Un nuevo contratiempo ferroviario ha vuelto a encender las críticas en Extremadura. El tren de Media Distancia Madrid-Sevilla quedó detenido este martes en la estación de Plasencia (Cáceres) cuando transportaba a 107 pasajeros. El motivo: el desprendimiento de la tapa de un armario de refrigeración ubicado en el techo de uno de los vagones, lo que obligó a parar el convoy para evaluar los daños y garantizar la seguridad.Según confirmó Renfe a la agencia EFE, la compañía reaccionó habilitando un segundo tren, que fue enviado a la estación placentina para recoger a los viajeros y permitirles continuar el trayecto hasta su destino. Pese a la rápida respuesta, la avería ha alimentado de nuevo la sensación de hartazgo en una región que arrastra desde hace años un déficit crónico en sus infraestructuras ferroviarias.La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, no tardó en expresar su indignación a través de redes sociales. En un mensaje cargado de dureza, reclamó “inversiones urgentes y un compromiso real con unas infraestructuras ferroviarias seguras y modernas”. La líder extremeña dejó claro que lo ocurrido no es, en su opinión, un hecho aislado: “Siento la misma indignación que el resto de extremeños. No es un fallo puntual, es un reflejo del abandono histórico de nuestra tierra”.Guardiola subrayó que viajar en tren por la comunidad “no puede ser un acto de resistencia” y exigió un trato digno para Extremadura. “Nuestra región merece respeto. Ni parches ni promesas vacías”, concluyó en su publicación.Este episodio se suma al reguero de incidencias que han sacudido a los trayectos Madrid-Andalucía, en muchos casos incidencias inevitables, como es el caso de incendios en zonas cercanas a las vías, causa de una incidencia hace un par de semanas. En otras, han sido incidencias directamente achacables a instalaciones del tren.