Lo habitual en un estallido de rayos gamma es que aparezca, deslumbre unos segundos y desaparezca para siempre. Pero el 2 de julio de 2025 ocurrió algo distinto: GRB 250702B mostró ráfagas intermitentes durante casi un día entero, un comportamiento que obliga a reescribir lo que sabemos de estos fenómenos.