Un fármaco que inocula en la sangre un veneno para mosquitos transmisores de malaria. Esta idea, la de utilizar el propio cuerpo humano para asesinar a estos vectores de paludismo y reducir así la transmisión de esta enfermedad, es la que está detrás de un nuevo estudio publicado en la noche de este miércoles en The New England Journal of Medicine. Se trata del ensayo clínico BOHEMIA, la mayor investigación hasta la fecha donde se examina el potencial del fármaco ivermectina como herramienta complementaria para el control de la malaria. Seguir leyendo