Imanol Arias dejó un buen recuerdo en Buenos Aires cuando interpretó allí ' Calígula ', de Albert Camus. Por eso el productor argentino Pablo Kompel le llamó hace unos meses con una propuesta: una obra titulada ' Mejor no decirlo ' ('Fallait pas le dire', de la autora francesa Salomé Lelouch ). Mercedes Morán , una de las grandes figuras de la escena argentina, quería contar con el intérprete español para ponerla en pie. «Leí la obra, me gustó, y además era un momento en que me venía muy bien estar trabajando en Argentina -explica Imanol Arias-; así que fui para allí, y lo que iba a ser un proyectito se convirtió en más de cinco meses de funciones también en Chile y Uruguay; solo en Argentina tuvimos 97.000 espectadores». El actor comenzó a pensar en traer la función a España; en principio iba a venir Mercedes Morán, «pero le salió una serie con Netflix original», y como yo estaba muy ilusionado con el proyecto surgió el nombre de María». Se refiere Imanol Arias a María Barranco , su compañera de escenario en esta aventura que acaba de desembarcar en el Teatro Bellas Artes de Madrid bajo la dirección de Claudio Tolcachir , responsable también del montaje bonaerense. «'Mejor no decirlo' es una provocación, un disfrute de actuación -dice-. Dos jugadores encendidos, abriendo las puertas de lo que siempre pensamos que es mejor no mencionar, poniendo en duda todos los lugares comunes, cambiando el punto de vista con mucho humor, complicidad y una infinita ironía». La obra presenta a una pareja; cada uno viene de un matrimonio anterior y cada uno aporta sus propios hijos. «Llega un momento en la vida -cuenta Imanol Arias- en que ella le dice que hay que decir las cosas porque hablar es importante, y yo le doy la razón. 'Yo creo que te quiero por eso, porque no te callas', le dice mi personaje, un editor». «¿Qué hay por el medio de todas estas verdades que se hablan? -continúa-Que él tiene un secreto tremendo con su padre, que afecta a su relación con su madre y a muchas cosas. Y ese secreto que se abre al final es lo que hace que en algunas escenas él se ponga excesivamente nervioso con ella». De su personaje dice Imanol Arias que es «muy reacio al activismo diario que nos obliga a tener una postura, a tener un pensamiento único; es muy francés y muy dialogante. Puede estar de acuerdo con una idea pero tener reservas... Es un asunto muy de actualidad éste del pensamiento único y sin matices». En el mundo del entretenimiento, razona Imanol Arias, ha cambiado todo. «Antes se veía una serie de una hora, y la veía a las diez toda la familia, o leías una novela de un tirón. ahora cada uno ve una serie en su tableta. Parece que lo que interesa controlar es nuestro tiempo, por eso el pensamiento único es el mayor ladrón de nuestro tiempo personal». El teatro, «donde todos hacen lo mismo al mismo tiempo, es una especie de refugio. El teatro lleva 4.500 años sobreviviendo a todo porque es el único lugar donde unas personas se reúnen en un acto único a escuchar y ver algo a la vez. Y ahora que se habla tanto de lo cuántico , el teatro es tan cuántico, tan cuántico, que se puede dar que dos personas vayan a ver juntas una función y a una de ellas le parezca una maravilla y a la otra le haya parecido una mierda». María Barranco recuerda que llevaba como cuatro o cinco años sin hacer teatro; le hace ilusión regresar al escenario junto a Imanol Arias. «Ahora es un gran amigo mío, pero cuando yo llegué a Madrid, él ya era 'Imanol Arias'; todas las mujeres estaban enamoradas de él... Yo también, aunque nunca me hizo caso. Entonces yo no tenía teléfono en casa, pero él venía y desde el telefonillo del portal me contaba que había tal proyecto, tal otro... Me ayudó muchísimo». Además del hecho de poder trabajar junto a Imanol Arias, la actriz malagueña asegura que el texto le gustó muchísimo cuando lo leyó. Me gusta esta pareja; se quieren tanto... Ellos no discuten, dialogan. Son los dos muy curiosos. Ya me gustaría tener en mi vida una relación así. Me parece muy bonita». Imanol Arias prolonga el momento de los piropos. «Yo vengo de hacer la obra en Argentina con una grande, grande, grande, como es Mercedes Morán. Pero María es como el sol español , es diferente a todos. María ilumina su personaje, le da a la obra españolidad». Le toca ahora a Claudio Tolcachir, e Imanol recuerda que hace años trabajó con él cuando el argentino empezaba como actor. «Hacía un papelito en una película que estábamos haciendo en Buenos Aires. Le pregunté quién era y de dónde venía y me dijo que de Villa Devoto , lo que suponía que tenía que coger tres autobuses para llegar y como yo, al día siguiente no tenía que rodar, le dije a Producción que mi coche le recogiera a él para que no tuviera que hacer el trayecto en autobús. Ya entonces me parecía un actor estupendo. Y ahí empezó nuestra amistad. Claudio es un director con una precisión, un gusto y un buen humor extraordinarios... Es muy difícil que se ponga nervioso... Yo me he puesto nervioso de que él no se pusiera nervioso...» «Yo he trabajado -añade María Barranco- con muchos directores que son guardias de tráfico: 'vete para allá, vete para acá... Pero con Claudio ha sido como tocar el cielo. Ya me lo dijo Imanol, todo lo hace fácil».