Maximino y Carmen compartieron más de cincuenta años de vida en común, y la muerte solo consiguió separarlos por unas pocas horas. Ambos fallecieron el mismo día, en la misma habitación del hospital Meixoeiro, cumpliendo un destino que parecía escrito en la historia de su relación.Maximino, de 77 años, murió el sábado por la mañana. Carmen, de 76 años, falleció horas más tarde, sobre las cuatro y media de la tarde. Una coincidencia que ha conmovido al municipio pontevedrés de Mos, donde el matrimonio era muy querido y donde se recuerda su unión como un ejemplo de complicidad y amor compartido.El deseo cumplido de no separarseSu hijo Nacho relató emocionado cómo sus padres habían pasado juntos "por mucho bueno y por la enfermedad", permaneciendo unidos hasta el final. Destacó que "hasta compartieron habitación en el hospital del Meixoeiro en sus últimos días".El testimonio de Nacho reveló además que su padre solía expresar un deseo íntimo de querer “irse juntos” para evitar que Carmen sufriera su ausencia. La coincidencia de sus muertes, con apenas unas horas de diferencia, hizo que aquel anhelo se cumpliera. "Ellos iban a la par al médico, e iban tirando uno del otro y animando uno al otro estos últimos meses", recordó conmovido el hijo de la pareja.En su relato, Nacho insistió en que aquella despedida compartida fue un gesto que parecía anticipado. "Y se pudieron despedir como si supieran que era el final", señaló, describiendo la escena con la emoción propia de quien reconoce en lo ocurrido un acto de amor y compañía hasta el último instante.El lunes se celebró el funeral en memoria de un matrimonio inseparable, cuya historia ha marcado profundamente a familiares, amigos y vecinos. La unión de Maximino y Carmen, que se extendió durante más de cinco décadas, quedó sellada con ese último gesto compartido de marcharse juntos, como siempre desearon.