Con un aria de 'Carmen' de Bizet , Melanie (44), licenciada en canto y profesora de idiomas, recibió a Álvaro (47) en 'First Dates' la noche del lunes 6 de octubre. Él tampoco acudió de vacío a su cita en el restaurante del amor de Cuatro ; un peluche de su colección que ella, sin embargo, no recibió con demasiado entusiasmo. Entre trabajar de docente y dedicarse profesionalmente al canto de ópera y zarzuela, esta canaria afincada en Madrid no había tenido la ocasión de encontrar a su media naranja. Visitó el 'dating show' en busca de un compañero «fiel, sincero, y con sentido del humor». Su pretendiente fue Álvaro , técnico en electrónica de Torrejón de Ardoz (Madrid), que afirmó ser una persona fiel. «Yo puedo estar con muchas mujeres, pero si hay una que me gusta no voy a estar con otra, no voy a poner los cuernos», expuso a modo de presentación. El soltero llegó a 'First Dates' con la ilusión de un niño y un osito para Melanie , pero el gesto a ella no la impresionó. «Me hubiera gustado más que me regalase flores», confesó la comensal en los totales. El episodio del regalo acabó convirtiéndose en el prólogo de una cita a ciegas entre dos solteros que no tenían absolutamente nada en común. Empezaron a conocerse hablando de sus respectivos 'hobbies'…. Y ni uno solo solo de los que Álvaro mencionó eran del agrado de Melanie. Al madrileño le encantan el cine, los 'scape rooms', y sobre todo, los parques de atracciones. Es más, se ha sacado el bono parque anual para visitarlos cuando le apetece. A la canaria, en cambio, le parece una afición de niños pequeños. «A mis primos de 9 años les encanta ir», comentaba entre bambalinas. El soltero también reveló que colecciona máscaras de terror, una información que terminó de rematar el poco interés de la canaria por su pretendiente. «Ave María, lo que me ha tocado ¿Esto qué es? Me dio un poco de miedo», manifestaba la soltera en la entrevista posterior. Desde el prisma del técnico de electrónica, su cita era muy parada. «Yo me siento joven y necesito a alguien más activa», apuntaba. A partir de ese momento se impuso el silencio incómodo en la mesa. Melanie ya no abrió la boca más que para contestar con monosílabos, mientras Álvaro intentaba aliviar la tensión charlando sobre sus cosas. «No tenía muchas ganas de hablar, la veía como cortada. Ya no sabía qué temas sacar de conversación», se quejaba ante el equipo. «Me parece muy infantil, es un friki», se justificaba ella después. Ninguno de los dos quería una segunda cita, pero la agonía del encuentro duraba un rato más. Antes de la decisión final, el equipo los animó a finalizar la velada en el reservado de ' First Dates', donde Melanie se negó a entrar en los juegos picantes del programa. Por cortesía se limitó a bailar, mientras no le quitaba ojo al reloj y pensaba «a ver cuánto dura esto, porque me quiero ir». Cuando acabó la canción, sus deseos se cumplieron por fin. A la pregunta de si querían tener una segunda cita quedó claro que la falta de química era recíproca. No hizo falta que deliberaran en la decisión final.