El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana ha notificado a las plataformas digitales la existencia de 16.740 pisos turísticos ilegales en Andalucía para que procedan a la retirada de sus anuncios. Se trata de alojamientos que solicitaron el número de registro obligatorio desde el 1 de julio pero que no lograron obtenerlo por no cumplir los requisitos legales establecidos.Pisos ilegales por municipios.Las autoridades explicaron que estos inmuebles pueden estar anunciados en varias plataformas a la vez, lo que amplifica su presencia en el mercado pese a la falta de autorización. Con esta medida, se busca limitar la oferta de alojamientos que operan al margen de la normativa.Pisos ilegales por capitales.España se convirtió en el primer país europeo en poner en marcha un Registro único de alojamientos temporales, en colaboración con el Colegio de Registradores. El sistema comenzó a funcionar el 1 de enero y permite cruzar los datos de los inmuebles registrados con los anuncios publicados en internet, lo que facilita detectar aquellos que carecen de código.Desde su puesta en marcha, el registro ha recibido 336.497 solicitudes, de las cuales 264.998 correspondieron a alquileres turísticos. Sin embargo, más de 53.700 fueron revocadas, lo que supone un 20,3% del total. En estos casos, el Colegio de Registradores rechazó la inscripción al detectar datos incompletos o incompatibles con la normativa vigente.Pisos ilegales por provincias.Andalucía a la cabezaLa Comunidad de Madrid constituye una excepción dentro de las estadísticas. Allí, el 83% de las solicitudes se presentaron como alquileres temporales frente al 17% como turísticos. De las 3.513 peticiones relacionadas con alquiler turístico, más de un tercio fueron revocadas por incumplimiento de la normativa.Pisos ilegales por comunidades autónomas.Con el registro y la Ventanilla Única Digital, el Ministerio busca reforzar el control sobre la vivienda, preservar su función social y frenar la proliferación de pisos turísticos ilegales, a los que atribuye efectos negativos como la expulsión de familias de sus barrios y la transformación del tejido urbano.