¿Cuántos cristianos quedan en Gaza tras casi dos años de guerra? Estos son los datos

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(ZENIT Noticias / Gaza, 23.07.2025).- En el corazón de una ciudad de Gaza devastada por la guerra, donde el sonido de las bombas se ha convertido en ruido de fondo y el precio de una cebolla puede superar los 15 euros, una pequeña comunidad cristiana se aferra no solo a la supervivencia, sino también a la fe. Ahora son poco menos de 500 personas —frente a las más de mil que había antes del recrudecimiento del conflicto el 7 de octubre de 2023— y una parte vive, respira y reza entre los muros de la parroquia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica de la Franja de Gaza.Para la mayoría de los 1.300 millones de cristianos del mundo, la idea de pagar 250 euros por un kilo de café parece absurda. Pero para el padre Gabriel Romanelli, el sacerdote argentino que nunca abandonó a su pueblo, la cifra es casi irrelevante. «Ese precio es teórico», afirma. «Antes de hablar de cuánto cuesta algo, tenemos que averiguarlo. Y eso es casi imposible». El azúcar, cuando se encuentra, vale su peso en plata: un kilo puede costar hasta 100 euros. Pero la verdadera moneda aquí es el silencio entre explosiones y la esperanza susurrada en la oración.Desde la suspensión de la ayuda humanitaria a principios de marzo, incluso el acceso teórico ha desaparecido casi por completo. Las familias ahora dependen de los restos que almacenaron durante los breves ceses del fuego, e incluso estos se están agotando. Las raciones se reparten cuidadosamente y los huertos improvisados —símbolo tanto de desesperación como de resiliencia— brotan en patios asolados por las bombas. Pero quedan menos personas para cuidarlos, ya que la mayoría ha huido al sur o ha muerto.“La iglesia está llena, pero no para misa en el sentido habitual”, explica el padre Romanelli. “Cada rincón se ha convertido en un refugio. Nuestros bancos son camas. Nuestra sacristía es una despensa. El patio alberga a niños y ancianos. Vivimos en los terrenos de lo sagrado porque es lo único que queda”.Las cifras pintan un panorama a la vez desolador y sagrado. Antes de que el conflicto se intensificara, más de mil cristianos, en su mayoría ortodoxos y católicos, consideraban Gaza su hogar. Unos 300 lograron cruzar a Egipto mientras la frontera de Rafah seguía abierta. Cincuenta y cuatro han muerto desde entonces. Dieciséis murieron en un solo ataque aéreo contra la Iglesia Ortodoxa de San Porfirio. Otros murieron no por explosiones, sino por el costo invisible de enfermedades sin tratamiento: diabetes, problemas cardíacos, infecciones que ya no se pueden tratar con medicamentos. Hay unas cincuenta personas discapacitadas y en estado crítico ahora bajo el cuidado de las Misioneras de la Caridad, las monjas de la Madre Teresa, cuya presencia se ha convertido en una forma de resistencia.Y, sin embargo, lo que impacta no es solo la pérdida de vidas o la escasez de alimentos. Es la resistencia pura del espíritu.«Estamos exhaustos», admite Romanelli. «Pero no estamos destrozados. No estamos abandonados. Puede que el mundo no nos vea, pero sabemos que reza por nosotros».Lo que los sostiene es lo que no se puede gravar, saquear ni bombardear: la oración. Romanelli habla a menudo de la fuerza invisible que le da a su rebaño, de cómo saber que la Iglesia global está atenta —e intercede— ofrece un sustento más vital que el pan. Las llamadas telefónicas nocturnas del Papa Francisco significaron más que palabras. Fueron recordatorios de que ni siquiera la más pequeña parte de la Iglesia es realmente olvidada.Suhail y Helda, dos jóvenes feligreses, se han convertido en voces de los que no tienen voz, enviando actualizaciones en inglés al mundo exterior. Es a través de ellos que el llamamiento de Romanelli cruza fronteras: una petición de solidaridad, sí, pero más profundamente, un recordatorio de lo que significa ser Iglesia: no solo una institución, sino un cuerpo.En una época en la que las cifras a menudo eclipsan las historias, la supervivencia de esta pequeña comunidad remanente —menos de 500 cristianos en una franja de tierra que alberga a más de dos millones— no es solo una estadística. Es un testimonio. Es una parábola escrita entre el humo y el sufrimiento, pero animada por una convicción inquebrantable: que la gracia puede crecer en las ruinas y que la oración, cuando es lo único que queda, basta para empezar de nuevo.Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.  The post ¿Cuántos cristianos quedan en Gaza tras casi dos años de guerra? Estos son los datos appeared first on ZENIT - Espanol.