Aunque todavía faltan un par de meses para que empiecen oficialmente las negociaciones del salario mínimo del 2026, al interior del Gobierno Nacional ya se tendría una postura definida frente al ajuste que se debería realizar a los salarios que por ley, deben recibir más de tres millones de colombianos.Informaciones conocidas por Portafolio indican que el presidente Gustavo Petro ya habría dado la orden al Ministerio del Trabajo de sentar su posición en el 11%, un nivel que los analistas y gremios han advertido que podría jugar en contra de la generación de empleo formal y el crecimiento económico.Consulte aquí: En medio de preocupaciones financieras, ¡ya llegó el primer tren del Metro a Bogotá!Dicho monto, que no solo doblaría la inflación esperada, sino que haría oídos sordos a los llamados a la prudencia, estaría consignado de forma anticipada en el mismo Presupuesto General de la Nación para 2026, donde los gastos de personal de las entidades públicas ya se ajustaron bajo ese parámetro.Es así que la pista la dieron las cuentas oficiales, dado que una revisión minuciosa de las cuentas de gasto para la vigencia entrante mostró que todas las entidades estaban proyectando incrementos de personal en torno al 11%, lo que dejó ver que la decisión no era aislada, sino una política uniforme.Si bien los sindicatos y empresas ya están hablando, la mesa de concertación comenzará oficialmente en diciembre.Imagen de ChatGPTDe igual forma, funcionarios del Ministerio del Trabajo confirmaron en privado a este medio que ese era el porcentaje previsto para el salario mínimo, corroborando que se trata de la postura oficial del Gobierno de cara a la mesa de concertación laboral que deberá instalarse en los próximos meses.El plan del EjecutivoLa apuesta del Gobierno por un aumento del 11% no es menor si se tiene en cuenta que significa un incremento real por encima de la inflación proyectada (cercana al 5%), con lo que se busca garantizar un mayor poder adquisitivo para cerca de 3,5 millones de trabajadores que devengan el mínimo y para un número mayor que ve sus ingresos indexados a este valor.Lea también: Así impactan los 'hard discount' en empleos y tiendas, según el Banco de la RepúblicaNo hay que olvidar que en palabras del propio presidente Gustavo Petro, dichas en alocuciones previas, el objetivo es lograr “un buen decreto de elevación del salario mínimo”, como ya sucedió con el ajuste decretado para el año en curso.Así mismo, hay que traer a colación que el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, ha sido enfático en que el proceso se adelantará en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, con participación de empresarios, sindicatos y Gobierno y que solo en caso de que no se logre un acuerdo, el Presidente podrá fijar el aumento por decreto, tal como lo permite la Constitución.Si bien los sindicatos y empresas ya están hablando, la mesa de concertación comenzará oficialmente en diciembre.Imagen de ChatGPTSin embargo, el funcionario ha reiterado que este Gobierno ha impulsado alzas por encima de la inflación, lo que, según sus palabras, ha mejorado la capacidad adquisitiva, disminuido el desempleo y mantenido la inflación bajo control.La lectura de los analistasEl mercado, sin embargo, observa con cautela la postura oficial, como es el caso de un informe de Bancolombia que advierte que, bajo el supuesto de un alza del mínimo en 2026 superior a la inflación, los costos empresariales subirían en promedio 7,6% nominal anual, lo que presionaría los márgenes de rentabilidad.Más información: Inter Rapidísimo apuesta por drones e IA para transformar la logística en ColombiaEs así que los sectores que ganan menos después de cubrir sus costos y tienen alta participación de la nómina serían los más afectados, en especial la industria manufacturera, el comercio y los servicios intensivos en mano de obra, por lo que en esas actividades, los empresarios tendrían que destinar una porción mayor de sus ingresos al pago de salarios, lo que limitaría su capacidad de inversión y los obligaría a replantear sus esquemas de contratación.El informe también advierte que, si bien la reforma laboral en curso incluye mecanismos de formalización y beneficios para mipymes, trabajadores de plataformas, internos de medicina, periodistas y deportistas, la carga de costos adicionales podría tener un efecto adverso en la contratación formal en el corto y mediano plazo.Si bien los sindicatos y empresas ya están hablando, la mesa de concertación comenzará oficialmente en diciembre.Imagen de ChatGPTAsí mismo, las cifras más recientes del mercado laboral y de la actividad productiva muestran un panorama mixto en el que, de acuerdo con el Dane, la tasa de desempleo se ubicó en 8,8%, la más baja desde antes de la pandemia, dando margen al Gobierno para defender su tesis de que los aumentos salariales no han frenado la generación de empleo.Por el lado de la economía, el análisis de BBVA Research señala que el segundo trimestre de 2025 dejó un crecimiento del PIB de 2,1% en promedio anual, con señales de aceleración en junio (2,9% interanual). Sin embargo, los datos ajustados por estacionalidad muestran una realidad menos favorable en la que tras crecer 1,4% en abril, el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) cayó 0,2% en mayo y 1,1% en junio, reflejando debilidad en sectores como la industria, la construcción y la intermediación financiera.Otras noticias: ‘Necesitamos ayuda del Gobierno para solucionar el desfinanciamiento’: KeraltyNo obstante, el propio BBVA advierte que, aunque el consumo sigue mostrando fortaleza gracias al empleo y la confianza, la inversión continúa en niveles históricamente bajos, lo que limita el potencial de crecimiento y genera dudas sobre la capacidad de absorción de mayores costos laborales.La tensión entre Gobierno y mercadoAsí las cosas, la expectativa de un aumento del 11% en el salario mínimo para 2026 agudiza la tensión entre el discurso oficial y la lectura del mercado, ya que por un lado, el Gobierno argumenta que estas alzas protegen a los hogares más vulnerables, impulsan la demanda interna y se reflejan en una mejor calidad de vida para millones de trabajadores.Si bien los sindicatos y empresas ya están hablando, la mesa de concertación comenzará oficialmente en diciembre.Imagen de ChatGPTNo en vano, el ministro Sanguino recuerda que “si no hay acuerdo, el Presidente tiene la potestad legal de decretar el aumento”, y añade que el Ejecutivo está comprometido con fijar un incremento que realmente mejore los ingresos de los trabajadores.Por otro lado, los empresarios y analistas financieros insisten en que un aumento de dos dígitos, en un contexto de recuperación frágil de la economía y con reformas laborales que ya elevan costos, puede convertirse en un freno a la formalidad y a la inversión privada. Desde que Gustavo Petro llegó al poder, este indicador subió un 10,7% en 2022, un 16% en 2023, 12% en 2024 y un 9,53% en 2025.Información destacada: El Monedero: 'tips' de liquidez para sobrevivir a la quincena en tiempos de inflaciónDe aplicarse el aumento que propondría el gobierno Petro, el salario mínimo quedaría en $1.580.085. Es por eso que basta con decir que la Comisión de Concertación ya fue reactivada con el respaldo de cifras del Dane, el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda y durante los próximos meses, sindicatos, gremios y Gobierno presentarán sus propuestas.DANIEL HERNÁNDEZ NARANJOPeriodista de Portafolio