Otra forma de hambre: estos son los países donde menos Biblias hay y estas son las razones

Wait 5 sec.

(ZENIT Noticias / Roma, 09.10.2025).- En una era donde la información fluye libremente y casi todo está a un clic de distancia, persiste una hambruna inesperada: una que no tiene nada que ver con la comida, sino con la fe. Según la recién publicada «Lista de Acceso a la Biblia 2025», aproximadamente 100 millones de cristianos en todo el mundo aún carecen de acceso a las Escrituras en un idioma o formato que puedan usar.El estudio, realizado por la Iniciativa Internacional de Acceso a la Biblia en 88 países, presenta un panorama desolador de la desigualdad en los recursos espirituales. Para algunos creyentes, la Biblia sigue estando prohibida; para otros, simplemente fuera de su alcance. Los investigadores la describen como una «hambruna moderna»: no de pan, sino de la Palabra de Dios.En países como Somalia, Afganistán, Yemen, Corea del Norte y Mauritania, poseer incluso una sola página de la Biblia puede ser castigado con la muerte. Allí, la libertad religiosa está tan severamente restringida que distribuir o incluso leer las Escrituras puede ser un acto de resistencia. “El acceso irrestricto a la Biblia dista mucho de ser un estándar global”, señala Ken Bitgood, fundador de la Sociedad Bíblica Digital, uno de los socios de la iniciativa.Sin embargo, la persecución solo cuenta la mitad de la historia. En muchos otros países —entre ellos la República Democrática del Congo, Nigeria, Etiopía, India y China— las barreras no son políticas, sino prácticas. La pobreza, el analfabetismo, la falta de infraestructura de impresión y el alto costo del papel significan que millones de creyentes que anhelan leer las Escrituras simplemente no pueden acceder a ellas. “La gente está llegando a la fe”, dice Wybo Nicolai de Frontlines International, “pero ¿cómo puede la fe crecer o perdurar si falta la Palabra?”.La «Lista de Acceso a la Biblia» distingue dos desafíos clave: la restricción y la escasez. El primero se refiere a entornos donde la Biblia está activamente prohibida o censurada; el segundo, a situaciones donde los creyentes son libres en principio, pero se ven privados de ella por las circunstancias. Los investigadores utilizaron once métricas —desde prohibiciones de importación y licencias de impresión hasta acceso a la electricidad y tasas de alfabetización— para mapear el panorama global de la privación bíblica. Alrededor del 75 % de las barreras, según descubrieron, se deben a restricciones gubernamentales u hostilidad hacia el cristianismo; el 25 % restante es socioeconómico.“Las causas son diversas, y también deben serlo las respuestas”, explica Jaap van Bezooijen, quien coordinó la investigación de 2025. “Las herramientas digitales ayudan, pero no en todas partes. En muchas partes del mundo, las Biblias impresas o en audio siguen siendo indispensables, especialmente donde las personas viven desconectadas o bajo vigilancia”.Los hallazgos de la iniciativa han impulsado a iglesias y grupos humanitarios a replantearse cómo distribuyen las Escrituras. Algunos están recurriendo a tarjetas micro-SD, dispositivos de audio alimentados por energía solar o redes domésticas discretas para compartir textos bíblicos en sociedades cerradas. Otros están trabajando en iniciativas de impresión a gran escala en África y el sur de Asia, a menudo en colaboración con iglesias locales.Fundada por Open Doors International y la Digital Bible Society, la Iniciativa Internacional de Acceso a la Biblia tiene como objetivo proporcionar datos fiables a iglesias, editoriales y organizaciones misioneras. Su comité directivo ahora incluye a Frontlines International, la Liga Bíblica Internacional y varios ministerios asociados como Biblica, OneHope y la Liga Bíblica Canadá.A pesar del progreso digital y la creciente conectividad global, los investigadores advierten contra la complacencia. Para millones de personas, las Escrituras siguen siendo un sueño lejano: un texto sagrado conocido solo por fragmentos, canciones o recuerdos. Como dice Nicolai: «Todavía hay lugares donde el hambre por la Palabra de Dios es tan real y urgente como el hambre por el pan. Y aunque no escuchemos sus clamores, resuenan en toda la Iglesia mundial».La «Lista de Acceso a la Biblia 2025» no solo mide la escasez; expone una brecha silenciosa entre quienes pueden acceder a la Palabra libremente y quienes aún esperan su llegada.Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace. The post Otra forma de hambre: estos son los países donde menos Biblias hay y estas son las razones appeared first on ZENIT - Espanol.