En medio de preocupaciones financieras, ¡ya llegó el primer tren del Metro a Bogotá!

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El Metro de Bogotá es, sin duda, la obra de infraestructura más ambiciosa en la historia de la capital. A medida que avanza su construcción, también se intensifican los retos técnicos, financieros y sociales que conlleva levantar un sistema de transporte masivo en una ciudad densamente poblada.Portafolio conversó con Leonidas Narváez, gerente general de la Empresa Metro de Bogotá, quien explicó en detalle los hitos cumplidos, el estado actual del proyecto, los retos de integración de sistemas, el panorama de la financiación y la visión de movilidad que transformará a Bogotá en la próxima década.Puede ver: Gremios envían cartas al Gobierno en defensa de las concesiones viales¿Cómo está el estado actual del proyecto del Metro de Bogotá y qué hitos se han cumplido hasta ahora?El proyecto va muy bien, tenemos múltiples actividades en ocho componentes fundamentales. Al corte del 31 de agosto registramos un avance global del 62,16%, lo que nos genera un entusiasmo enorme, porque vemos obras en diferentes frentes.En el componente de viaducto ya tenemos ocho vigas lanzadoras, la herramienta que permite avanzar en la construcción. En el patio taller estamos cerca de un 80% en la edificación de sus edificios. En cuanto al material férreo, ya está llegando a Bogotá el primer tren completo, de seis vagones, transportado en seis cama bajas, que estará ingresando al patio taller en la madrugada de hoy.En edificaciones y estaciones también hay avances relevantes. Un hito fundamental está previsto para mayo de 2026: tener terminados 5.760 metros lineales de viaducto, desde el patio taller hasta la estación 4, ubicada frente a Compensar de Kennedy y la Avenida Primero de Mayo. Estas estaciones presentan un avance entre el 60% y el 70%, lo que permitirá iniciar el montaje de equipos y catenarias.En el componente de obras especiales hemos concluido la intervención en la calle 72, además de las conexiones deprimidas en la estación 13 del Metro, que enlaza con la estación 12 y la Avenida Jiménez. También avanzamos en los puentes vehiculares de la intersección de la Avenida 68 con la Primero de Mayo. Uno fue entregado a comienzos de este año y el otro se conectará en diciembre, tras la demolición del puente antiguo.En resumen, los avances son positivos y nos mantienen encaminados hacia la meta: la operación comercial de la primera línea del Metro de Bogotá en marzo de 2028.También lea: ANI define plan para destrabar proyectos viales con demoras o en riesgo de liquidaciónMetro de Bogotá ya está en Bogotá.Néstor GómezEn cuanto al cronograma, ¿se han presentado retos?Sí. Retos tenemos todos los días. Nuestra prioridad es el cumplimiento estricto del cronograma. Cada jornada analizamos qué equipos y materiales deben llegar para no detener la cadena de actividades. No esperamos que el avance se dé por azar al final de mes, sino que establecemos qué debe ejecutarse diariamente en cada componente.Alcanzar un 62,16% es significativo, pero lo que falta será aún más intenso. La palabra clave ahora es integración: integrar la obra civil del viaducto con la infraestructura eléctrica, de comunicaciones y con el material rodante que viene de China. Todo debe funcionar de manera sincronizada para que en marzo de 2028 la ciudad tenga su metro en operación.¿Ese avance del 62% corresponde a lo esperado?Sí, estamos cumpliendo con el cronograma establecido.Sobre la financiación, ¿qué impacto tiene la postergación de las vigencias futuras acordada entre el Gobierno Nacional y el Distrito?Es una preocupación. Es un tema de análisis y de atención constante. Se firmó un memorando de entendimiento entre la Nación y el Distrito para postergar el pago de la vigencia futura que correspondía a junio y debía cancelarse en julio, moviéndolo a octubre. Esto está ligado a compromisos del Gobierno Nacional con la banca multilateral.Si se concretan los créditos internacionales, como lo establece el memorando, no tendríamos dificultades con el aplazamiento. Estamos hablando de préstamos por 1.484 millones de dólares con banca multilateral, frente a un aporte aplazado del Gobierno Nacional por 384.000 millones de pesos. La prioridad es cerrar esos créditos, que nos garantizarán capacidad de pago en 2026 y 2027.¿Se han presentado sobrecostos o imprevistos en la obra?No. Este es un contrato de concesión, lo que significa que los riesgos de mayores costos recaen en el concesionario.El mayor reto es trabajar en una ciudad densamente poblada. La obra impacta el comercio y a las comunidades cercanas, por lo que desde la Empresa Metro y la Alcaldía hemos desarrollado un programa con más de 14 entidades distritales para mitigar esos efectos mediante oferta institucional. En algunas zonas donde ya concluimos el viaducto, estamos recuperando espacio público para entregarlo a la comunidad y reducir el impacto.Otro reto es la pedagogía. Hemos implementado campañas de cultura ciudadana para entregar información veraz sobre plazos, avances y beneficios, generando confianza y esperanza en la comunidad.Con la llegada del primer tren, ¿qué sigue en este proceso?La flota inicial de la primera línea será de 30 trenes, es decir, 180 vagones. Transportaremos uno o dos trenes por mes hasta octubre del próximo año, ya que no es viable traer los 30 de una sola vez.Cada tren ha pasado por pruebas en China, pero en Bogotá deberá cumplir protocolos adicionales: recorrer 2.500 kilómetros de pruebas en los 5.760 metros de viaducto y en cuatro estaciones que estarán listas en mayo de 2026. Este proceso se extenderá hasta febrero o marzo de 2027.Luego, en septiembre de 2027, cuando finalice la fase de construcción del viaducto, iniciaremos la marcha blanca: seis meses de operación total con protocolos de seguridad antes de abrir al público en marzo de 2028. Cada tren transportará 1.800 personas y alcanzará velocidades de hasta 80 km/h.Puede interesarle: Vía al Llano: cuánto pierden los transportadores de carga por el cierre de la carreteraLeonidas Narváez, gerente del Metro de Bogotá.Archivo particular¿Qué beneficios adicionales traerá el Metro más allá de la movilidad?El principal es la transformación urbana. No hablamos de valorización como un cobro, sino de cómo se valorizarán los predios alrededor de las estaciones. La experiencia mundial demuestra que la gente busca vivir cerca del metro porque puede conectarse rápidamente con distintos puntos de la ciudad.El Plan de Ordenamiento Territorial (POT 555) establece Áreas de Integración Modal (AIM), caminables en 15 minutos desde una estación. Allí surgirán viviendas, comercios, servicios de salud y educación, generando renovación urbana positiva.Además, este sistema es limpio, eficiente, seguro y puntual. Vivir dentro de esa caminata de 15 minutos se convertirá en una ventaja indiscutible. La Empresa Metro, como operador urbano, impulsará esta renovación junto con privados, quienes tendrán beneficios como mayor edificabilidad y reducción de cargas urbanísticas.¿Cómo imagina la movilidad de Bogotá en los próximos 10 o 15 años?Más que imaginarla, estamos trabajando para que se concrete. Los trenes que llegan son de última generación: automáticos, eléctricos, sin conductor y con el más alto nivel de automatización.El sistema estará integrado con TransMilenio, cables y buses zonales a través de un esquema de recaudo interoperable. El usuario podrá acceder con una sola tarjeta o medio de pago digital, sin necesidad de trámites adicionales.Además, el sistema estará gestionado por un gemelo digital que permitirá prever la demanda en tiempo real y ajustar la operación de los trenes según las necesidades del día o la hora. Esto marcará una transformación real en la experiencia de los usuarios y en la movilidad de la ciudad a partir de 2028.PAULA GALEANO BALAGUERAPeriodista de Portafolio