Las preocupaciones, problemas y contratiempos forman parte de la vida de cualquier persona. Según múltiples factores como la edad , el sexo, la situación económica, el puesto de trabajo, el estado de salud y un largo etcétera, esas problemáticas pueden variar intensamente. Cuando se presenta una dificultad, la respuesta humana suele ser intentar hacerle frente de la manera que mejor sepamos, muchas veces condicionada por nuestra personalidad, nuestra educación, cultura y experiencias vitales, entre otros aspectos. Lo que para una persona puede suponer un problema, para otra es un asunto menor, y viceversa, por lo que identificalo como tal puede ser algo subjetivo . Sin embargo, tal como expone la popular psiquiatra Marian Rojas Estapé en el último capítulo de su podcast que ha publicado, «no todo es un problema». Este es el título del mismo episodio que ha subido en Spotify y desde el que aborda diferentes cuestiones, como la manera en la que las personas aforntamos nuestros problemas y si tenemos la capacidad de distinguir realmente qué es una problemática que nos termine afectanto mental y físicamente y qué no. «¿Cuántas veces al día crees que te enfrentas a un problema? ¿Y si yo te dijera que muchas de esas veces no estás ante un problema, sino ante una percepción de tu realidad? », comienza diciendo Estapé. Con esta introducción, también expone una realidad sobre cómo suele estar configurada una persona mental y psicológicamente ante las dificualtades. «Quiero hablarte de cómo nuestra mente, diseñada para la superviencia, tiende a interpretar la vida desde la amenaza, porque todo lo que parece un problema, no lo es». Así, la psiquiatra expone que cuando detectamos algo como un problema, esto se traduce en nuestra mente como amenazas: «He hablado muchas veces de cómo el cerebro detecta amenazas, ese famoso cortisol, de cómo situaciones que nos suceden a lo largo del día activan nuestro sistema de alerta » indica en el podcast, y pasa a ejemplificar que se puede tratar de miedos o dificultades físicas, como el diagnóstico de una prueba médica o que nos roben; hasta complicaciones o preocupaciones psicológicas, como que nuestra pareja nos deje porque quiere a otro, por ejemplo . «Eso activa tamién el sistema de supervivencia, las amenazas profesionales, las amenazas económicas, el miedo a perderlo todo [...] Todo activa nuestro sistema de supervivencia . El ser humano no está diseñado para ser feliz, sino para la supervivencia . Eso no significa que no podamos ser felices, sino que nuestro cerebro lo que busca constantemente es sobrevivir y, por lo tanto, detecta amenazas allá donde está» explica Estapé. La psiquiatra continúa desarrollando esta idea, indicando que el cerebro humano está diseñado para anticipar peligros como mecanismo de supervivencia, «pero en la vida moderna esa capacidad puede volverse en contra nuestra, aunque no haya una amenaza real presente. El cerebro, especialmente estructuras como la amígdala cerebral, puede activar el sistema de alerta ante pensamientos, recuerdos o suposiciones negativas », dando a entender que nuestro cerebro está diseñado para ponernos en alerta para protegernos, pero esa alerta no siempre responde a un peligro que sea real. De este modo, Marian Rojas Estapé propone una revisión de cómo «nos contamos la vida» a nosotros mismos, intentando desarrollar la capacidad de distintguir entre lo que es un problema real de lo que es una preocupación por algo que nos hemos construido en la cabeza, por estrés o ansiedad, a veces dando cosas por hecho o suponiendo aspectos de una situación que realmente no conocemos y sobre la que nos faltan datos. «Creo que es importante que si alguien acude a ti a decirte que tiene un gran problema, la clave no es decirle 'eso es una tontería' , porque en esta vida lo primero que necesitamos es empatía, es que la persona que tenemos delante entienda que eso nos hace sufrir momentáneamente . Validarle lo que está sintiendo. A los pocos segundos después de validarlo empieza a conducirle a ¿por qué ha llegado a esa interpretación de gravedad con algo que quizá no lo sea tanto? », expone la psiquiatra. Al final, Estapé recuerda que si el problema realmente es grave, debemos buscar ayuda , apoyarnos en un ser querido o en un profesional, «pero también habrá que aprender a tolerar ese malestar que forma parte de la vida , porque no toda dolencia debe ser apagada en cuanto surge. [...] Y cuidado con cómo te cuentas ese problema, esa forma de contártelo es básica, es fundamental para tu salud y tu salud psicológica», recalca.