El estremecedor testimonio en el juicio por el ataque mortal yihadista en Algeciras: "Era como un espectro"

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El juicio contra Yassine Kanjaa, acusado del asesinato del sacristán Diego Valencia y del intento de homicidio del sacerdote Antonio Rodríguez en Algeciras, ha comenzado con los testimonios de quienes presenciaron el ataque. El proceso, que se celebra en la Audiencia Nacional, se centra en esclarecer las circunstancias del crimen ocurrido el 25 de enero de 2023 en la iglesia de Nuestra Señora de La Palma.Durante la primera sesión, un sacerdote testigo directo de los hechos relató que la víctima parecía ser el objetivo principal del acusado. Según declaró, Kanjaa mostró una “fijación especial” por el sacristán y recordó que su presencia “era como un espectro”, en alusión a su silencio y a la chilaba oscura que vestía.La fijación por el sacristánEl acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de prisión, acudió al juicio con vaqueros rotos y una sudadera negra con capucha. Ha decidido acogerse a su derecho a declarar al final del proceso, una vez que se practiquen todas las pruebas.El sacerdote de La Palma explicó que tras celebrar misa se encontraba conversando con dos mujeres en el patio de la iglesia cuando irrumpió Diego Valencia desde la sacristía, pidiendo ayuda. “¡Un tío. Hay un tío!”, recordó que gritó el sacristán al salir “desencajado”, mientras su agresor mostraba “una tranquilidad enorme”. El testigo relató que, al ver cómo le daba “el primer machetazo”, decidió correr, aunque alcanzó a observar el arma, con una empuñadura “de un azul eléctrico”.El testigo aseguró que el atacante podría haber herido a más personas, ya que había “niños en catequesis y padres esperando su salida”, pero centró su violencia únicamente en el sacristán. Considera que Kanjaa “debió confundirle con el sacerdote” y añadió que, si él mismo hubiera dicho que era el párroco, “posiblemente también sería uno de ellos”, en referencia a las víctimas.Otro momento que relató fue cuando el sacristán, ya herido, exclamó: “¿Qué es eso, qué es lo que estás haciendo?”. El sacerdote interpretó que quizá “no vio la envergadura de lo que le iba a pasar”. Insistió en que el atacante actuó con un “silencio absoluto” y sin muestras de excitación, lo que le llevó a describirlo de nuevo como “un espectro”.El recorrido del atacante y su actitudUna de las mujeres presentes en el patio contó, visiblemente afectada, que al ver a Diego Valencia pedir ayuda, corrió a avisar a los niños para que no salieran “porque les iban a matar”. Otros testigos narraron el ataque previo al sacerdote Antonio Rodríguez, ocurrido minutos antes en la iglesia de San Isidro, donde Kanjaa le golpeó con el machete mientras oficiaba misa.El sacerdote Rodríguez falleció meses después a causa de las heridas. En el juicio se ha leído su declaración, en la que explicó que el acusado le abordó en el altar y le asestó un golpe en la nuca que le hizo caer al suelo, empapando su traje eclesiástico de sangre.Varios testigos coincidieron en destacar la calma del acusado durante ambos ataques. Tras perseguir a Diego Valencia hasta la plaza Alta, Kanjaa le propinó varios machetazos en la cabeza que le causaron la muerte. “Se fue tan tranquilo, iba como paseando, no corrió ni nada”, declaró una camarera que presenció la escena desde la terraza de su bar. Una vecina añadió que lo oyó pronunciar algo en voz alta mientras se alejaba, aunque no logró entender sus palabras.Uno de los policías locales que participó en la detención recordó que lo encontraron de rodillas, rezando y con el machete en el suelo junto a él. Explicó que opuso cierta resistencia al arresto antes de ser reducido por los agentes. El acusado, de nacionalidad marroquí, ha sido diagnosticado con un cuadro psicótico de probable filiación esquizofrénica. Según los informes médicos, aunque la afectación de sus facultades mentales era severa, no se considera que fuera completa en el momento de los hechos.El juicio continuará con la declaración de nuevos testigos presenciales, así como de policías y médicos forenses, en las próximas sesiones.