“Soy una mujer de paz, dialogante, concertadora que cree en la democracia”, dijo Dina Boluarte en 2023. Llevaba poco más de medio año como presidenta del Perú, pero sus palabras ya cayeron en el vacío para buena parte de la población. Su Gobierno había iniciado con una mentira: aseguró que se marcharía en el caso de que Pedro Castillo fuera vacado o destituido. Esa promesa incumplida fue vista como una traición hacia los seguidores Perú Libre, el partido que los llevó al poder, y representó una ruptura con una izquierda que, desde los Andes, buscaba una revolución. Seguir leyendo