El 'susto' de una carta de los años 90 que vale por una vivienda donde antes había chabolas

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Por las calles de Estancia Barrera, donde comienza la zona Sur de Jerez, están los problemas que se ven por toda la ciudad. Una limpieza que se queda corta por culpa, básicamente, de un puñado de incívicos, especialmente algunos propietarios de perros que tienen las calles minadas de caquitas. Imposible no pisar una. "Por aquí no pasan los barrenderos", critican algunos vecinos.En un poste de luz hay un cable de pinchos de alambrada puesto para que las ratas no se suban. Los roedores campan por aquí, aunque menos desde que por fin quitaron mucha maleza. La asociación de vecinos se llama El Mirador porque estos bloques se ubican justo antes de la bajada hacia el resto de la zona Sur. Desde estas calles se ve el resto del distrito, y donde se percibe la campiña jerezana. Los últimos pisos en Estancia Barrera que se construyeron hace unos 15 años.  MANU GARCÍA Vecinos que recelan del proceso. MANU GARCÍALos bloques se ubican junto –y sobre– las antiguas chabolas. La calle interior se llama Tío Juane, por el célebre cantaor del siglo XX, que giró por Andalucía con sus cantes de fragua. La Estancia Barrera es una barriada de tradición flamenca, aunque no tan sonado en el imaginario como otros barrios históricos. En los años 90, el Ayuntamiento de Jerez puso en marcha un sistema por el que las infraviviendas, donde muchos vecinos habían nacido y crecido, se acabarían. Una expropiación forzosa con un beneficio extra: la construcción de unos bloques. Por lo que se les daba como compensación –el justiprecio– se pagaba la entrada de la vivienda. Dependía de cuántos metros cuadrados tuviera la parcela expropiada. Eso reducía el precio final, vaya. Si estos pisos valían unos 3 millones de pesetas, en muchos casos por lo que valía la parcela previamente expropiada se podía llegar a reducir casi un millón el coste.Algunas de las viviendas, con la campiña y la zona Sur al fondo. MANU GARCÍAEn este proceso ayudaron indirectamente entidades del entorno, como por ejemplo el Mundo Nuevo, recuerdan algunos vecinos. En aquel proceso hubo una negociación con cada cual por separado, a pesar de ser un proceso conjunto, porque ni todos partían de la misma situación ni todos acabarían en pisos equivalentes. Jerez lograba así dar un paso más en rematar el chabolismo, prácticamente inexistente desde entonces en el casco urbano. Se construyeron entonces, a finales de los 90, las casas en un espacio anexo a las infraviviendas, y hace menos de dos décadas se continuó con otros bloques y un aparcamiento justo en la zona donde estaban aquellas chabolas, que serpenteaban en las bajadas y terraplenes de la zona.Las 29 viviendas, una de las comunidades de Estancia Barrera, dúplex de poco más de 60 metros cuadrados.  MANU GARCÍAUna entrada a una vivienda en Estancia Barrera. MANU GARCÍAEl acuerdo contemplaba un pago de un alquiler social que ayudaba a liquidar la deuda, lo que viene a ser un alquiler con opción a compra, propiedad de la empresa municipal de vivienda. Ahora, han comenzado a llegar las cartas para el pago final. Una carta que viene a culminar un proceso sobre lo que firmaron los vecinos en los 90: si quieren ser propietarios, hay que pagar. Hay familias que han pagado, otras que han protestado y pagado, otras que explican que no pueden pagar este montante final... Estado de suciedad de uno de los terraplenes que mira a la zona Sur.  MANU GARCÍAEl alquiler social de estos años ha rondado entre 30 y 50 euros, dependiendo de la circunstancia previa. Según si se ha ido liquidando esta cantidad mes a mes o no, el cálculo que ha hecho el Ayuntamiento ha venido por carta.  Eso ha dejado a familias ante una situación, la de tener que desembolsar unos 15.000 euros, 18.000 euros...Manuel vive en la zona de las 29 viviendas, que colinda con Vista Alegre, y explica que tenía una finca de unos 400 metros cuadrados, "que estaba escriturada y con alcantarillado", donde tenía construida una vivienda con calidades, "de materiales", como muchas otras, y no lo que se entiende por una chabola. A cuenta de ese terreno le dieron el primer pago inicial de la vivienda donde está, y un local en uno de los bajos de la calle Tío Juane. "El piso valía 3,7 millones de pesetas. Yo di un millón. Pues me quedaban 2,7 millones". Ha pagado estos casi 30 años 48 euros de alquiler al mes. Como su caso hay varios más, como el de Lucia, que explica que apenas cobra una pensión y que ahora tiene que buscar el dinero de donde no lo tiene para quedarse en la casa en la que ha vivido todos estos años. Igual que Rafael, un joven cuyos padres tenían esos terrenos. "Aquí engañaron a la gente. Y en las reuniones les han ido metiendo miedo de que les iban a subir el precio un montón".Los vecinos se quejan de que las casas no han cumplido años de la mejor forma, como muestra esta grieta. MANU GARCÍAEs una de las claves del asunto. Varios de esos vecinos, como el propio Manuel, insisten que firmaron "lo que me dijeron, yo soy analfabeto, mi mujer analfabeta, y firmé porque me dijeron que me entregaban las llaves". Fueran o no conscientes, como alegan, incluso al consultar con abogados, en los contratos decían que "lo teníamos perdido", y solo les quedaría la puerta abierta a reclamar si se reconociese en un juzgado que la otra parte, es decir, el Ayuntamiento, les hubiera presionado para firmar sin saber lo que firmaban. Por lo pronto, Manuel ha firmado y pagado unos 15.000 euros, más mil del notario, para formalizar la compra de las viviendas en las que han vivido estos años. Pero igualmente rechaza el cálculo que le han hecho. La postura municipalFuentes municipales explican a lavozdelsur.es que a los vecinos se les han dado varias opciones. Una, pagar lo que quedaba para finalizar la compra de la casa; otra, ampliar por un periodo de cinco años de pago del alquiler que tenían hasta ahora para que en este tiempo "se pongan al día" los vecinos; y una última opción, que es renunciar a la compra de la casa y pasar a un régimen de alquiler puro. Ese alquiler subiría de precio a quizás el doble de lo actual, para actualizar un poco los precios de hace 30 años.La vista desde Estancia Barrera. MANU GARCÍASin embargo, estas mismas fuentes insisten en que debió iniciarse el proceso en 2017, que era cuando en la mayoría de casos se cumplían los 20 años previstos en el acuerdo inicial para hacer el pago final de la casa y que culminara la opción a compra que se había pactado. Un asunto peliagudo porque se habla de las viviendas en las que estas familias, a las que en muchos casos se sacó de una situación complicada, han vivido durante 30 años y no todas han pagado, o no todas han sido conscientes de que llegaría un día en que habría que finalizar un proceso que empezó hace 30 años. "Sentimos que nos han estafado", señalan algunos vecinos.