'El cabaret de los hombres perdidos': ¿Nuestro destino está escrito o lo decidimos nosotros?

Wait 5 sec.

Christian Simeón y Patrick Laviosa estrenaron en septiembre de 2006 en París ' El cabaret de los hombres perdidos ', un musical que obtuvo dos premios Molière y que contaba la historia de un local clandestino y sórdido del barrio dePigalle, en el París de los últimos meses de la II Guerra Mundial. En España se presentó hace diez años en una producción dirigida por Víctor Conde . Ahora vuelve al Teatro Maravillas (hasta el 23 de noviembre) en un montaje que tiene como responsable a Israel Reyes , que dirige a un reparto compuesto por Armando Pita, Leo Rivera, Cayetano Fernández y Supremme de Luxe . Reyes, adaptador del libreto (la letra española de las canciones lleva la firma de Alicia Serrat ), sitúa su versión en nuestros días, en un bar del barrio madrileño de Chueca a punto de cerrar, al que llega un joven magrebí huyendo de una paliza que le han propinado por su apariencia homosexual. Allí se encuentra con el Destino, un tatuador y Lullaby, que le curarán las heridas y escenificarán cómo puede ser su futuro. «¿Qué pasaría si tuviéramos la oportunidad de sentarnos con nuestro destinos y decidir cuál es el que más nos conviene?», explica Israel Reyes. «El texto -sigue el director- habla de lo que pierdes en la vida. Hay un juego con la muerte; todo el tiempo jugamos a representar cuál sería el futuro del protagonista». Tiene, añade, « humor muy negro , que tiene que ver con la muerte y la desesperación. Todo está tamizado por ese humor que convierte el espectáculo en una tragicomedia». «Es un bombón envenenado -añade Cayetano Fernández , que encarna a Dicky, el joven que aparece en el Tatoo Cabaret-, de apariencia dulce pero con sorpresa dentro. La pregunta que plantea la obra es: ¿Nuestro destino está escrito o lo decidimos nosotros? y todo el mundo se puede sentir concernido y preguntarse qué haría si estuviera en el lugar de Dicky». «La obra incomoda y si el teatro incomoda es porque está pasando algo en la calle», interviene Reyes para señalar la actualidad de la obra, de la que asegura que «es una historia que no tiene género aunque tenga un tinte LGTBI. Cabaret es sinónimo de morbo ; buscamos esa parte furtiva, ilegal... Y la obra tiene que ver también con no perder nuestras libertades». El musical original se presentaba únicamente con un piano. Reyes, sin embargo, la presenta arreglada para trío de jazz (piano, contrabajo y batería), que está sobre el escenario: «son tres actores más», concluye el director.