Los cangrejos de Chipiona, considerados los más grandes del mundo, han sido retirados de las aguas bajo el faro tras cumplir su objetivo de texturización marina. Estas impresionantes esculturas, creadas por el artista local Alfredo Zarazaga, inician ahora una nueva fase de su proceso artístico: su transformación en bronce para quedar expuestas de forma permanente en la Plaza de América, junto al faro más alto de España.El propio Zarazaga, acompañado por varios colaboradores, ha participado activamente en las labores de traslado, en las que también se sumó un nutrido grupo de ciudadanos que no quiso perderse este momento histórico para el municipio. En el operativo estuvieron presentes el alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero, así como los concejales de Playas, Eduardo Lorenzo, y de Servicios Municipales, José Luis Barriga, en representación del Ayuntamiento, que colabora estrechamente en este proyecto artístico y medioambiental.Un momento de la retirada.ContinuaciónDesde el consistorio y la Asociación Al Aire, presidida por Luisa Montalbán, se ha agradecido el trabajo y la dedicación de Zarazaga, así como la repercusión turística y cultural que este proyecto ha tenido en la localidad. “Seguiremos atentos a la siguiente fase”, señalan, destacando el valor artístico y ecológico de una obra que ha situado a Chipiona en el mapa de las iniciativas sostenibles de arte público.Un momento del proceso.Las esculturas fueron instaladas en 2024, después de su presentación en la Plaza de América. Aquel conjunto, titulado Cangrejos del litoral gaditano, nació como una herramienta de concienciación medioambiental, promovida por la Asociación Al Aire y financiada con Fondos Europeos a través del Grupo de Acción Local Pesquera de la Costa Noroeste.La obra está formada por dos grandes cangrejos, macho y hembra, construidos con materiales reciclados como hierro, cobre y acero inoxidable. Zarazaga empleó un año de trabajo artesanal, a golpe de martillo, fragua, soplete y soldadura, para darles forma. El resultado atrajo a cientos de vecinos y visitantes, que pudieron contemplarlos tanto en la plaza como en su posterior ubicación junto al mar.