ChatGPT como sistema operativo: la apuesta de OpenAI por un ecosistema de apps

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OpenAI está dejando claro que ChatGPT no es simplemente una interfaz conversacional avanzada. Con 800 millones de usuarios semanales, el producto ha pasado de ser una demostración tecnológica a convertirse en la base de una ambiciosa estrategia: construir un nuevo tipo de sistema operativo, centrado en la inteligencia artificial y capaz de integrarse con aplicaciones de terceros.Nick Turley, responsable de ChatGPT desde 2022, está liderando esta transformación. Su visión no es replicar Windows o macOS, sino redefinir la manera en que interactuamos con el software. Inspirado en los navegadores web, que hoy concentran buena parte del trabajo digital, Turley propone convertir ChatGPT en una especie de sistema operativo conversacional, en el que los usuarios puedan acceder a servicios, productos y herramientas sin salir del entorno de la IA.De los plugins a las apps: un aprendizaje claveNo es la primera vez que OpenAI explora este camino. En 2023, lanzó los «plugins» y el GPT Store, una especie de tienda de aplicaciones para su modelo conversacional. Aunque estas iniciativas no lograron gran adopción, sirvieron como campo de pruebas. Ahora, con una infraestructura más madura y una base de usuarios masiva, la apuesta se centra en integrar las apps directamente dentro del flujo de conversación de ChatGPT.Esta integración nativa cambia por completo las reglas del juego. En lugar de buscar una app en una tienda, los usuarios interactúan con ella de forma natural en medio de una conversación. Por ejemplo, al pedir comida o reservar un hotel, ChatGPT podrá activar automáticamente la app de DoorDash o Booking, según el contexto y la preferencia del usuario.Un nuevo canal para empresas y desarrolladoresLa oportunidad para desarrolladores es clara: acceder a un ecosistema con 800 millones de usuarios activos cada semana. Al igual que la revolución móvil dio lugar a servicios impensables antes del smartphone, Turley cree que surgirán nuevas generaciones de apps que solo tendrían sentido dentro de un entorno conversacional.Las empresas pueden beneficiarse doblemente: por un lado, integrarse en ChatGPT les permite interactuar directamente con los usuarios en el momento en que necesitan un servicio; por otro, OpenAI puede monetizar esas transacciones. Servicios como Uber, Expedia o Instacart ya están en proceso de adaptación a este modelo.No obstante, esto también abre preguntas complejas sobre cómo se organizan y promueven esas apps dentro del sistema. OpenAI no descarta implementar un modelo de pago para dar prioridad a ciertas aplicaciones, aunque Turley insiste en que cualquier decisión deberá respetar la experiencia del usuario.Un sistema con memoria compartimentada y privacidad reforzadaUno de los temas más delicados en esta nueva etapa es el manejo de la información personal. Para OpenAI, la transparencia y el control del usuario son fundamentales. Las apps solo podrán acceder a los datos estrictamente necesarios para su funcionamiento, y los usuarios tendrán herramientas para decidir qué comparten, con quién y por cuánto tiempo.Turley adelanta que están trabajando en un concepto de «memoria compartimentada«, una especie de cajones virtuales dentro de ChatGPT donde el usuario podrá separar conversaciones por temas, como salud, educación o entretenimiento, y decidir si compartir o no esa información con una app específica. Esta función aún está en desarrollo, pero promete dar un nuevo nivel de granularidad al control de datos en el ecosistema.Hardware, navegadores y más allá de la productividadEl ecosistema que imagina OpenAI no se limita al software. Están trabajando junto al diseñador Jony Ive y su equipo en una serie de dispositivos físicos que complementen la experiencia ChatGPT. Aunque no se han revelado detalles específicos, todo apunta a que OpenAI busca construir una familia de productos interconectados, con la cuenta del usuario como eje central.También hay rumores sobre un posible navegador web desarrollado por la propia OpenAI. Aunque Turley no confirma ni desmiente esto, reconoce que los navegadores son «muy interesantes», lo que refuerza la idea de que el futuro de ChatGPT podría expandirse más allá de una simple aplicación conversacional.El producto como vehículo de la misiónDetrás de toda esta estrategia hay una convicción profunda: ChatGPT es el medio por el cual OpenAI llevará la inteligencia artificial general (AGI) al mundo. Aunque la empresa comenzó como un laboratorio de investigación sin fines de lucro, su evolución comercial ha sido vertiginosa. Lejos de verlo como una contradicción, Turley cree que el producto es la expresión misma de la misión de OpenAI: que la AGI beneficie a toda la humanidad.Para él, no se trata simplemente de generar ingresos para financiar la investigación, sino de hacer tangible la tecnología para millones de personas. Ya hay usuarios que han aprendido a programar, mejorar sus relaciones sociales o estudiar un idioma gracias a ChatGPT. Es en esos ejemplos cotidianos donde Turley ve cumplida la misión.La noticia ChatGPT como sistema operativo: la apuesta de OpenAI por un ecosistema de apps fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.