Braulio González, Hijo Adoptivo de San Fernando: ejemplo de entrega al deporte y a la Armada

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Confiesa sentirse “abrumado” porque “esto se ha desmadrado un poco”, sobre todo, desde que llegó la misiva del presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, apoyando la iniciativa impulsada por el Club de Natación de San Fernando para que el Ayuntamiento de La Isla nombre a Braulio González Vida como Hijo Adoptivo de la ciudad. “Se han puesto un poco nerviosos, pero es que Alejandro es amigo mío desde hace años”, explica con una sonrisa. Y es que Braulio, excelente militar y deportista fue seleccionador del equipo nacional militar de judo y taekwondo desde 1992 hasta 2004, lo que le hizo moverse por toda Europa y conocer a mucha gente, entre ellos, a Blanco.Sus amigos Kiko Cuadrado y Nano de Ori fueron los que le dieron la noticia y “la verdad es que sienta bien, claro, lo que pasa es que tengo a mi nieta de chófer de un lado a otro dando entrevistas porque yo ya no puedo”. Tiene 85 años, “y mentalmente estoy muy bien, pero con la movilidad reducida porque tengo muchas operaciones y la edad no perdona”.A San Fernando llegó con 18 años para 19 desde su Galicia natal. Natural de Campo Covelo, en Pontevedra, su familia se trasladó a Ferrol porque allí tenía negocios. En el pueblo, vivían de la agricultura y Braulio recuerda con cariño cómo aprendió a montar a caballo a los cinco años y el camino de cuatro kilómetros que recorría todos los días para llegar al colegio. Cuando llovía, iban en un carro tirado por dos mulas.Braulio González, en la plaza del Cristo.   MANU GARCÍADesde pequeño le gustó el deporte. “Lo que más, el fútbol, pero estando en Ferrol, un amigo me habló del judo y, como vi que en el fútbol no iba a tener mucha salida, continué con el judo. También hice paracaidismo, balonmano –y no jugaba mal– y baloncesto. Me gustaba mucho pero no jugué porque era muy chico”, dice, utilizando la expresión cañaílla con su todavía acento gallego. A los 17 se inició en la carrera militar, ingresando en el Tercio Norte como voluntario, en la Infantería de Marina como corneta en la banda de música. Con 18 años, se embarcó en la fragata Hernán Cortés y antes de que cumpliera los 19 llegó a San Fernando con un grupo de 14 compañeros, a la Escuela de Aplicación para hacer un curso de especialista y cabo segundo. Y ya se enamoró. Primero de la mujer y luego de la ciudad.“Vine a la fuerza y, al principio, no me gustaba mucho la ciudad, pero tuve la suerte de conocer a mi novia”. Y Braulio rememora con todo lujo de detalles aquel encuentro que para él fue decisivo. “Nos conocimos el 14 de febrero, vaya día, de 1960”. En la Glorieta había, entre otros muchos establecimientos, una cervecería, la Cervecería Alhambra. “El hijo del dueño era muy amigo mío, era de mi curso y me invitaban mucho a su casa, me quedaba a dormir allí los fines de semana porque no me podía volver a Ferrol. Su madre, María Luisa siempre nos cuidaba mucho y una tarde que celebrábamos un guataque, estábamos bailando y al mirar al espejo la vi y le dije, María Luisa, con esa muchacha me voy a casar yo”. Cuatro años después ocurrió y llevan 66 años juntos desde entonces. “Mi madre estaba solucionando que, cuando yo terminara aquí, volviera para Ferrol, pero, como yo estaba encantado con mi novia, hablé con el comandante Jaime Segarra y pude quedarme en San Fernando”. Y aquí comienzó su trayectoria vinculada a la ciudad, a la Armada, en su trabajo como docente en la Junta de Deportes de la Armada, que llegó a tener 16 disciplinas deportivas, y como figura clave en el deporte isleño por su trabajo en la Delegación de Deportes del Ayuntamiento.  Su carrera militar incluye formación especializada en los boinas verdes, en Jaca, “que disfruté muchísimo” y educación física en Toledo, donde estuvo nueve meses, pero su currículum formativo es inacabable: profesor titulado en Educación Física, diplomado en Educación Física, entrenador de balonmano, baloncesto, judo y defensa personal, cinturón negro de judo tercer dan, de kárate o juez y árbitro de natación y atletismo.Fue campeón de judo, civil y militar, y seleccionador nacional del equipo militarCompaginando su trabajo en la Junta de Deportes, Braulio empezó a trabajar en el Patronato Municipal de Deportes en el año 1982 y allí estuvo hasta 2005, cuando se retiró con 65 años. El fallecido y conocido José Manuel Porras era por aquel entonces el concejal de Deportes y la persona que confió en él para que San Fernando se convirtiera en la ciudad del deporte que ha sido décadas después. “Trabajé y disfruté mucho en el Patronato porque me encantan los niños. Era feliz porque, además de trabajar para los ciudadanos de San Fernando, los niños eran mi principal misión: las escuelas deportivas y los juegos deportivos”. Recuerda que “cuando llegué no había ninguna instalación municipal y tuvimos que utilizar mucho las instalaciones de la Junta de Deportes para hacer las actividades de los niños, los colegios y hasta las asociaciones de vecinos”. Desde entonces, el Patronato Municipal de Deportes de San Fernando ha sido galardonado por la Junta de Andalucía como la entidad pública que más promociona el deporte o San Fernando declarada en 2007 como la ciudad del Deporte. “Hoy San Fernando está a la cabeza de Andalucía en lo que al deporte se refiere”, dice orgulloso.En su trabajo como “militar deportista”, como le gusta definirse, ha entrenado a mucha gente, “muchos campeones de España y de Europa y del mundo. Fui campeón de España de judo, civil y militar y, después, con el equipo nacional conseguimos una medalla de oro, una medalla de bronce, dos terceros puestos por equipo y otros dos cuartos puestos por equipos en los campeonatos mundiales militares”.Éxitos en su palmarés que no fueron óbice para “seguir dando clases a mucha gente en la Junta de Deportes y preparar, de manera totalmente gratuita, a mucha gente que se presentaba para bomberos, Policía Local, Nacional y otros cuerpos de seguridad del Estado”.Y el deporte le ha marcado tanto que además de las lesiones y sus correspondientes prótesis que le ha dejado en el cuerpo, ha configurado también su comportamiento. “En la vida militar, incluso, yo era un militar atípico. Yo no quería que me trataran o me saludaran como un superior, yo era de grupo, siempre de grupo”.Braulio González, candidato a Hijo Adoptivo.   MANU GARCÍASu trayectoria no acabó cuando se jubiló y cuando ya se veía tranquilo con la familia “me llamaron del Club Naval de Oficiales y estuve allí siete años y medio encargado de los deportes. Hacíamos hasta siete deportes, fiestas... Es, con sinceridad, donde más he disfrutado”.Hace unos años volvió con toda su familia a Galicia, su tierra, pero su vida está en La Isla. Conservando su disciplina deportiva, sale todos los días temprano a pasear acompañado de su bastón. Cruza el puente de la Casería y sus pies lo encaminan a la zona militar que tanto ha conocido. “Luego salgo por el otro lado, cojo la calle San Rafael y me tomo mi café todos los días con mis amigos”. “San Fernando ha sido para mí siempre una ciudad extraordinaria y yo he vivido y vivo feliz en esta ciudad”.