Los peritos psiquiatras que examinaron a Yassine Kanjaa, acusado del ataque mortal en Algeciras, coincidieron en la Audiencia Nacional en que el hombre sufría un trastorno delirante en el momento de los hechos. Sin embargo, discreparon sobre el grado en que esa enfermedad mental afectó a su capacidad de comprender y controlar sus actos. Mientras algunos expertos sostuvieron que el acusado actuó bajo un delirio que anulaba su juicio, otros consideraron que su trastorno estaba influido por una ideología extremista que motivó su conducta.Una parte de los especialistas describió el cuadro clínico de Kanjaa como una esquizofrenia paranoide, caracterizada por la pérdida de contacto con la realidad y la incapacidad de dominar sus impulsos. Según este grupo, el acusado habría actuado en un estado de desconexión total con su entorno, sin conciencia de sus actos ni de sus consecuencias.[articles:343404]En cambio, otros peritos plantearon que, aunque existía un proceso delirante, este coexistía con una radicalización ideológica de tipo yihadista. A su juicio, el acusado mantenía cierto grado de voluntad y comprensión, y su fanatización religiosa habría influido directamente en la decisión de perpetrar el ataque.No respondió a las preguntasDurante la sesión judicial, Kanjaa se negó a responder a las preguntas sobre los hechos ocurridos el 25 de enero de 2023, cuando atacó dos templos católicos en Algeciras. En el suceso murió el sacristán Diego Valencia, de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, y varias personas resultaron heridas. El acusado solo manifestó que no deseaba declarar cuando el tribunal le ofreció la oportunidad de hacerlo.Ante esta negativa, el tribunal accedió a la solicitud de las acusaciones para reproducir la declaración que el procesado realizó durante la instrucción, pocos días después del ataque. En esa comparecencia, Kanjaa admitió los hechos y afirmó que su intención era causar la muerte.La Fiscalía sostiene que en los meses previos al atentado el acusado atravesó un proceso de radicalización, asumiendo interpretaciones extremas del islam y seleccionando deliberadamente templos católicos como objetivo. Aunque reconoce que padecía una descompensación psicótica que afectaba sus capacidades intelectivas y volitivas, considera que estas no estaban completamente anuladas. Por ello, el ministerio público plantea que solo puede aplicarse de forma parcial la eximente por alteración psíquica.