X-Men: Días del futuro pasado, la película que unió dos generaciones mutantes

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Esta noticia es una publicación original de Cinemascomics.comHay películas que marcan un antes y un después. Algunas entretienen, otras se olvidan al salir del cine, pero hay cintas que se quedan grabadas en la memoria de los fans para siempre. En 2014, cuando la saga mutante parecía estar agotada, llegó X-Men: Días del futuro pasado y se convirtió en un punto de inflexión. Fue más que una secuela: fue un acto de fe, un “reset” narrativo y una carta de amor al cómic original que la inspiró.Bryan Singer vuelve a casaEl anuncio del regreso de Bryan Singer a la dirección fue recibido con escepticismo y emoción a partes iguales. Tras haber dirigido X-Men y X2, el cineasta conocía a los personajes mejor que nadie, pero el reto que tenía delante era monumental: reunir dos generaciones de mutantes en una misma historia sin que el guion explotara en pedazos.Para lograrlo, Singer contó con Simon Kinberg, Jane Goldman y Matthew Vaughn en la escritura, un equipo que sabía combinar espectáculo con emoción. La apuesta era clara: volver a ilusionar a los fans después del tropiezo de The Last Stand y aprovechar el éxito fresco de Primera Generación. Y lo cierto es que no solo cumplió, sino que superó expectativas.Con un presupuesto cercano a los 200 millones de dólares, Días del futuro pasado se convirtió en una de las producciones más ambiciosas de Fox. El riesgo fue enorme, pero la recompensa llegó: 746 millones de dólares recaudados en todo el mundo. En aquel momento, era la película más taquillera de la franquicia X-Men y demostró que el público aún quería más aventuras mutantes.Un apocalipsis en dos tiemposLa trama de la película bebe directamente de la mítica historia publicada en los cómics de los años ochenta. En un futuro distópico, los mutantes están al borde de la extinción. Los Centinelas, máquinas capaces de adaptarse a cualquier poder, han convertido el planeta en un campo de caza donde nadie está a salvo.En medio del caos, un pequeño grupo de supervivientes liderado por el Profesor X y Magneto tiene un plan desesperado: enviar la conciencia de Lobezno al pasado para cambiar la historia. Su misión era clara: impedir que Mística asesinara a Bolivar Trask, el científico cuya muerte desencadenaría el programa Centinela.Ese viaje en el tiempo nos lleva a 1973, con unos Estados Unidos marcados por el final de la guerra de Vietnam y por las conspiraciones políticas. Allí, un joven Charles Xavier aparece sumido en la depresión, incapaz de aceptar su destino. Magneto, mientras tanto, está encerrado en el Pentágono acusado de haber matado a Kennedy. En esa tensión entre dos líderes y viejos amigos se encuentra el corazón de la historia.La épica del pasado y del futuroEl gran acierto de la película fue mostrar dos líneas temporales en paralelo: un futuro desesperado, con combates brutales contra los Centinelas, y un pasado cargado de decisiones que cambiarían todo. Ese contraste le dio ritmo a la narración y permitió ver a personajes icónicos como Bishop, Coloso o Tormenta en acción mientras, en los años setenta, Lobezno intentaba convencer a un Charles Xavier roto de que aún valía la pena luchar.La doble estructura fue un regalo para los fans. ¿Quién no soñó alguna vez con ver a Ian McKellen y Michael Fassbender interpretando al mismo Magneto en diferentes etapas de su vida? ¿O a Patrick Stewart y James McAvoy mirándose a los ojos como dos versiones del mismo hombre atrapadas en el tiempo? La película jugaba con esas ideas y las llevaba al máximo, logrando escenas cargadas de emoción que trascendían el simple espectáculo.Quicksilver, el ladrón de escenasSi hay un momento que quedó grabado en la memoria colectiva, ese fue el debut de Quicksilver. Evan Peters apareció como un huracán y se robó la película en apenas diez minutos. La secuencia en la cocina del Pentágono, con el tiempo ralentizado y la canción Time in a Bottle sonando de fondo, fue uno de esos instantes mágicos que justifican el precio de la entrada.Lo curioso es que esa escena casi no entra en el montaje final. Singer la defendió a capa y espada y acabó convirtiéndose en uno de los grandes reclamos de la película. El personaje gustó tanto que fue imposible no traerlo de vuelta en entregas posteriores, aunque ninguna de ellas logró reproducir la frescura de su primera aparición.Acción desbordante y humor medidoUna de las virtudes de Días del futuro pasado es cómo sabe equilibrar la épica con momentos de humor. El Lobezno de Hugh Jackman sigue siendo el alma de la franquicia, y aquí brilla con esa mezcla de rabia y sarcasmo que lo hizo tan querido. La escena del detector de metales, donde se muestra aliviado porque todavía no tiene el esqueleto de adamantium, es puro guiño para los fans.A pesar de la oscuridad de la trama, Singer no se olvida de las risas. Hay chistes sobre drogas, referencias históricas como la supuesta implicación de Magneto en la muerte de Kennedy y una buena dosis de ironía setentera que hace que la cinta nunca se vuelva demasiado solemne.Crítica y público se rindenCuando llegó a los cines, la película arrasó. Obtuvo un 90 % en Rotten Tomatoes, críticas entusiastas en medios de todo el mundo y la ovación de un público que la colocó como una de las mejores entregas de toda la saga. Fue nominada al Óscar por sus efectos visuales y recibió varios premios Saturn, entre ellos el de Mejor Película de Ciencia Ficción.Para muchos, supuso la redención de los mutantes en la gran pantalla, una demostración de que la saga aún tenía historias potentes que contar. Y lo mejor es que consiguió algo muy difícil: contentar tanto a los fans del cómic como a los espectadores que solo conocían a los personajes por el cine.Los secretos tras el rodajeLa producción de Días del futuro pasado también está rodeada de curiosidades que alimentan su mito. Una de ellas es el cameo de Chris Claremont y Len Wein, figuras históricas de los cómics, durante la secuencia en París. Otra es que Jennifer Lawrence estuvo a punto de abandonar el papel de Mística porque el maquillaje azul resultaba insoportable, motivo por el que en esta entrega se optó por un look más sencillo con prótesis parciales.También se habló mucho del rodaje de las escenas del futuro. Para lograr el efecto devastador de los Centinelas, se recurrió a un sistema de captura híbrido entre CGI y trajes prácticos que aumentó el presupuesto pero dio como resultado algunas de las batallas más intensas de la saga.The Rogue Cut: la versión extendidaAunque la película fue un éxito, muchos fans sintieron que ciertos personajes quedaban relegados. Eso se corrigió con la llegada de The Rogue Cut, una versión extendida que recuperaba escenas eliminadas de Anna Paquin como Rogue. El metraje añadía 17 minutos y mostraba cómo ella participaba en la misión del futuro, ampliando la carga emocional de la historia.Esta versión alternativa fue aplaudida y se convirtió en objeto de culto. Para algunos, incluso supera a la original al dar más protagonismo a una de las mutantes más queridas de los cómics.El legado de una obra irrepetibleMás allá de la taquilla y la crítica, Días del futuro pasado dejó un legado imborrable. Sirvió como reinicio narrativo, borrando de la continuidad los eventos de The Last Stand y ofreciendo un nuevo punto de partida para futuras películas. Fue la demostración de que los X-Men podían reinventarse sin perder su esencia.Diez años después, cuando Marvel Studios prepara su propio reboot mutante dentro del MCU, esta cinta se mantiene como un referente. Fue pionera en explorar la idea de múltiples versiones de los mismos personajes conviviendo en una misma historia, algo que hoy se ha vuelto habitual en los universos compartidos.El día que los mutantes salvaron al cine de superhéroesRevisitar X-Men: Días del futuro pasado hoy es comprobar que la película sigue siendo tan fresca como en su estreno. Su mezcla de acción deslumbrante, emoción genuina y guiños al cómic hacen que resista el paso del tiempo.No solo salvó a los X-Men de un destino apocalíptico dentro de su historia, también salvó a la franquicia de caer en el olvido. Fue un recordatorio de que, incluso cuando todo parece perdido, siempre hay esperanza… aunque venga en forma de viaje temporal con Lobezno de protagonista.Y quizá esa sea la verdadera magia del cine de superhéroes: hacernos creer que el futuro aún puede cambiar, siempre que tengamos el valor de enfrentarnos a él. ¿Qué te pareció X-Men: Días del futuro pasado? Cuéntanos en los comentarios cuál es tu momento favorito de la saga mutante. Y no olvides seguirnos en Google News para no perderte nuestras retrocríticas, curiosidades y noticias de cine. Además, recuerda que toda la saga de X-Men está disponible en Disney+, perfecta para revivir cada aventura desde el sofá.Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com