Uno de los mayores desafíos en la lucha contra el cáncer es su capacidad de esconderse del sistema inmunológico. Muchos tumores son considerados «tumores fríos«, ya que no provocan una respuesta inmune adecuada: es como si el cuerpo no los reconociera como una amenaza. Esto hace que tratamientos como la quimioterapia o la inmunoterapia tengan menos eficacia. Por el contrario, los «tumores calientes» están infiltrados por células inmunes activas, lo que mejora la respuesta a los tratamientos.Un grupo de investigadores del Hospital Johns Hopkins All Children’s, en colaboración con otros centros y financiado por el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., ha encontrado una forma de transformar estos tumores fríos en calientes, aumentando de forma significativa la eficacia del sistema inmune en la eliminación del cáncer y en la prevención de recaídas.Activación dual: el «interruptor» del sistema inmuneEl estudio, publicado en Nature Immunology, se centra en la activación simultánea de dos vías inmunitarias clave: STING y LTβR (receptor de linfotoxina beta). Estos dos elementos actúan como botones de emergencia en la maquinaria inmunológica del cuerpo. Al ser activados conjuntamente en modelos animales con tumores de mama, pancreáticos y musculares, lograron desencadenar una rápida respuesta inmunitaria.La activación de STING y LTβR no solo atrajo más linfocitos T y B al tumor, sino que también indujo la creación de estructuras linfoides terciarias (TLS, por sus siglas en inglés). Estas estructuras funcionan como mini centros de mando del sistema inmune dentro del propio tumor, algo así como montar una «base militar» en pleno territorio enemigo.¿Qué son las TLS y por qué importan tanto?Las estructuras linfoides terciarias son agrupaciones organizadas de linfocitos que aparecen en zonas de inflamación crónica, como los tumores inmunológicamente activos. Su presencia está fuertemente relacionada con una mejor respuesta al tratamiento y mayor supervivencia en pacientes oncológicos.Estas «bases inmunes» permiten que los linfocitos B y T se comuniquen, se activen, y se transformen en células especializadas capaces de atacar el cáncer de forma precisa y duradera. Además, alrededor de estas estructuras se forman vénulas endoteliales altas, unos vasos sanguíneos especializados que actúan como portales exclusivos para que los linfocitos ingresen directamente al tumor.Resultados esperanzadores: inmunidad duradera y prevención de recaídasAl inducir artificialmente estas estructuras en tumores que originalmente no las tenían, el equipo observó una mejora sustancial en la acción del sistema inmunitario. Los linfocitos T CD8+ (células asesinas) aumentaron su presencia y eficacia, ralentizando el crecimiento del tumor. Simultáneamente, los linfocitos B iniciaron procesos de maduración dentro de las TLS, generando células plasmáticas productoras de anticuerpos específicos contra el tumor.Lo más interesante es que se detectaron anticuerpos IgG tumor-específicos y que las células plasmáticas sobrevivieron en la médula ósea incluso después de eliminado el tumor. Esto sugiere que no solo se combate el cáncer presente, sino que también se genera una especie de «memoria inmunológica» capaz de reconocer y destruir futuras reapariciones del tumor.Una estrategia complementaria a terapias actualesEste enfoque no busca reemplazar los tratamientos convencionales, sino potenciar su eficacia. Al convertir los tumores en entornos inmunológicamente activos, se mejora la respuesta a inmunoterapias como los inhibidores de puntos de control (checkpoint inhibitors), que dependen de una presencia activa de linfocitos en el tumor para funcionar adecuadamente.El tratamiento también podría complementar a la quimioterapia tradicional, que muchas veces reduce el tamaño del tumor pero deja la puerta abierta a futuras recaídas. Al incorporar estas «bases inmunes», se estaría armando al sistema inmunológico con herramientas para seguir vigilando el organismo incluso después de que la quimioterapia haya finalizado.Próximos pasos: hacia su aplicación clínicaEl equipo liderado por el Dr. Masanobu Komatsu está trabajando en la comprensión más profunda del mecanismo que regula la formación y mantenimiento de estas estructuras. La meta es poder traducir este conocimiento a ensayos clínicos en pacientes, tanto adultos como pediátricos.Uno de los grandes atractivos de esta estrategia es su versatilidad. Dado que la formación de TLS y la activación dual de STING y LTβR han mostrado eficacia en distintos tipos de cáncer en modelos animales, se plantea como una herramienta potencialmente aplicable a una amplia variedad de tumores.Este tipo de descubrimientos marca una nueva dirección en la investigación oncológica: no solo atacar el tumor directamente, sino también fortalecer el terreno inmunológico donde se desarrolla la lucha. Es como reforzar las defensas de un castillo para que, una vez expulsado el invasor, no pueda volver a entrar.La noticia Cómo potenciar el sistema inmunológico para evitar la reaparición del cáncer: un enfoque desde las estructuras linfoides terciarias fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.