Los faraones de la dinastía XI ya no eligieron pirámides. Prefirieron tumbas saff, patios colosales y un detalle insólito: un perro enterrado junto al rey

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En plena crisis política, Egipto abandonó las pirámides para excavar tumbas en la roca tebana. Con patios de cientos de metros, pilares tallados y cámaras ocultas, las tumbas saff marcaron un cambio radical en la arquitectura funeraria. Entre ellas, un faraón quiso descansar con un compañero inesperado.