Absolute Flash #1

Wait 5 sec.

Edición original: Absolute Flash 1 USA (DC Comics, 2024)Edición nacional/España: Absolute Flash V1 1 (Panini Cómics, 2025)Guion:Jeff Lemire.Dibujo:Nick Robles.Entintado:Nick Robles, Giuseppe Camuncoli.Color: Adriano Lucas.Traductor:: Santiago García.Corrección:: Enrique Acebes.Rotulación:: David Arellano.Diseño y realización: Fanhunter y Núria MoresoFormato: Grapa, color. 48 páginas. 2,50€El Flash de ningún mundo«¿Qué he hecho?»Hace un tiempo no muy lejano, ser fan de Wally West era como ser fan de Spider-Man actualmente. El personaje estaba maltratado a raíz de las políticas del antiguo editor jefe de DC. Se le borró, se le olvidó; aquel que fue el Flash de varias generaciones no existía como tal. Tiempo después, se solucionó devolviéndolo a la continuidad tradicional, pero siguieron los golpes, esta vez dados por King en Heroes en Crisis y en alguna que otra miniserie que no era nada del otro jueves.El sentido común volvió con Jeremy Adams y su larga etapa con Wally al frente, dándole una serie regular, secundarios y situaciones frescas, aunque un poco pasadas de rosca. Una etapa que aquí todavía está con números inconclusos, por cierto. Después vino El Amanecer DC con un golpe sobre la mesa: Simon Spurrier se encargó de las nuevas aventuras del pelirrojo escarlata hasta finalizar su andadura en el #25 USA —este mes al otro lado del charco—. y aquí veremos comenzar en Octubre con el tomo número 1.Como no hay dos sin tres, la creación del Universo Absolute, que solo ha dado alegrías, se suma una más. Este mes llegan a España, de la mano de Panini, la segunda remesa de series Absolute Green Lantern –Al Ewing y Jahnoy Lindsay– , la excepcional Martian Manhunter –Deniz Camp, Javier Rodriguez– y Flash.Todas las series tienen equipos creativos muy potentes, pero esta, junto a Martian, es la que más sorprende. Jeff Lemire está a cargo del guion con Nick Robles en el dibujo, un tándem bastante especial y con mucho sentido detrás.Lemire, actual escritor de la JSA y autor de la gran obra/ensayo sobre el legado de los cómics, Black Hammer, también es un narrador que sabe hablarnos de las inseguridades, miedos y desazón de no pertenecer a ningún mundo que sienten los adolescentes. Por su parte, Nick Robles habitual portadista y comics de antologías LGTBIQ+ y colaborador de DC dibuja a la gente joven con un gusto exquisito, cuidando los detalles del vestuario y con planos de página muy resultones, logrando un realismo que, al mismo tiempo, recuerda que estamos en un cómic con velocistas, monos y trajes estrambóticos.¿Qué tenemos aquí?Un Wally joven, con angustia existencial, sin saber dónde está ni qué hacer. Vive en una base militar por el trabajo de su padre —aquí su madre está fallecida, igual que la de Barry en el universo tradicional desde hace ya tiempo—. Se siente solo, nadie lo trata como un chaval que está creciendo, salvo Barry, el científico de la base en la que se encuentra.Padre ausente y dolorido por su propio comportamiento; Wally, encuentra en Barry ese hilo que lo mantiene sujeto al mundo. Pero, ¿qué ocurre cuando lo único que te sostiene puede desaparecer, te quedas sin un ancla y sientes que no perteneces a nada? ¿Qué ha hecho Wally y por qué es perseguido?Ese contexto, junto al constante cambio de escenario (pasando al futuro, al pasado y al presente mediante transiciones de escena), nos presenta un número uno nada simple, que deja píldoras de todo lo que iremos viendo en los números venideros: las ideas principales de la serie y hacia dónde conducirá todo esto.Es un número lleno de sorpresas, con cambios constantes y en continuo movimiento, que representa muy bien la ansiedad del joven Wally —y de muchos otros— frente al mundo, las relaciones y nosotros mismos. Todo ello acompañado, claro está, de un misterio gubernamental y de la búsqueda por entender qué es lo diferente en ese universo respecto al tradicional, viendo lo cambiado que está todo.Lemire va a su ritmo, que no es malo ni lento; al contrario, es consciente de la gran cantidad de personajes asociados a Flash que existen y, por ello, se toma su tiempo para trabajar con ellos, ofreciendo un abanico muy amplio. Así crea un microuniverso propio, lo mismo que Robles con su dibujo y la construcción de los pueblos, bases militares y sus gentes, en comparación con las ciudades que hemos visto en otras series.En definitiva, se trata de una serie distinta a lo habitual, fiel al estilo narrativo de Lemire. Aun así, es muy fácil de seguir, con el corazón puesto en cada página, y desde el inicio transmite la sensación de que nos va a regalar muchas alegrías. El dibujo de Nick Robles refuerza esta idea a la perfección. Como curiosidad, aunque conocemos bien el trazo y los diseños de Lemire, el traje de Flash que él concibió, llevado al papel por Robles, parece dibujado por el propio guionista, el mimetismo entre ambos es sencillamente maravilloso. Y todo ello cobra aún más vida gracias al color de Adriano Lucas, sin el cual la obra perdería gran parte de su identidad. Es cierto que ver a un Wally joven puede chocar a algunos lectores, pero queda claro que la intención es diferenciarlo de su contrapartida en el universo tradicional, donde sigue existiendo el Wally adulto.Estamos, pues, ante una serie que merece toda nuestra atención: para sentarse, leerla y disfrutarla, perdiéndose en ella y saboreándola como se nota que Lemire hace al escribirla. Puede que arranque de forma modesta, como dirían algunos, pero en cuanto coja inercia se volverá imparable.Flash es el héroe más rápido y, por lo tanto, puede haber varios. Pero Wally es la Fuerza de la Velocidad, una constante que une a todas las generaciones, y por lo visto aquí, en el futuro también seguirá.Lo mejor• Lemire demostrando que los adolescentes puede ser interesantes.• Robles y Adriano Lucas le dan la personalidad suficiente para ser diferente y brilar por méritos propios.• El dúo dibujante y colorista le dan la personalidad suficiente para ser diferente y brilar por méritos propiosLo peor• Esperar mes a mes.