Tribunal boliviano condena a superiores jesuitas por encubrir a sacerdote abusador

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(ZENIT Noticias / La Paz, 09.09.2025).- Un tribunal boliviano ha condenado a prisión a dos exprovinciales jesuitas por ocultar décadas de abusos sexuales cometidos por uno de sus miembros, en un caso que ha conmocionado a la Compañía de Jesús más allá de los Andes.El 2 de septiembre de 2025, los padres Marcos Recolons y Ramón Alaix fueron condenados a un año de prisión cada uno por encubrir los crímenes del difunto jesuita Alfonso “Padre Pica” Pedrajas, quien admitió en su diario personal haber abusado de al menos 85 menores durante su ministerio en Bolivia. Pedrajas, fallecido en 2009, dedicó gran parte de su carrera a trabajar con niños vulnerables en colegios jesuitas, a menudo pertenecientes a familias rurales pobres.El tribunal determinó que Recolons y Alaix, quienes dirigieron la provincia jesuita boliviana entre 1993 y 2007, fueron informados directamente del comportamiento depredador de Pedrajas, en ocasiones por las propias víctimas, pero no notificaron a las autoridades ni tomaron medidas para proteger a los menores. La fiscalía argumentó que, en varios casos, presionaron a los sobrevivientes para que guardaran silencio. A pesar de las condenas, es improbable que ambos hombres cumplan penas de prisión debido a la conmutación automática de la pena en Bolivia para las penas inferiores a tres años.El juicio presentó el testimonio de 18 víctimas, 34 testigos y más de 20 documentos internos de la Compañía de Jesús incautados en 2023, que, según la fiscalía, demostraban que los superiores protegieron sistemáticamente a Pedrajas y a otros clérigos acusados. Los investigadores rastrearon cartas e informes hasta la sede de la Compañía de Jesús en Roma, donde los superiores fueron informados de las denuncias, pero permitieron que el sacerdote continuara en su ministerio. El escándalo estalló en abril de 2023, cuando el periódico español «El País» reveló la existencia del diario de Pedrajas, una inquietante crónica de 50 años de abusos en serie, autojustificación y complicidad de compañeros jesuitas. En sus páginas, el sacerdote describió sus agresiones como «actos de represión», al tiempo que relataba cómo sus superiores le aconsejaron que no confesara sus crímenes, le prometieron que «no sufriría consecuencias» y, en un caso, lo enviaron temporalmente a trabajar en un campamento minero como castigo.En lugar de ser marginado, Pedrajas fue finalmente nombrado maestro de novicios, con la responsabilidad de guiar a los jóvenes que ingresaban en la Compañía. Su diario, que posteriormente su expareja entregó a sus familiares en Madrid, retrata una dualidad escalofriante: un sacerdote atormentado por la culpa y la vergüenza, pero persistente en sus abusos, convencido de que su «necesidad de afecto» justificaba actos depredadores.Las revelaciones han afectado a las más altas esferas de la orden jesuita. Recolons, uno de los condenados en Bolivia, posteriormente se desempeñó como consejero general en Roma bajo la dirección del Superior General, Peter-Hans Kolvenbach. Documentos desenterrados por los investigadores muestran correspondencia entre provinciales bolivianos y líderes jesuitas en Roma, incluyendo justificaciones para reasignar a sacerdotes acusados.Para los sobrevivientes, el juicio es una reivindicación parcial tras décadas de silencio. Una víctima testificó que denunciar los abusos de Pedrajas a los líderes provinciales no condujo a la justicia, sino a presiones para guardar silencio. «Eran menores», declaró el fiscal ante el tribunal, «y quienes estaban a cargo de su cuidado optaron por proteger a la institución».El caso resuena con dolorosos ecos de otros escándalos globales, desde Boston hasta Chile o México, revelando no solo la persistencia de los abusos clericales, sino también la persistente cultura de ocultación que permitió su proliferación. Lo que distingue al caso Pedrajas es el propio testimonio escrito del sacerdote: un relato de primera mano de la depredación tolerada, redirigida y, en ocasiones, facilitada por sus superiores.Mientras Bolivia se enfrenta a su primera condena penal contra líderes jesuitas por encubrimiento de abusos, la pregunta persiste: ¿cuánto sabía Roma y cuán profunda era esta red de silencio en la Compañía?El diario del Padre Pica ofrece pocas respuestas, pero una certeza: el costo de décadas de negligencia seguirá recayendo sobre los sobrevivientes cuyos gritos fueron ignorados.Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.  The post Tribunal boliviano condena a superiores jesuitas por encubrir a sacerdote abusador appeared first on ZENIT - Espanol.