Una catedral que nunca se mantuvo en pie: anglicanos del Congo enfrentan nuevas heridas tras colapso de la tan esperada iglesia de Beni

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(ZENIT Noticias / Beni, 09.09.2025).- Durante casi dos décadas, los fieles anglicanos de Beni, en el este de la República Democrática del Congo, se aferraron a un sueño: una catedral que representara su perseverancia en medio del conflicto, la enfermedad y la pobreza. Ese sueño se derrumbó, literalmente, el 14 de agosto, cuando la recién terminada estructura, la Catedral de San Juan, cedió bajo el peso de las lluvias torrenciales.El edificio, aún a la espera de su consagración, se derrumbó pocos meses después de que los obreros terminaran su tejado en febrero. Los fieles locales, que se habían reunido para la oración matutina, huyeron del santuario cuando los muros se tambalearon y se derrumbaron. Milagrosamente, no hubo pérdidas humanas.“Nos llevó veinte años de sudor, sacrificio y esperanza levantar este templo”, declaró con voz temblorosa el obispo Cyrille Kambala Tavuirima de Beni al Servicio de Noticias de la Comunión Anglicana. Verla reducida a escombros en un instante: imaginen el impacto que eso tiene en el corazón de una comunidad.La historia de la catedral caída es también la historia de la región misma. Concebido inicialmente en 2006, el proyecto languideció durante más de una década mientras los habitantes de Beni soportaban la violencia de las milicias, el desplazamiento y la creciente pobreza. El brote de ébola de 2019 y la paralización mundial de la pandemia de COVID-19 provocaron aún más retrasos. No fue hasta 2017 que finalmente se levantaron sus muros, y este año se completó el techo.Luego llegaron las lluviasPara los cristianos de Beni, la visión de su catedral inacabada en ruinas se ha convertido en un nuevo símbolo de fragilidad. Los sobrevivientes de la guerra, las enfermedades y las dificultades económicas ahora cargan con el trauma de ver su hogar espiritual desvanecerse justo cuando estaba a punto de abrir.Sin embargo, el obispo Kambala ha optado por la súplica en lugar de la desesperación. Ha hecho un llamado a los anglicanos de todo el mundo, y a “todas las personas de buena voluntad”, para que apoyen a la diócesis en oración y apoyo material. “Pedimos solidaridad no solo para reconstruir esta casa de Dios”, dijo, “sino para ayudarnos a sobrellevar los tiempos difíciles que atraviesa nuestra nación. Oremos por la paz en el Congo, y especialmente en Beni”.El panorama general es tan sombrío como familiar. Desde el genocidio de Ruanda en 1994, el este del Congo se ha visto asolado por un conflicto que involucra a más de 120 grupos armados que compiten por el control de sus territorios ricos en minerales. Comunidades como Beni se encuentran atrapadas entre caudillos y epidemias, entre la esperanza y la desesperación.La caída de la catedral, en este sentido, es más que un fracaso arquitectónico. Es una parábola de persistencia en una tierra donde casi cada acto de construcción, ya sea de viviendas, escuelas o iglesias, requiere desafiar las probabilidades.Por ahora, los anglicanos de Beni se reúnen una vez más en espacios improvisados ​​para orar. Su catedral ha quedado reducida a escombros, pero su fe, insiste su obispo, permanece inquebrantable.Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.  The post Una catedral que nunca se mantuvo en pie: anglicanos del Congo enfrentan nuevas heridas tras colapso de la tan esperada iglesia de Beni appeared first on ZENIT - Espanol.