Ad portas de las presidenciales en Colombia para el próximo año, es panorama político en el país está lo suficientemente agitado como para pensar en los candidatos y hacer un análisis sobre los retos que tendrá el nuevo gobierno. Más allá de los nombres que se perfilan como candidatos, para el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, el país debe garantizar que ningún aspirante con acusaciones formales de corrupción sea una opción válida en las urnas. La legitimidad democrática comienza por la transparencia.El nuevo gobierno heredará al menos cuatro crisis estructurales que requieren atención urgente, sostiene Ocampo. La más crítica es la del sistema de salud. Aunque el enfoque en la prevención ha sido acertado, la falta de una reforma viable ha dejado al sector en una situación precaria.Vea más: Contraloría alerta riesgo de perder más de 13 millones de dólares por contrato militar“El déficit del sistema es enorme”, advierte Ocampo, “en parte por el ajuste insuficiente del valor de la unidad de pago por capitación (UPC) y el uso indebido de esos recursos”. A esto se suma el mal manejo de las EPS intervenidas, especialmente la Nueva EPS, la más grande del país.El segundo gran desafío es el fracaso de la llamada “paz total' y el deterioro de la seguridad en varias regiones. El narcotráfico sigue financiando a los grupos armados, mientras los cultivos de coca alcanzan niveles históricos.Vea más: Panorama electoral 2026: ¿cómo está la percepción en redes qué candidatos lideran?“Pese a los avances en incautación de cocaína y destrucción de laboratorios, no se han ofrecido alternativas económicas viables a los cultivadores”, señala el exministro de Hacienda. Esta situación ha afectado también las relaciones internacionales, especialmente con Estados Unidos, principal socio comercial y aliado estratégico en la lucha contra la violencia.José Antonio Ocampo, exminstro de Hacienda y Crédito PúblicoCortesía Eafit“La descertificación blanda no justificaba el enfrentamiento”, afirma Ocampo, refiriéndose a la tensión generada por declaraciones del presidente Petro que llevaron incluso a la cancelación de su visa. La normalización de las relaciones con EE. UU. debe ser una prioridad, junto con el fortalecimiento de los vínculos con la Unión Europea, China, India y la integración latinoamericana.Vea más: Procuraduría advierte al presidente Petro que no puede participar en políticaEn el plano económico, el también profesor de la escuela de Asuntos Públicos E Internacionales (Sipa) de la Universidad de Columbia, en Nueva York, el país enfrenta el mayor déficit fiscal y nivel de deuda pública de su historia. Aunque en 2023 se logró un ajuste gracias a reformas tributarias y la eliminación del subsidio a la gasolina, el aumento del gasto público ha revertido esos avances.“El recorte del gasto aceptado por el Gobierno es insuficiente”, advierte el economista, “y la reforma tributaria en discusión será difícil de aprobar”. El nuevo gobierno deberá liderar un proceso de ajuste fiscal responsable.Vea más: El precandidato Iván Cepeda promete reformas profundas si gana la PresidenciaNo todo son sombras, señala Ocampo en su columna de EL TIEMPO. La recuperación económica, la reducción de la inflación y el déficit de balanza de pagos son señales positivas. Sin embargo, se requiere una política de reactivación, mayor inversión y evitar una crisis energética, especialmente por el déficit de gas. “El empleo debe ser formal en mayor proporción”, subraya, “y el ajuste del salario mínimo no puede generar presiones inflacionarias”.Así las cosas, el exminhacienda indicó que el país no puede perder de vista su mayor desafío: la desigualdad social. “Se necesita un liderazgo político de unidad nacional, con la equidad en el centro de su agenda”, concluye un académico. En medio de la polarización, Colombia debe apostar por una visión compartida que permita construir un futuro más justo y sostenible.VALENTINA DELGADILLO ABELLOPeriodista de Portafolio