Durante años, fue la voz que unió a un país entero. Rosa López, aquella joven tímida de Granada que conquistó Operación Triunfo en 2001 y que llevó a España al séptimo puesto de Eurovisión con Europe’s Living a Celebration, ha vivido un largo camino lleno de luces, pero también de sombras.Ahora, en una entrevista exclusiva con Semana, la cantante ha decidido hablar sin filtros del problema de salud que ha marcado silenciosamente gran parte de su carrera. "Me ha provocado momentos muy duros", confiesa con una honestidad que estremece, poco tiempo después de actuar en la Feria de Villamartín (Cádiz).Una lucha silenciosa tras los focosRosa, conocida desde entonces como "Rosa de España", alcanzó la cima del éxito en apenas unos meses. Pero detrás de los aplausos, las giras y los titulares, había un dolor que nadie veía. Durante años, las críticas sobre su voz se hicieron habituales. "Ya no canta como antes", se repetía en la calle. Mientras tanto, ella callaba, sin saber que detrás de aquella inseguridad se escondía una dolencia real. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de LBL Producciones (@lblproducciones) "Me frustraba muchísimo en los conciertos y en las pruebas de sonido porque no entendía qué me pasaba", explica. "Además, me provocaba un gran sufrimiento recordar momentos del pasado cuando todo estaba bien." Fue una revisión rutinaria la que puso nombre al problema: pérdida de medios y agudos en el oído derecho. Una afección que, sin saberlo, le dificultaba la afinación y la había acompañado durante años. "En una era donde todos opinan y todos son maestros de todo…", lamenta.De la frustración a la libertadCon la madurez que dan las cicatrices, Rosa ha aprendido a mirar atrás con comprensión. "Nunca he compartido este sentimiento, pero no puedo ser yo misma si no lo acepto y lo afronto", asegura. Esa aceptación ha cristalizado en 12 diamantes negros, su nuevo disco, el más personal y simbólico de su carrera. Un trabajo que transforma la frustración en arte y el dolor en una nueva forma de libertad.Hoy, Rosa López canta desde otro lugar: el de quien se ha reconciliado con su historia. Ya no teme mostrar su fragilidad, porque sabe que ahí reside su fuerza. Y aunque su oído no escuche igual que antes, su voz, esa que hizo vibrar a todo un país, suena más verdadera que nunca.