OpenAI está intentando con ChatGPT la misma jugada que le salió mal a Facebook hace 20 años: convertirse en una plataforma de apps

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Hace casi dos décadas, Facebook intentó algo ambicioso: transformar su red social en una plataforma. Quiso ser no solo el lugar donde la gente hablaba, sino donde también sucedían las cosas: jugar, comprar, aprender... todo a través de 'aplicaciones' que funcionaban como componentes de la propia red social.La red de Mark Zuckerberg se permitió soñar (muy infructuosamente) con ser la puerta de entrada al resto de Internet. Hoy, OpenAI quiere hacer exactamente eso con ChatGPT. Y aunque el contexto tecnológico ha cambiado radicalmente, la jugada —como advierten muchos analistas— tiene un aire de déjà vu.De chatbot a 'sistema operativo conversacional'Ayer, durante su 'Dev Day 2025', Sam Altman anunció el lanzamiento de la Apps SDK, un kit de desarrollo que permite crear aplicaciones directamente dentro de ChatGPT. Hasta ahora, ChatGPT había sido un asistente textual, un buscador inteligente y, más recientemente, una herramienta con memoria, voz y visión.Pero el movimiento más reciente lo convierte en algo distinto: un entorno de ejecución para apps conversacionales. Los ejemplos iniciales son llamativos. Con un simple mensaje, el usuario puede pedir:"Canva, crea una presentación para mi negocio","Zillow, muéstrame casas con jardín en Pittsburgh","Spotify, hazme una lista de reproducción para la fiesta del viernes". {"videoId":"x9rs3h0","autoplay":true,"title":"El nuevo SDK de apps de OpenAI", "tag":"", "duration":"69"} Todo sin salir del chat. Las apps aparecen como tarjetas interactivas o vistas completas dentro de la interfaz, con mapas, vídeos o menús. ChatGPT entiende el contexto, ejecuta acciones en segundo plano y devuelve resultados integrados en la conversación. En otras palabras, OpenAI está convirtiendo ChatGPT en una especie de sistema operativo conversacional.El sueño (renovado) de la plataformaLa estrategia recuerda poderosamente a Facebook en 2007, cuando lanzó su 'plataforma social' durante su propia conferencia para desarrolladores, la 'F8'. En aquel momento, la compañía invitó a los desarrolladores a construir aplicaciones sobre su 'social graph' —la red de conexiones e intereses de cada usuario—. Aquello dio lugar a fenómenos como FarmVille, que llegó a representar un 12% de los ingresos de Facebook.OpenAI parece inspirarse en esa ambición. Al igual que Zuckerberg quería que Facebook fuese el portal de la vida social online, Altman quiere que ChatGPT sea el portal del mundo digital asistido por IA: el lugar donde trabajas, estudias, viajas o compras. Em palabras de Nick Turley, jefe de producto de ChatGPT,"Lo que vais a ver en los próximos seis meses es una evolución de ChatGPT desde una app útil hacia algo que se siente más como un sistema operativo".Para reforzar esa visión, OpenAI ha presentado no solo su SDK de Apps, sino también AgentKit, un conjunto de herramientas para crear agentes autónomos dentro del ecosistema. Con él, los desarrolladores pueden construir 'agentes' que planifican, ejecutan tareas, se conectan a sistemas externos y aprenden con el tiempo.Si sumamos ambas piezas —las apps interactivas y los agentes personalizados—, te das cuenta de que ChatGPT ya no es sólo un chatbot: es toda una plataforma operativa para la IA.Las ventajas de un "todo en uno"Desde la perspectiva del usuario, la idea resulta seductora. ChatGPT promete agilizar el procesp de alternar entre aplicaciones: en lugar de abrir el navegador, buscar una web, iniciar sesión y navegar por menús... basta con escribir una frase en lenguaje natural.Para las empresas, el atractivo es inmediato: acceso directo a más de 800 millones de usuarios semanales. Es una cifra que rivaliza con las grandes redes sociales y supera en adopción activa a muchas plataformas móviles.OpenAI, por su parte, gana control sobre el flujo de interacción digital. Si ChatGPT se convierte en el punto de partida para todo, OpenAI será el nuevo 'sistema nervioso' de la WWW. Y, como toda plataforma, podría monetizarlo: mediante acuerdos de afiliación, cuotas de publicación, o —más adelante— posicionamiento patrocinado dentro del chat. En Genbeta A OpenAI lo de ganar dinero le está yendo regular. Ya sabemos cómo pretende lograrlo: haciendo que ChatGPT compre por ti El riesgo de repetir la historia de FacebookPero esta misma lógica fue la que condenó a Facebook a un escándalo monumental. Y es que su apertura a terceros acabó en un desastre de privacidad: el caso Cambridge Analytica, que reveló el acceso masivo a datos de 87 millones de usuarios. La crisis no solo dañó su reputación: también mató su sueño de ser una plataforma abierta.OpenAI asegura que ha aprendido la lección. Sus políticas de seguridad y privacidad son estrictas: los desarrolladores deben declarar qué datos solicitan, incluir políticas públicas y pasar revisiones antes de publicar. Sin embargo, la diferencia fundamental es que ChatGPT no gestiona un 'grafo social', sino algo potencialmente más sensible: las conversaciones privadas de los usuarios.Si se produjera una fuga de permisos o un uso indebido de los datos compartidos entre ChatGPT y una app, las consecuencias serían graves. No hablamos solo de gustos o amistades, sino de información íntima, laboral, médica o emocional. Como advierte Casey Newton en Platformer, "el grafo de la IA puede ser incluso más arriesgado".¿Espacio para la neutralidad?Otro riesgo latente es el deformar la experiencia del usuario con incentivos económicos. Igual que Google se transformó bajo el peso del SEO y la publicidad, ChatGPT podría acabar priorizando las apps que paguen por visibilidad o integración.Hoy, OpenAI insiste en que no mostrará apps "promocionadas" a costa de la utilidad, pero el incentivo está ahí: si el chat empieza a sugerir aplicaciones no porque sean las mejores, sino porque son las que más pagan, la relación de confianza entre usuario y asistente podría erosionarse rápidamente. Lo reconoce el propio Altman:"Si aceptamos un pago por algo que no deberíamos, en lugar de mostrar lo que creemos mejor, eso destruiría la relación muy rápido".Un golpe para el ecosistema de startupsLa otra cara de esta jugada es su impacto sobre las startups de 'wrappers' —esas empresas que habían construido productos sobre ChatGPT o lo integraban con servicios externos, desde buscadores mejorados hasta asistentes verticales.Hasta ahora, estos proyectos ofrecían valor al actuar como intermediarios entre el usuario y los modelos de OpenAI. Pero con la Apps SDK, OpenAI les ha pasado por encima. Las empresas que antes vivían de ofrecer "ChatGPT + X" ahora competirán directamente con ChatGPT, que podrá hacer X dentro de su propio entorno. En Genbeta OpenAI quiere usar el vídeo para aumentar su base de usuarios. La nueva app de Sora 2 apuesta por convertirse en el 'TikTok de la IA' El resultado es una centralización acelerada: OpenAI absorbe las funcionalidades más exitosas del ecosistema y las ofrece desde su propia interfaz, dejando a los pequeños desarrolladores en una posición de dependencia o irrelevancia.De nuevo, es el mismo proceso que sufrieron las apps dentro de Facebook, cuando el gigante cambió las reglas de acceso a los datos y destruyó en meses negocios enteros basados en su API.¿Hacia una nueva Internet cerrada?La visión que emerge de estos movimientos —Apps SDK, AgentKit, el protocolo de comercio integrado, e incluso la nueva red social Sora— es clara: OpenAI quiere que su IA sea el punto de partida de la vida digital: un hub que unifique la web bajo una capa de conversación.La pregunta no es si funcionará a corto plazo —todo indica que sí—, sino qué pasará cuando esta infraestructura se convierta en indispensable. ¿Tendremos entonces una web abierta, donde los servicios compiten por mérito, o un nuevo jardín amurallado donde todo pasa por el filtro de OpenAI?Imagen | Marcos Merino mediante IAEn Xataka | Tim Berners-Lee es el padre de Internet. Ahora quiere descentralizar la web con su nuevo proyecto  (function() { window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {}; var headElement = document.getElementsByTagName('head')[0]; if (_JS_MODULES.instagram) { var instagramScript = document.createElement('script'); instagramScript.src = 'https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js'; instagramScript.async = true; instagramScript.defer = true; headElement.appendChild(instagramScript); } })(); - La noticia OpenAI está intentando con ChatGPT la misma jugada que le salió mal a Facebook hace 20 años: convertirse en una plataforma de apps fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .