Dicen que en los dos distritos más poblados ya se nota el cambio prometido por el alcalde en la limpieza de Sevilla. Allí se ha desarrollado un modelo piloto de trabajo que asegura, como mínimo, un baldeo de calles una vez a la semana. El compromiso no es que sea como para tirar cohetes pero, visto el estado en el que Sanz se encontró la calle y la empresa municipal, algo es algo. Dice el regidor que con el nuevo modelo organizativo, más personal y nueva maquinaria se verá pronto la mejora en otros distritos, porque hasta que no han implantado el nuevo plan a Lipasam le faltaban ojos en la calle... Ojos y narices, diría yo, además de un poquito de ganas de mover las escobas.