"En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido". La frase, atribuida al ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, sirve para ilustrar a la perfección el caso de Cristóbal Montoro, el todopoderoso ministro de Hacienda durante los Gobiernos de José María Aznar (2000-2004) y Mariano Rajoy (2011-2018) al que algunos desde el Partido Popular ya apuntan tras su imputación por favorecer presuntamente a empresas gasistas y al despacho que él mismo fundó mientras estaba en el Ejecutivo. Él niega todas las acusaciones y se prepara para dar la batalla legal, pero más de un dirigente del partido en el que militaba hasta este jueves busca saldar sus propias cuitas —personales y políticas—con él. Una de ellas es Esperanza Aguirre, la expresidenta de la Comunidad de Madrid, que llegó a denunciar a Hacienda ante la Fiscalía General del Estado después de que infoLibre revelara en 2015 que había ganado 369.000 euros como cazatalentos —casi el triple de lo que ingresaba como alto cargo político— y 5.000 euros más en juegos de azar. La Agencia Tributaria concluyó que la filtración se había producido fuera del ámbito del Ministerio de Hacienda. "Tenía, no voy a decir la certeza, pero la cuasicerteza de que había sido el señor Montoro", aseguró Aguirre este viernes ante los micrófonos de Radio Nacional de España (RNE), del que dijo que "nunca" debió "haber militado" en el PP, aunque acudió recientemente al congreso que reeligió a Alberto Núñez Feijóo como presidente.Tras su intento fracasado de convertirse en alcaldesa de Madrid, Aguirre atribuyó parte de su resultado electoral a la publicación en este periódico de sus datos de Hacienda. En aquel momento, de toda la documentación a la que tuvo acceso este medio, sólo se publicó la que tenía interés general, pero nada que afectara a su intimidad o a la de su familia. Diez años después, Aguirre ha vuelto a incidir en que la publicación de esos datos la perjudicó en las urnas cuando aspiraba a hacerse con la alcaldía de Madrid en liza con Manuela Carmena: "En los tracks que hacíamos bajamos entre doce y trece puntos, porque mi declaración de la renta fue filtrada y pareció que era mucho dinero", dijo ante las cámaras de TVE, responsabilizando tanto a Montoro como a infoLibre. Pero no solo apuntó al extitular de Hacienda, sino también a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y al propio Mariano Rajoy.El exvicepresidente Rodrigo Rato también acusó a Montoro de liderar una persecución política que no solo acabó con sus aspiraciones políticas sino que, a su juicio, fue determinante en la causa judicial por la que después fue condenado a una pena de cuatro años y nueve meses de prisión por delitos fiscales, blanqueo de capitales y corrupción entre particulares. Rato basó su acusación en los correos electrónicos incautados durante la investigación abierta en el juzgado de Tarragona que ahora ha imputado al exministro y, según ha revelado la Cadena Ser este viernes, no descarta personarse en la causa.Pero Aguirre y Rato no son los únicos. El exministro José Manuel Soria también le responsabilizó del fin de su carrera política. Según unas memorias que escribió a las que tuvo acceso El Mundo —pero que nunca llegaron a ver la luz—, Montoro reveló a Rajoy que la madre de José Manuel Soria tenía una cuenta en Suiza. Un factor que, según el exministro habría sido determinante para presentar su dimisión, aunque realmente esta se produjo cuando la investigación de Los papeles de Panamá desveló que poseía una empresa en un paraíso fiscal. El propio Montoro respondió a sus acusaciones y llegó a admitir que "había interés" en apartarle del cargo. "Sí, eso es la política". Del mismo modo, consideró que "ya hubo" esos mismos intereses "para que no entrara en política".Lo cierto es que el extitular de Hacienda fue el que dio la cara solo unas horas después de que Soria presentara su renuncia tras verse salpicado por el escándalo. Al Gobierno le tocaba comparecer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En ella, la situación en la que quedaba el Ejecutivo tras esta baja y la posibilidad de que Rajoy rindiera cuentas dominaron las preguntas de los medios de comunicación. "Nadie que haya operado desde paraísos fiscales puede estar en el Gobierno", respondió Montoro a una cuestión que inicialmente iba destinada a la número dos del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se limitó a suscribir sus palabras. La marcha de Soria se interpretó en clave interna como una victoria del sector sorayista del Ejecutivo, entre el que se encontraban los hermanos Nadal, Álvaro y Alberto, el primero entonces ministro de Industria y el segundo secretario de Estado de Presupuestos y mano derecha de Montoro, al que Feijóo acaba de fichar para su dirección.Una de las principales novedades que dejó el congreso del PP fue la vuelta de Alberto Nadal a la dirección nacional del PP, al que el antecesor de Feijóo, Pablo Casado, también incorporó a su dirección tras su llegada. Según explicó el PP, Nadal se hará cargo de la vicesecretaria de Economía y Desarrollo Sostenible, hasta ahora en manos de Juan Bravo, pero no se incorporará hasta el mes de septiembre, "cuando termine sus obligaciones laborales en Estados Unidos", explican fuentes del partido. La trayectoria de Nadal siempre estuvo muy vinculada a la de Montoro, que fue su jefe directo los dos últimos años del Gobierno de Rajoy.Uno de los encargados de dar la cara por Feijóo ha sido el propio Bravo, vicesecretario de Hacienda, que llegó a afirmar que "la causa ya fue archivada" y minimizó lo ocurrido al señalar que "aquí no hay mordidas o prostitutas". Unas palabras que se entienden mejor al revisar la hemeroteca de Bravo, que solo hace tres años presumía de que Montoro era una de las personas que más había marcado su trayectoria profesional: "Es un privilegio escucharle hablar en Jaén sobre economía y fiscalidad con su brillantez y claridad de siempre", escribía en un post de X en el que adjuntaba varias fotografías con el exministro y que a día de hoy sigue publicado.La actual dirección del PP, con Feijóo a la cabeza, está tratando de establecer una suerte de cortafuegos respecto a Montoro. El líder del PP, que no tuvo agenda pública el jueves ni tampoco este viernes, publicó en sus redes que su criterio con la corrupción "es muy claro" y "no cambia con independencia de a quién afecte": "Yo no hablaré ni de persecución de los jueces ni de pseudomedios. Lo que haya que investigar, que se investigue", señaló a través de X. Este viernes la vicesecretaria Alma Ezcurra reconoció que no le "gustaban nada" las "informaciones que estamos conociendo" pese a que el PP las había tratado de minimizar.La noticia de la imputación de Montoro pasó desapercibida en buena parte de las portadas del jueves de la prensa conservadora, pero hay parte de la derecha mediática que ha aprovechado para arremeter contra el exministro y cobrarse algunas cuentas pendientes, entre ellos el presentador de Onda Cero, Carlos Alsina, el jefe de investigación de ABC, Javier Chicote, y el director de EsRadio, Federico Jiménez Losantos, entre otros.Este último ha definido a los 'damnificados' por el exministro como como la "Asociación de Víctimas del Siniestro Vampiro Montoro". Losantos explicó en su programa que se vio obligado a leer "por imperativo legal" una corrección que el exministro les hizo llegar aduciendo su "derecho al honor" por vincular a su hermano con el despacho de abogados: "¿Honor Montoro, el infame, el delincuente? Se lo va a llevar por delante la justicia. A las empresas gasísticas le daba un trato de favor... a esas empresas y a cualquiera que pagara al hermano. Esto lo contamos y te manda inspecciones fiscales en venganza... Son así. Los gánsteres son iguales en la derecha y en la izquierda, y este es especialmente sórdido. ¿Quién lo invitó al congreso del PP?", señalaba el locutor.El presentador del programa Más de Uno en Onda Cero también ha descrito prácticas similares. "Metió la presión que pudo para que el programa aplaudiera su trabajo", explicaba este jueves. Ante el "cero éxito" de esa táctica, según Alsina, "cambió de estrategia e invocó el castigo fiscal que podrían sufrir las empresas que no entraran por el aro": "Aquel hombre poderoso perdió los papeles y le dijo al responsable del programa de radio que denostaba que él decidía el IVA. El ministro se llamaba Cristóbal".Por su parte, Chicote reveló en 2015 algunas de prácticas del despacho de abogados fundado por Montoro y, según él mismo explica, como represalia Hacienda inició una investigación contra él y toda su familia. "Soy víctima de esta trama por haber destapado el negocio del despacho fundado por Montoro. Hacienda investigó hasta a mi hija, que entonces tenía 3 años. Por fin se levanta el secreto y los imputan", se congratulaba el periodista de ABC en su cuenta de X, en un hilo en el que ha recogido los pormenores del caso, que según explica, acabó en la elaboración de un "informe Chicote" que no logró encontrar ninguna irregularidad fiscal.El periodista Federico Quevedo también reveló este viernes en TVE que estuvo "a punto de suicidarse" por las presiones a las que le sometió Montoro. "Durante la época del Gobierno de Mariano Rajoy yo fui muy crítico, especialmente por el tema de Cataluña y por la gestión económica de aquel Gobierno. Publiqué dos libros muy críticos, con Fernando Jáuregui, y yo que arrastraba un problema con Hacienda en aquel momento, empecé a sufrir las consecuencias". Consecuencias que, según Quevedo, fueron un "auténtico calvario tanto en lo profesional como en el tema económico" y que le llevaron a "tocar fondo" hasta el punto de que le robó a su madre enferma unas pastillas y se las tomó: "Estuve a punto de suicidarme".De esta manera, una parte de la derecha mediática ha visto en la imputación de Montoro el momento de contar vivencias sufridas como consecuencia de las maniobras del exministro y cobrarse así algunas cuentas pendientes.