denominado fond de ligne, situado unos cien metros más atrás.Pese a esas medidas, este nuevo episodio pone en evidencia los crecientes desafíos de seguridad a los que se enfrenta la carrera ciclista más importante del mundo.Una etapa marcada por las caídasPoco antes del percance con el aficionado, las caídas fueron las protagonistas del día, y el español Carlos Rodríguez estuvo involucrado en dos, convirtiéndose en uno de los grandes lastimados en una jornada pasada por agua.El primer susto fue a falta de 50 km. Un pequeño enganchón entre varios corredores, como Alaphilippe, en el que también se vio involucrado Carlos, saliendo disparo al margen izquierdo de la carretera. En el equipo le esperaron para llevarle al grupo de nuevo y el susto pasó, pero solo de manera momentánea. Fue justo al pasar el arco de 1 km meta cuando se produjo la montonera. El terreno resbaladizo y la incesante lluvia provocó lo inevitable. Una montonera que dejó a corredor como Girmay muy mal parados. Más allá de no poder disputar la etapa, el eritreo llegó sin apenas poder apoyar las manos sobre su bicicleta. En ese accidente estuvo, de nuevo, Carlos involucrado.