Ovejas Negras Company ha inaugurado en pleno centro de Sevilla su nuevo proyecto gastronómico, Gloria. Ubicado en el antiguo local de Zelai, en la calle Albareda 22, el espacio se estructura en torno a una barra de casi catorce metros desde la que el público puede presenciar en directo el trabajo del chef Jesús Maya. La propuesta busca recuperar el protagonismo de la barra tradicional sevillana a través de una experiencia cercana, basada en la cocina de temporada y el juego de guisos y brasas.Al frente de la cocina se encuentra Jesús Maya, considerado uno de los jóvenes talentos de la gastronomía andaluza. Su estilo combina una mirada a la memoria culinaria con técnicas actuales, apostando por fondos clásicos reinterpretados y un uso constante de la robata, donde el humo y las brasas articulan la carta. Maya, que ha trabajado en cocinas como El Bohío o Lú Cocina y Alma, desarrolló previamente su propio proyecto, Enea, reconocido por la guía Macarfi entre los mejores de Sevilla.La carta de Gloria se presenta como un recorrido "por sabores reconocibles y productos de temporada. Entre las elaboraciones destacan la merluza frita con beurre blanc de manzanilla, las mollejas de ternera glaseadas, la tortilla de patatas elaborada a diario o los huevos rotos con gambones". También se incluyen platos de paso y guisos tradicionales adaptados a un formato contemporáneo. En el apartado de postres, sobresalen la fruta en escabeche a la brasa con yogur y el flan de vainilla con chantilly ácida.La barra de Casa MarcianoEl espacio, concebido como un bar de tapas y restaurante, cuenta con distintos ambientes: una barra central, mesas altas y una pequeña sala para la sobremesa. La ambientación musical varía según el momento del día, con selecciones que van del jazz electrónico a la música disco y los ritmos latinos, con el propósito de crear una atmósfera cambiante que acompañe la experiencia gastronómica.El proyecto incorpora además una coctelería centrada en reinterpretaciones de clásicos, con combinaciones que oscilan entre los sabores cítricos, el café o el mezcal. Los cócteles pueden acompañarse con repostería conventual, como las tradicionales yemas de San Leandro. En la entrada se encuentra La Previa, una pequeña abacería pensada para quienes prefieren una parada más informal. Allí se ofrecen gildas, conservas, ensaladilla de ventresca, huevos rellenos y molletes recién hechos, todo presidido por la barra original de Casa Marciano, una pieza de 1928.