El pequeño pueblo de montaña de Andalucía que ha enamorado a los británicos para vivir

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En pleno corazón de la Sierra Sur de Jaén se encuentra un pueblo de poco menos de 3.800 habitantes que en los últimos años ha experimentado un fenómeno curioso: se ha convertido en el municipio jiennense con mayor presencia de británicos. Hoy son unos 145 los vecinos procedentes del Reino Unido que han decidido instalarse en este rincón serrano, un número llamativo para un lugar tan pequeño y alejado de la costa. El caso de Castillo de Locubín no deja de ser llamativo en un momento en el que muchos pueblos del interior sufren la pérdida constante de habitantes, lo que conlleva un envejecimiento de la población y la pérdida poco a poco de su ajetreo y actividad. Castillo de Locubín muestra una realidad distinta: la llegada de vecinos extranjeros no solo ha frenado la despoblación , sino que aporta vitalidad y diversidad cultural. Ahora, en plenas fiestas patronales en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la comunidad británica hace gala de la buena sintonía y los lazos que unen a sus vecinos procedan de donde procedan. La historia comenzó a mediados de los años 2000, cuando apenas una quincena de británicos se animó a dar el paso de empadronarse. El boca a boca hizo el resto y, en pocos años, el número creció hasta superar el centenar. Aunque el Brexit provocó dudas y llevó a algunos a poner en venta sus casas, la pandemia volvió a poner a Castillo de Locubín en el punto de mira de familias y parejas de mediana edad, que buscaban un entorno más tranquilo, viviendas asequibles y la posibilidad de teletrabajar lejos del ruido de las ciudades. Aquí pueden acceder a una casa con patio o incluso un cortijo en plena sierra por precios que en Inglaterra apenas darían para un pequeño apartamento. Las vivencias en la feria del pueblo es solo un ejemplo de cómo se ha integrado esta comunidad extranjera en la vida cotidiana del municipio. Pasear por sus calles es escuchar acentos entremezclados: el «buenos días» se alterna con el «hello» y los escaparates inmobiliarios anuncian casas en dos idiomas , algo que puede ser habitual en los municipios de la costa andaluza pero que resulta llamativo en un pequeño pueblo de interior como este. De esta forma, la presencia británica se percibe en varios aspectos: desde el bar del pueblo donde conviven costumbres españolas y británicas, a grupos comunitarios, actividades solidarias y hasta negocios locales. Castillo de Locubín conserva su esencia de pueblo serrano: calles blancas, casas encaladas, un castillo que domina desde lo alto y un entorno natural envidiable. Pero ahora, junto a las cosechas de cerezas y el deje andaluz , se cuela también un acento diferente que se ha integrado como uno más. Lejos de ser una colonia aislada, la comunidad británica forma ya parte de la identidad local, aportando nuevas costumbres y matices a una vida que sigue girando en torno a la plaza, las tradiciones y al campo. Y en ese cruce de culturas, en esas conversaciones entremezcladas de español e inglés, Castillo de Locubín ha encontrado una forma de atraer población , demostrando que la sencillez, el arraigo y la hospitalidad siguen siendo su mayor patrimonio.