El día de la bestia

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«Hotel Reyes Católicos, buenas tardes, ¿en qué puedo servirle?» «Buenas tardes, me llamo Fernando Alberto Rivero y quería reservar una habitación para esta noche. Llegaré tarde»... Era 1 de julio y acababa de arrancar un plan criminal que costaría la vida a dos personas y gravísimas heridas, también psicológicas, a una tercera. Rivero tenía 29 años. Asturiano de Langreo, residía en la Avenida Complutense de Alcalá de Henares, consumía cocaína y le constaban antecedentes por atracos, lesiones, atentado... Había trabajado como matón de discoteca. Educado, pero frío, su personalidad era psicopática . No era la primera vez que se iba a alojar en el hotel de la calle del Ángel, y sabía que al ser primero de mes las nóminas... Ver Más