Durante los últimos tiempos, el discurso desde Silicon Valley ha sido claro y coherente: los despidos masivos en las grandes tecnológicas —Google, Meta, Amazon, Microsoft, entre otras— se deben, ante todo, a la sobrecontratación realizada durante la pandemia y, más recientemente, al auge de la inteligencia artificial.Sin embargo, se trata de una explicación simplista que sólo oculta los resultados de un cambio poco conocido de la normativa fiscal estadounidense: una modificación poco debatida de la legislación fiscal estadounidense que ha transformado radicalmente la manera en que las empresas financian su I+D.La 'Sección 174'Desde 1954, la Sección 174 del Código Fiscal de EE.UU. permitió a las compañías deducir de inmediato el 100% de los gastos en investigación y desarrollo (I+D). Esto no solo incluía la compra de equipos o materiales... sino también los salarios de miles de ingenieros y científicos.Ese incentivo fiscal fue, en la práctica, el combustible que sostuvo la expansión del sector tecnológico durante siete décadas. Contratar a grandes equipos con sueldos elevados resultaba más barato porque esos costos se descontaban íntegramente de la factura fiscal.Silicon Valley, tal y como lo conocemos hoy, sencillamente no habría existido sin ese recurso legal. En Genbeta La amenaza de despidos provocados por la IA se está usando para forzar a los trabajadores a aceptar peores condiciones laborales El giro de 2017: la bomba de tiempo fiscalEn 2017, bajo el gobierno de Donald Trump, se aprobó una gran reforma tributaria que redujo el impuesto de sociedades del 35% al 21%. O al menos, ese fue el cambio que centró la atención mediática, mientras pasaba casi desapercibida otra medida clave: la modificación de la Sección 174.A partir de entonces, las empresas dejaron de poder deducir de inmediato los gastos en I+D. En su lugar, debían amortizarlos en un periodo de cinco años (o quince en el caso de inversiones en el extranjero). En términos contables, esto convirtió a la innovación —que antes un beneficio fiscal directo— en un gasto pesado que inflaba los balances.La medida actuó como una bomba de tiempo: su impacto no se sintió de inmediato, sino hasta que las declaraciones de impuestos de 2022 reflejaron el nuevo régimen fiscal.La pandemia como cortina de humoDurante 2020 y 2021, el auge del trabajo remoto, el consumo digital y la demanda de infraestructura en la nube impulsaron un crecimiento explosivo de las tecnológicas. Muchas compañías aprovecharon ese contexto para contratar a decenas de miles de empleados adicionales.Cuando los despidos comenzaron a escalar en 2022 y 2023, la explicación oficial fue que se trataba de un "ajuste" tras la sobrecontratación en pandemia. También se aludió a la necesidad de "reposicionar recursos" frente a la irrupción de la inteligencia artificial generativa. En Genbeta El despido de muchísimos jefes en Google no es algo aislado: muchas empresas pasan las responsabilidades a quienes ganan menos Pero esas excusas ocultaban la verdadera razón: las empresas ya no podían sostener plantillas sobredimensionadas sin el colchón fiscal que durante décadas había reducido el coste de la innovación.El efecto dominó en los despidos masivosEl impacto fue devastador. Según las estimaciones, más de medio millón de trabajadores del sector tecnológico perdieron su empleo en 2022. Y no se trató solo de puestos "redundantes": gran parte de los recortes se concentraron en equipos de ingeniería e investigación, es decir, precisamente en aquellas áreas que tradicionalmente habían sido las más protegidas por la deducción inmediata de la Sección 174.De repente, los salarios de estos equipos dejaron de ser un "activo estratégico" subvencionado por el fisco para convertirse en un gasto directo que restaba competitividad en el corto plazo.Actualmente, existen iniciativas políticamente transversales en el Congreso estadounidense para restaurar la deducción inmediata de los gastos en I+D. Sin embargo, el daño ya está hecho: los despidos masivos no solo han golpeado la moral de la industria, sino que también han reducido la capacidad de innovación a medio plazo.Imagen | Marcos Merino mediante IAEn Genbeta | “La gente está muy enfadada”: se está produciendo un cambio mundial en cómo los jefes despiden a sus trabajadores (function() { window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {}; var headElement = document.getElementsByTagName('head')[0]; if (_JS_MODULES.instagram) { var instagramScript = document.createElement('script'); instagramScript.src = 'https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js'; instagramScript.async = true; instagramScript.defer = true; headElement.appendChild(instagramScript); } })(); - La noticia Nos colaron que los despidos masivos en EE.UU. eran culpa de la pandemia o de la IA. Pero una ley de hace 70 años tiene la clave fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .