Los sobres

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Yo me imagino a los dos agentes que firman el informe de la UCO sobre el patrimonio de José Luis Ábalos, volcados ambos sobre sus viejas mesas metálicas, el calendario colgado detrás en la pared junto a la foto del rey, la pesada estancia iluminada por esos fluorescentes omnipresentes en las dependencias policiales."Jefe, me vas a perdonar pero aquí no sale nada que implique al PSOE"."Hombre, según se mire, Manolo, aquí hay unos descuadres y unas cantidades no justificadas"."Pero jefe…, que hemos revisado miles de documentos, llevamos aquí todo el día rematando y solo salen 500 euros por aquí y mil por allá en casi diez años"."Manolo, coño, no te pongas tan exquisito, que pareces de izquierdas: ¿Hay o no hay “cantidades sin soporte documental”? –pregunta con énfasis el subcomisario–. ¿Hay o no hay sobres? Por Dios Bendito… Pues si hay cantidades sin justificar, un euro o un millón, y si hay unos sobres con dinero, se ponen ahí y punto…".El agente Manolo empieza a arrugarse ante la insistencia de su superior. El ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán está en la cárcel y se ha montado la mundial antes del verano rebuscando hasta debajo de las piedras para tratar de implicar a los socialistas en financiación ilegal. Y ahora resulta que, de lo que se trata –como mucho–, tras decenas de horas de análisis, es de las supuestas tropelías de Koldo y Abalos, por lo demás bastante cutres.Ya se sabe que los magistrados, los jueces y fiscales, los policías y los guardias civiles, todos ellos son gente exquisitamente neutral e imparcial y no se dejan llevar por sus querencias ideológicas… Pero podríamos suponer que el fiscal anticorrupción y los magistrados del Tribunal Supremo promovidos por el PP, y también algunos agentes, quizá con un ligero sesgo hacia la derecha (ya digo, es solo un suponer….) podrían estar salivando por encontrar entre los papeles la prueba inequívoca de estar delante de “la Gürtel del PSOE”, y con suerte un “P punto Sánchez” en unas cuentas de dinero B del Partido Socialista."Jefe, yo no puedo inventarme nada y menos aún ponerlo aquí. Está claro que las cifras que da el PSOE cuadran con los gastos de Koldo y Ábalos. Lo de las chistorras y los soles y las lechugas y tal, vale, pero lo de los gastos también está claro y no podemos inferir nada ilegal"."Oye, Manolo, no me toques las pelotas. Que no te estoy diciendo que pongas que hay indicios de financiación ilegal. Basta con que pongamos que hay algunos pagos sin ‘respaldo documental’. ¿Vale? Y pon las fotos de los sobres con el post it"."Lo que usted diga, jefe".Se diluye así la frontera entre la ausencia de pruebas de financiación ilegal y la difusa hipótesis de que pudiera haberla. Es la fuerza de una imagen. Cuántas veces no habremos visto esos bodegones policiales: el material en una mesa, los billetes ordenados por montones, quizá unas cajas fuertes pequeñas, unas libretas, añadamos unos destornilladores y unos cuchillos jamoneros, unas llaves y unos mecheros. Puede ser el ajuar doméstico de cualquiera de nosotros, pero así, colocadito en la mesa con un cartel de la Policía o de la Guardia Civil, pasará por ser el peligroso arsenal de una banda de delincuentes.Esa es la miserable eficacia de esos sobres timbrados, con su sello policial: aunque el informe diga taxativamente que los euros que contienen se corresponden con gastos habituales justificados, su mera exhibición evoca la corrupción. Es ridículo, irracional, absurdo. Pero ¿quién dijo que sobre lo ridículo, lo irracional y lo absurdo no puede construirse una victoria electoral?La extrema derecha lo aplica desde hace una década en el mundo entero, y Feijóo y los suyos están aprendiéndolo como alumnos aventajados. Una vez entendida la misión, ya se sabe, el que pueda hacer que haga.