La sanidad pública ha sido, durante décadas, uno de los mayores logros del Estado del bienestar en España. Pero ese modelo está hoy gravemente amenazado. Bajo fórmulas como “externalización”, “colaboración público-privada” o “libertad de elección”, muchas comunidades autónomas —especialmente Madrid y, en los últimos años, Andalucía— han impulsado políticas de privatización progresiva que están deteriorando el acceso, la calidad y la equidad en la atención sanitaria.Y los datos son claros: donde más se privatiza, más se deteriora la salud de la población.Andalucía: el nuevo frente de la privatización sanitariaDesde la llegada del PP al Gobierno andaluz en 2019, la sanidad privada ha experimentado un crecimiento acelerado. Según datos del propio sector, el gasto público derivado a centros privados ha aumentado en más de un 30%, y el número de pólizas privadas se ha disparado, superando ya los 2,5 millones de andaluces con seguro privado.Al mismo tiempo, el sistema público muestra síntomas claros de deterioro: urgencias colapsadas, cierre de camas hospitalarias, miles de profesionales despedidos y listas de espera que se han duplicado en algunas provincias. Mientras tanto, el Gobierno andaluz multiplica los conciertos con clínicas privadas, incluso para intervenciones quirúrgicas básicas que antes se resolvían en la red pública.[articles:343309]Este modelo replica el camino iniciado en Madrid: debilitar lo público para que crezca lo privado. Y sus consecuencias no son solo estructurales: son directamente sanitarias.En 2010 en España, aproximadamente 2/3 de las intervenciones se hacían en centros públicos y 1/3 en privados. A partir de entonces van disminuyendo poco a poco las operaciones en hospitales públicos y aumentado en privados. En Andalucía esa convergencia ha tenido una evolución brutal y aquí ya se opera por igual en centros públicos o privados. Además, las listas de espera sanitarias en Andalucía son de las MÁS PROLONGADAS del país, con las graves consecuencias que ello tiene para la salud individual de las personas.Los efectos de la privatización en cifrasUn informe de 2025 de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) sitúa a Madrid, Cataluña, Baleares y Andalucía entre las comunidades donde más ha avanzado la privatización, y donde peores son los indicadores de salud pública y mayor el gasto privado por habitante.En todas ellas, el crecimiento de seguros sanitarios privados ha ido de la mano del colapso progresivo del sistema público. Las listas de espera se han disparado, y el número de personas que acude a urgencias por no conseguir una cita con su médico de familia sigue creciendo año tras año.Hospitales privados: menos atención, más coste, más lucroLejos de mejorar la eficiencia, los hospitales de gestión privada financiados con dinero público atienden menos, cuestan más y tienen peores resultados sanitarios. Numerosos estudios lo han demostrado: menos personal por paciente, menos inversión en atención primaria y más mortalidad evitable.En comunidades como Andalucía, muchos de estos conciertos se firman sin evaluación pública de resultados, opacando el uso del dinero público y favoreciendo a grandes grupos empresariales que priorizan el beneficio por encima de la salud.La salud no es un negocioEl problema de fondo es estructural: la lógica privada busca rentabilidad. Eso implica recortar tiempo por paciente, precarizar al personal sanitario y atender solo lo que es rentable. Esa lógica es incompatible con el derecho a la salud, que exige universalidad, equidad y acceso garantizado para todos, no solo para quienes pueden pagar.Y donde la sanidad pública se convierte en una red residual, las consecuencias son claras: más desigualdad, más exclusión y más muertes evitables. Por eso se dice con toda claridad: privatizar la sanidad mata.El negocio asegurador: crecer sobre el colapso de lo públicoLas aseguradoras no crecen porque ofrezcan un mejor servicio. Crecen porque lo público colapsa. En Andalucía, al igual que en Madrid, los seguros privados se disparan cuando el sistema público falla. Una parte de la población, con medios, huye hacia lo privado, mientras la mayoría espera, desespera o renuncia. Andalucía deriva más de 300.000 mamografías a la privada “por falta de medios” pese a que Moreno lo niega. La Junta de Andalucía tiene contratada a una clínica privada la realización de 311.000 mamografías durante un periodo de cuatro años por un presupuesto total de 5,4 millones de euros hasta enero de 2026, prorrogable un año más con una ampliación de gasto de 1,7 millones. La privada manda.Defender la sanidad pública no es ideología, es supervivenciaLa sanidad pública salva vidas, reduce desigualdades y garantiza derechos. No es un lujo ni un privilegio: es una conquista social que costó décadas construir. Defenderla no es un eslogan político, es una necesidad democrática y vital.Porque si permitimos que lo público se degrade, lo que viene después es más desigualdad, más enfermedad y más exclusión.Y porque cuando se deja la salud en manos del mercado, el derecho se convierte en mercancía, y la vida en variable económica.La salud es un derecho, no un negocio. La salud no es un lujo, es una necesidad. Defender la salud es defender la vida.